Apenas se oyeron las notas de "La ley del monte" y la reacción del público que llenó el Auditorio Nacional fue de aprobación inmediata para Los Tigres del Norte en su debut con mariachi.
Las ovaciones y los coros se repitieron a "De qué manera te olvidó", qué interpretó Eduardo, "Si acaso", que cantó Hernán y "Hermoso cariño" que regaló Luis. Y el reconocimiento aumentó cuando los hermanos Hernández manifestaron su apoyo a las mujeres, en voz de Jorge.
"Esta es especialmente para ustedes, nos unimos a ustedes 'Mujeres divinas'", expresó el mayor de la dinastía Hernández, quien encontró eco inmediato entre sus invitados, antes de seguir con la composición de Martín Urieta.
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A su estilo y sin los alcances que Vicente Fernández le ha dado a esas clásicas canciones ("lo cual tampoco pretendemos porque la intención solo es hacer un homenaje a Vicente Fernández", dijo Hernán a M2 en entrevista) :, el quinteto de Rosa Morada, Mocorito, Sinaloa logró la aprobación de sus fieles seguidores.
Los coros, las ovaciones y hasta el baile que se veía por diferentes secciones del foro, de quienes aprovecharon la música de sus ídolos y materializaron el visto bueno que conquistaron Los Tigres del Norte, quienes confesaron su nerviosismo ante su debut con mariachi.
"Por primera vez hemos cantado con mariachi en un escenario como éste y no es tan fácil, es otra cosa", dijo Hernán, quien además había sorteado varias fallas con su micrófono y en su momento agradeció los aplausos "para quien llegó a tiempo y alcanzó a escuchar al grupo Suenatron de mis hijos", quienes fueron los teloneros de la velada.
El cariño de sus seguidores jamás demérito, por el contrario, así se evidenció cuando siguieron con "Un consentido de Diós", "el tema que le hicimos a Vicente, ojalá les guste", dijo Jorge.
Habían pasado más de 120 minutos de la fiesta, que inició a las 20:40, y en la que jóvenes, adultos y un buen grupo de maduros en solitario, en pareja y hasta en grupos, ya habían cantado con los anfitriones temas clásicos como "Mi buena suerte", "No pude enamorarme", "Contrabando y traición", "Allá en la mesa del rincón", pero el ambiente seguía creciendo.
Así que tras el homenaje al Charro de Huentitán, el quinteto apenas volvió a sus clásicas como "La banda del carro rojo", "Pacas de a kilo*," "Ni parientes somos", "La puerta negra", "Rosita de olivo"; y siguió apoderándose de la voluntad de sus invitados que lo mismo suspiraban con las historias románticas que de pie o en sus butacas bailaban cuando el ritmo se los pedía.
A las 23:30, una falsa despedida presagió la cercanía con el final, pero complacientes, como suelen ser en sus conciertos, correspondieron a sus fans; y hasta entrada la media noche seguía escuchándote el clásico sonido norteño que ha encumbrado a Los Tigres del Norte.
amt