Con "A de altura" comenzó en Almería, España, la nueva gira mundial de Rosalía, un show hecho a la medida de estos tiempos de TikTok y redes sociales, con momentos mágicos y en el que la cantante ha estrenado varios temas.
El recinto ferial de la ciudad, con el aforo preparado para unas 8 mil personas y "prácticamente agotado" según la organización, ha recibido a la artista catalana para desentrañar en vivo antes que nadie Motomami, su tercer LP, que ya está considerado uno de los grandes discos del año por la crítica internacional.
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Hacía dos años y medio que Rosalía Vila (San Cugat del Vallés, 1992) no pisaba un escenario en gira, tiempo que aprovechó para ganar un Grammy, consolidar su posición como estrella global y rematar un trabajo aún más experimental que el previo El mal querer (2018) en el que conjuga flamenco, reguetón clásico, bolero, algo de jazz y el verbo rápido de las raperas estadunidenses.
Ese trabajo se ha convertido en el gran protagonista de un repertorio que a lo largo de hora y media ha pasado por todos sus cortes, además de por un buen número de singles sueltos como Dolerme y versiones de clásicos como Gasolina, en contraposición a la presencia anecdótica de sus dos primeros álbumes, de los que solo han sonado Malamente, De aquí no sales, De plata y Pienso en tu mirá, pero no Di mi nombre, Bagdad o Catalina.
Foto: EFE
A siete horas de tren de Madrid, desterrada a menudo de las grandes giras, poco podía imaginar Almería que acogería el arranque de una de las más esperadas del año, con algunos fieles seguidores haciendo cola desde varios días antes para conseguir una posición privilegiada ante su artista.
"Esta es una tierra de arte", les ha reconocido luego en directo la protagonista de la velada al recordar cómo en unas vacaciones con 8 años se sintió "especial" por pasear por las mismas calles de "una una superestrella como David Bisbal... ¡y de Tomatito!". "Me vuela la mente al pensar que he vuelto aquí para cantar", ha asegurado.
Ha sido a las 22 horas, cuando la noche permitía disfrutar ya de todo el juego de luces, cuando rugidos de motor quemando rueda y su consiguiente polvareda han anunciado el inicio del show en medio del griterío y la conmoción general que se reserva a los más grandes.
En la penumbra ha irrumpido una manada de ciborgs avanzando como motocicletas, las cabezas embutidas en cascos luminosos de diversas formas y capitaneados por una Motomami de botas altas de cuero azul que no ha tardado en descubrir su faz, sus dos coletas y en despachar el primero de los temas, Saoko y ese "chica, ¡qué dices!".
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No hay en este espectáculo una banda que interfiera con la artista catalana y sus 8 bailarines al deslizarse por el limbo monocromático que ha construido como escenario; pero sí cámaras, muchas, ya sea a pie de pista, en el techo o al ras de las teclas de su piano, en pos de una realización muy medida que hace que atender a las pantallas sea como observar pedazos de videoclips construidos in situ.
En la retina se van prendiendo pequeñas instantáneas que subliman la estética del show sin perder por ello la importancia de la conexión con el público en estos tiempos de interacción permanente en redes, como cuando sube a parte de sus seguidores a bailar, exhibe orgullosa el retrato que le ha hecho uno de ellos o repasa al unísono su abecedario ya antológico: De a de altura a z de zorra.
Brincando, haciendo twerking o desde el suelo, Rosalía ha electrizado con los temas más rápidos, como Bizcochito o Linda, pero la magia ha llegado especialmente ante los más emotivos, como Dolerme con la guitarra colgada al cuello, G3 NI5 o con Hentai al piano.
En uno de los momentos más vibrantes del show rescata De plata envuelta en una larguísima falda negra de volantes. Está sola ella en el escenario, casi a oscuras, y un bajo eléctrico acompaña de fondo su quejido con ánimo roquero. Así llega la primera gran ovación de la noche.
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Ha habido más momentos para el recuerdo, como cuando en el segundo tramo aborda un popurrí dedicado al reguetón y allí suenan La Combi Versace, Relación y Yo x ti, tú x mi unidas al Papi chulo de Lorna y Gasolina de Daddy Yankee, justo antes de brindar varias canciones nuevas que ha prometido que verán la luz "en algún momento", como Aislamiento o Chiri.
"¡Qué calorcito, Almería!", ha destacado empapada en un sudor que, condensado sobre el suelo, hacía ya difícil ejecutar las coreografías cuando en la parte final ha abordado grandes éxitos como "Malamente" o "Con altura" y unos bises para los que ha dejado Chicken Teriyaki, la ingrávida Sakura y CUUUUuuuuuute.
Conciertos de Rosalía en México
Rosalía se presentará el 14 y 15 de agosto en el Auditorio Nacional de la Ciudad de México, para continuar en el Auditorio Telmex de Guadalajara el 17 de agosto y finalmente pasará por Monterrey el 19 de agosto en el Auditorio Citibanamex.
hc