Roberto Cantoral García nunca se presentó en Bellas Artes; sin embargo, al morir, el 7 de agosto de 2010, recibió un reconocimiento ahí, donde la trascendencia que logró con su inspiración lo volvió a llevar en una velada impregnada de emociones y nostalgia, durante el homenaje que se le tributó a casi 13 años de su muerte.
Por espacio de dos horas su obra fue interpretada por Eugenia León, Fernando de la Mora y Javier Camarena, quienes acompañados de la Orquesta Sinfónica de Minería y la Dirección de Enrique Patrón de Rueda encontraron a los cómplices perfectos para honrar al cantautor tamaulipeco.
Roberto Cantoral Zucchi daba la bienvenida y saludaba a los invitados, familiares y amigos, que se sumaron al tributo a su padre. Estrecho la mano de Martín Urieta, presidente de la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM), de Carlos Lara, Manolo Marroquín, Arturo Márquez, Darío Valdelamar, el licenciado Guillermo Pous y Maxine Woodside, entre otros mientras la sala se llenaba.
A las 20:00 horas una voz en off rompió el murmullo que se escuchaba en la sala del Palacio de Bellas Artes, donde su familia, compañeros y amigos compartían alguna anécdota con el cantautor que era homenajeado, referida a su creación musical, a su lucha por la defensa del Derecho Auroral, al frente de la SACM; o a lo "consentidor y amoroso" que era como abuelo, como compartieron sus nietos Roberto y Eduardo al ingresar al recinto.
El video que acaparó la atención del público que llenó la sala, reprodujo la imagen del tamaulipeco nacido el 7 de junio de 1935, quién primero, al lado de su hermano Antonio, integró el dueto Los hermanos Cantoral; y después, con Leonel Gálvez y Chamín Correa formó el trío Los 3 Caballeros. Y también dió cuenta de su exitoso paso como compositor por los festivales musicales con temas como "Yo no voy a la Guerra" (Alberto Ángel, El Cuervo), "El Quijote" (Enrique Cáceres), "Al final" (Al final) y "El triste" (José José). Además de citar que en 1982 se separó de sus musas para iniciar su lucha por un pago justo para sus homólogos, por la explotación de sus obras, al frente de la SACM.
El preámbulo a la experiencia musical, organizada por la familia Cantoral, el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura y Ocesa, fue contundente para explicar el por qué del homenaje al cantautor en el máximo recinto de cultura del país.
Unos minutos después de que las luces se apagaron en la sala, la presencia de la Orquesta Sinfónica de Mineria y el director Enrique Patrón de Rueda, dieron cuenta que la gala estaba por iniciar.
Tocó a Fernando de la Mora iniciar el deleite musical con "Chamaca"; después dejo el escenario a Eugenia León con "Me odio" y ella cedió el turno a Javier Camarena, que interpretó "Noche no te vayas".
La sincronía con la orquesta y la capacidad vocal de los intérpretes se materializó en "Regálame esta noche" y "Reloj", que encontraron como respuesta la ovación, que se repitió con mayor potencia a cada interpretación.
Suspiros y exclamaciones como "bravo Javier" o "bravo Fernando" se sumaron a la nostálgica escena que erizaba la piel ante la combinación de la inspiración de Roberto Cantoral y tan virtuosos intérpretes.
"Que mal amada estás" en voz de Fernando, "A que no" con Eugenia y "Yo lo comprendo" con Javier dieron secuencia a la noche que crecía en emoción.
Eugenia continuó con "El crucifijo de piedra", y antes de que Fernando en traje de charro interpretara "El preso número nueve", la tecnología hizo posible la presencia del cantautor homenajeado que, con su particular personalidad y sobretodo con su falsete a su versión de "El preso número nueve", erizó la piel y provocó el aplauso generalizado.
Javier mantuvo la emoción y con "Quiero huir de mí" provocó que el público abandonará sus asientos para reconocerlo con ovación de pie.
Itatí Cantoral, quién con esa fiesta celebró su cumpleaños, se sumó al homenaje y tras agradecer el cariño y distinción a su padre le dedicó una poesía.
José Cantoral también hizo honor a su padre con el tema "que tuve la fortuna de escribirle 10 años antes de que muriera", expresó sentado al piano, en un extremo del escenario, mientras en la pantalla se proyectaba el momento en que Roberto Cantoral se emocionaba con la letra de "Media vida" que había inspirado a su hijo.
Las notas de "Yo no voy a la Guerra" en voz de Fernando dieron secuencia al programa musical, qué Eugenia continuó con "Soy lo prohíbido", luciendo un vestido rosa qué había cambiado por el negro que portaba; y a Javier le tocó el gran clásico "Al final", con el que volvió a poner de pie a los invitados ante el derroche de su capacidad vocal.
Y con ese ambiente en el que las emociones reinaban llegó el descenlace con "El triste" y la armonía de voces de Eugenia, Fernando y Javier a las que, aunque no con sus alcances, pero sí derrochando pasión se sumó el público.
Parecía el final, pero el "otra, otra, otra" y el entusiasmo del director de orquesta regresó a los cantantes qué, con "La barca" cerró la exitosa noche en honor a Roberto Cantoral García.
Claves
- El concierto fue grabado para quedar como testimonio de la exitosa creatividad e inspiración de Roberto Cantoral.
- El libro "Detén el tiempo en rus manos" qué escribió Roberto Cantoral Zucchi se vendió en la librería de Bellas Artes a 270 pesos.
- Itatí Cantoral cumplió años el día del homenaje a su papá, por lo que fue su mayor regalo fue recordarlo así.