Hace 36 años, el 19 de septiembre de 1985, el sismo que azotó la Ciudad de México cobró la vida de un músico sobresaliente, sobre todo por la forma en que plasmaba la cotidianidad en sus canciones: Rodrigo Eduardo González Guzmán, mejor conocido como Rockdrigo.
Al cantautor y pionero del movimiento rupestre, Fausto Arrellín, la noticia del deceso de su amigo y colega de escenario, que le llegó a través del trovador Roberto Ponce, le provocó "desolación y tristeza", aunque "luego lo tomamos (el grupo y quienes lo conocíamos) con humor negro: aquello de la muerte por sobredosis de cemento seguro él lo hubiera celebrado".
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Con motivo del aniversario luctuoso del nacido en Tamaulipas en 1950, al que temas icónicos como "Metro Balderas" y "Asalto chido" lo encumbraron como el Profeta del Nopal, Arrellín recuerda aspectos de su amistad, además realiza algunas proyecciones sobre lo que, de seguir vivo, Rockdrigo estaría haciendo actualmente.
Primero, don Fausto. ¿A usted qué le remite el concepto ‘rupestre’?
"Pre-tecnológico, natural, silvestre".
¿Cómo se inmiscuyó en la música y qué lo motiva a seguir tocando?
"Desde chavito tuve acceso al jazz y al blues, cuando llegó el rocanrol inmediatamente me dije yo soy de ahí. Aunque tarde un rato en animarme a tocar, comencé con la flauta dulce, luego el bajo, después la lira y el teclado. Ya traía en la cabeza ideas de rolas y me salieron naturalmente cuando toqué mi primer Re. Sigo tocando porque dentro de mi cabeza continúan los sonidos y trato de sacarlos hacia la realidad".
¿Considera que la música puede salvar vidas?
"Las hace más divertidas, pero lo que las salva es la ciencia médica".
¿Cómo se ha adaptado al uso de redes sociales para favorecer su trabajo?
"Muy bien. Soy empedernido de la ciencia ficción, desde siempre esperé una época como la que vivimos. Gracias al acceso a la información he aprendido más cosas útiles en los últimos diez años que en los más de cincuenta anteriores".
¿Cuál considera ha sido el gran aporte del movimiento rupestre a la música nacional?
"La visión escéptica en todos los temas, desde el amor hasta las reflexiones personales y sociales. La calidad letrística".
¿Cómo explica la vigencia del movimiento rupestre, en estos tiempos que todo parece tan fugaz?
"Por lo mismo de la fugacidad del exterior, qué hay más identificable que el pantano interior que todos nos cargamos, en el que nos revolcamos con singular alegría y sorpresa".
Entrando al tema de Rockdrigo, ¿recuerda cómo fue que se conocieron? ¿Cuál fue su primera impresión de él?
"En el Comité Mexicano de la Nueva Canción. Asistíamos a las reuniones aunque yo no lo conocía. Él a mí sí, pues yo había ganado el Primer Concurso de Nuevo Valores de la Revista Conecte y también asistía a las tocadas del grupo Coatlicue, que formé en el 80. Platico de la primera impresión que me causó en un video de YouTube".
¿Cómo comenzaron a coincidir musicalmente?
"Cuando lo escuché por primera vez me di cuenta que era lo que estaba buscando: letras inteligentes con rock".
¿Cómo lo trataba Rockdrigo?
"Bien. Primero con desconfianza, como a todos, y luego creamos un afecto cuateril muy chido: nos visitábamos constantemente y compartíamos los cumpleaños. Nos hicimos buenos amigos".
¿Recuerda alguna cuestión a destacar de su proceso creativo, alguna manía o forma inusual de hacer las cosas?
"Siempre andaba con la pila puesta, en cuanto agarraba una guitarra se soltaba improvisando, era un manantial de ideas originales, bien graciosas e inesperadas".
¿Qué veía en Rockdrigo (si es que veía algo) que lo hiciera sobresalir?
"Era muy seguro y las ideas las llevaba a cabo. Escéptico, aunque le encantaban las cosas metafísicas; por él conocí las teorías de Jung, Abraham Maslow u Ouspensky, unas pachecadotas rudas".
Un ejercicio imaginativo: de seguir con vida el Profeta del Nopal, ¿qué temas actuales estaría abordando en sus rolas?
"¡Quién sabe si seguiría tocando! Sus intereses eran muy amplios: le fascinaba la cibernética, hacía comentarios muy sarcásticos acerca de la fama. Seguro con lana se hubiera metido a la invención de cosas tecnológicas".
yhc