Por allá del 2005, algunos integrantes un grupo versátil sonorense decidieron que ya no querían tocar en bodas, XV años y demás eventos donde un cover levanta el ánimo; querían hacer música propia con el toque árido de su tierra.
“Traíamos una inquietud de vivir de esto, dedicarnos 100 por ciento”, recuerda Pedro Verdez, bajista que con sus rastas y sombrero no pasa desapercibido sobre el escenario (rompiendo la maldición que pesa sobre los que tocan su instrumento).
Entre los lamentos de una borrachera, los músicos de eventos sociales decidieron mutar a músicos de eventos donde el slam es la cúspide. Y eligieron su nombre de batalla: Nunca Jamás.
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Tras dos años puliendo el proyecto, en 2007 lanzaron un primer disco homónimo, “que es donde damos el origen del grupo”, detalla Pedro, y posteriormente emprendieron una gira nacional que los llevó a residir muchos años en la Ciudad de México.
Pero el barrio llama, por eso poco a poco fueron regresando a su natal Ciudad Obregón, y estando todos en casa comenzó una segunda etapa: “Cambiamos la estrategia y empezamos a trabajar desde la ciudad hacia afuera, a reforzar la zona del noroeste. A partir de ahí se generaron los recursos para cubrir otras zonas del país, empezó a funcionar”, señala el bajista.
Entonces, César Bernal, baterista, interviene con un comentario entre broma y verdad: “En nuestro proyecto, todo lo que puede salir mal, sale mal, siempre, entonces tenemos que resolver más de lo común”.
Tras esto, surge la duda: ante las ocasionales vicisitudes económicas, de convivencia, de distancia, de tiempo, ¿qué une a Nunca Jamás?
“Es compartir ese mismo objetivo, esa misma visión, esa fe que uno le tiene al proyecto, que hay algo que ofrecer al mundo, que creemos que la mayor cantidad de gente tiene que escucharlo, que vayan a nuestros shows”, asegura Pedro.
Agropatas anónimos es el nombre de la gira con la que la banda pretende llevar su rock agropecuario a miles de oídos, y ante la confusión de qué significa este concepto – ¿Una voz a la James Dio con el tololoche de Peso Pluma? -, Pedro explica:
“Es el rock con el regional mexicano. Surgió esta idea radicando en la Ciudad de México para reforzar el tema de la identidad, de cómo nos educaron, de cómo hablamos, de cómo vestimos. Tratábamos de homogenizarnos, pretendíamos pertenecer, pero se nos dificultó un poco, entonces nos dimos cuenta que la identidad es lo que nos define y nos hace”.
El tema que refleja mejor la esencia del proyecto sonorense es Venimos del desierto, que en YouTube, tras publicarse en 2016, ostenta más de 5.7 millones de reproducciones.
Pero este enfoque sonoro no es absoluto, está abierto a exploración y experimentación, prueba de esto es Sin rencor ni mal de amores, pieza donde los sonorenses colaboraron con la rapera guanajuatense Yoss Bones.
"El año pasado nos tocó ir a los Momentos Indio, al Vive Latino, y nos tocó colaborar con ella y conocerla, y nos cayó muy bien. A partir de ahí empezamos una relación. Ya habíamos hecho algo en el urbano con el Charles Ans y resulta que tenemos amistades en común con Yoss", cuenta Pedro.
El video oficial, que se lanzó el pasado 9 de junio, ya ostenta más de 380 mil visualizaciones en YouTube, y comentarios como: "Éste tipo de innovaciones son las que la música necesita" y "Valió la pena cada minuto de la espera".
El auge del regional
El regional mexicano vive un auge no solo en voz de los cantantes de corridos tumbados - Peso Pluma, Conexión Divina, Natanael Cano y Junior H, por mencionar algunos -, sino en general, basta ver el impacto de Carin León, Grupo Firme, Grupo Frontera, Ángela Aguilar y Christian Nodal, amigo de Nunca Jamás.
"Viene bien fuerte de hace rato - comenta Pedro al respecto, y luego recuerda -. De hecho, justo cuando nos fuimos de la Ciudad de México, por ahí del 2017, se empezó a poner de moda el norteño en la ciudad, empezaba a crecer ese cotorreo, se empezaba a consumir mucho".
Para la banda de Ciudad Obregón, esta presencia mundial del regional se debe a que "se animaron a inyectarle todos los recursos, todo el power".
De su relación con Nodal, que empezó con "cotorreo" por redes sociales y se materializó cuando él invitó al trío a uno de sus cumpleaños, dicen que "es bien a toda madre el chamaco".
"Cuando tiene libre se lanza ahí donde andemos, nos invitó a abrirle una gira a Estados Unidos y grabamos alguna por ahí, pero es un tema burocrático, administrativo", detalla Pedro, que espera pronto cuadren sus agendas para lanzar ese tema.
Y César suma: "Desde que Christian nos dejó entrar a su mundo profesional, nos dejó entrar a su mundo personal, estuvimos viviendo con él una semana en Los Ángeles; la convivencia diaria con él es otro rollo porque es un artista los 365 días del año, las 24 horas del día".
Por último, ante la duda de qué significa el éxito para Nunca Jamás, el baterista contesta: "Alcanzar cada peldaño que me propongo, casa cosa en la que ponga la mira, pero tener la capacidad de disfrutar ese proceso".
hc