La enseñanza musical habilita el pensamiento y cuando los alumnos son pequeños, la práctica instrumental permite extraer colores y texturas con gran facilidad. Así ocurre en el Colegio Iberoamericano de La Laguna donde atienden a menores que habitan lo que era conocido como el Rancho de Ana en Torreón, y a donde hoy acuden maestros de la asociación Desarrollo Integral del Menor (DIME) para dar clases.
El impacto que ha tenido esta colaboración es enorme y a pesar de que iniciaron hace apenas un año, algunos pequeños ya pueden tocar y otros se han sumado a las orquestas DIME, presentándose a finales de noviembre en el Teatro Nazas.
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MILENIO visitó la institución educativa y lo que se encontró fue a decenas de alumnos atentos a la clase de violín del maestro Miguel Ángel García. Su salón no es más que el recibidor de la escuela, en tanto que otros maestros atienden en el primer piso a otros estudiantes.
Clases están llenas de entusiasmo
Alejandra Ramírez Cortés, directora del Colegio Iberoamericano de La Laguna, afirmó que la participación de DIME ha sido una de las aportaciones más valiosas que ha tenido el plantel y los niños están muy entusiasmados, al igual que los padres de familia.
“El colegio tiene ocho años en el Fraccionamiento Anna, el fundador fue el profesor Ignacio Uribe que inició el proyecto con ocho niños nada más. Anduvo buscando a los niños casa por casa hasta que reunió a más. La institución se ha caracterizado por ser humanista porque incluso a veces los papás no podían pagar y, de su pensión, el maestro terminó pagándole a las maestras, que es el gasto mayor, la nómina”.
La directora dijo que se continúa con el legado del profesor pues Ignacio Uribe fue su suegro y ella, también maestra, decidió seguir cuando él murió, hace apenas dos años. Al momento son doce los profesores que laboran en los niveles preescolar y primaria.
“Tengo seis años trabajando en el colegio como directora pero cuando él falleció, mi esposo que es su hijo y yo nos quedamos a cargo del colegio. Normalmente recibimos a niños de toda condición social, no discriminamos porque es una escuela incluyente; si se trata de hermanos les otorgamos un descuento o una beca. Tengo familias que hasta tienen cuatro niños y con ellos se maneja un apoyo”.
El encuentro con la música
Alejandra mencionó que el coordinador del colegio le habló de DIME cuando comenzó a buscar maestro de música. Y aunque pensó en un instrumentista que tocará la guitarra o el piano, hoy sus niños reciben clases de solfeo acompañadas por violín, trompeta, flauta y chelo, instrumentos que aporta DIME y que incluso, los menores se pueden llevar a casa para practicar.
“El coordinador sabía de DIME y me dijo que había una asociación que nos podría ayudar. Posteriormente Miguel Ángel García y Ana Rendón hablaron conmigo y me platicaron bien cómo era el proyecto, cuál era su idea. Yo soy una apasionada de la música y me gustó el proyecto. Para presentarlo hicimos una reunión con los papás, Miguel llevó a una de las orquestas de DIME y estaban fascinados; ellos se comprometieron a apoyar a sus niños”.
La directora dijo que en este programa están todos los niños de su colegio; la oportunidad no tiene excepción y los chicos que cursan la primaria, todos, tocan instrumento gracias a que DIME se los facilitó pudiendo llevarlo de la clase a casa. En preescolar ya se preparan cerca de 100 niños para cantar.
Ramírez Cortés comentó que las clases de música no incrementaron los costos de la colegiatura aunque se debe responder a la generosidad de DIME pagando los honorarios de sus maestros, lo que resulta simbólico si se piensa que con la música, las niñas y los niños han podido vivir nuevas experiencias pues algunos ni siquiera conocían un teatro y no habían abordado un camión especial para viajar fuera de su núcleo residencial.
“Es algo simbólico pero es lo que pudimos acordar y sostener con DIME y eso ha sido otro beneficio porque han sido muy considerados al darnos un costo accesible y el beneficio es muy grande para los niños. Ellos ansían el día miércoles que es cuando tienen la clase con Miguel y les dejamos dos horas de música. Ellos ya se han podido presentar en un concierto”.
“Ellos muestran más concentración y más interés en sus estudios; las mamás los ven un poquito más disciplinados en terminar rápido sus tareas para poder practicar porque, esa es otra ventaja, se llevan sus instrumentos a su casa y hay mamás que suben videos donde los niños están repasando las piezas que les deja Miguel o sus otros profesores y la verdad ha sido una locura y una emoción el que DIME quisiera entrar a trabajar con nuestros niños”.
Con respeto a su identidad, la maestra comentó que tiene alumnos en situación de vulnerabilidad, mismos que se han refugiado en sus instrumentos y han despegado en todas sus clases, lo que resulta muy alentador pues espacialmente quedaron encapsulados en un núcleo ejidal en medio de propuestas comerciales y residenciales de gama alta.
“Muchos de ellos jamás se habían subido a un camión tipo ómnibus y un día les rentamos un camioncito y un salón para una posada y ellos estaban fascinados. Han sido muchas cosas nuevas que están descubriendo y el que DIME de la mano con el colegio les esté brindando esta experiencia de conocer lo que hay más allá de su entorno eminentemente campesino, es de beneficio para ellos. El estar formando niños con otro futuro, es la mayor gratificación que podemos tener”.
¿Cómo son las clases?
Los niños se emocionan al recibir la instrucción y comienzan a deslizar el arco en el violín. Entre un conteo avanzan sonrientes porque se trata de aprender a tocar las mañanitas en tanto que el maestro se mueve entre los niños acomodando sus dedos y haciendo que reconozcan las notas.
“Es una experiencia muy interesante porque es un colegio que buscó la cercanía con nosotros. Cuando yo supe que era colegio dije que no, sin embargo viendo las características, que hace mucha obra social y que tiene un enfoque incluyente, aceptamos.
Lo que más me llamó la atención cuando vine fue su clase de deporte. Las instalaciones son limitadas y la calle la bloquean con cintas amarillas; no creas que están perdiendo el tiempo, realmente es un maestro muy dedicado que le mete mucho al tema del deporte”.
Miguel Ángel García se mueve como pez en el agua porque Alejandra Ramírez le dijo que pretende una formación integral de tal manera que la música forme parte de la currícula de los estudiantes. No se trata de entretenimiento y es por ello que llegaron al acuerdo de trabajar sumando cinco maestros que atienden a casi 150 pequeños.
“Tenemos un convenio con la dirección del colegio, que los niños, no porque salgan del colegio se despiden de DIME sino que los estamos integrando; incluso cuatro de los chicos que están aquí ya están yendo a las clases de violín a Deconaz con nosotros. Vamos a cumplir un año aquí y ya tenemos estudiantes que fueron a tocar al teatro, fue un avance muy rápido”.
Por lo que respecta a la ruta que ha tomado la asociación tras más de una década de trabajo, el director artístico de DIME comentó que intentan fusionar las artes para que los niños y adolescentes tengan un conocimiento profundo por lo cual se les enseñará ópera y ballet pues a ya han hecho equipo con bailarines, actores y cantantes al montar sus espectáculos.
“Ahorita estamos teniendo el contacto con pianistas y ayer tuvimos pláticas con dos personas que tienen una academia de canto y les vamos a meter ópera, vamos a migrar a eso, vamos a poner óperas y ballet, entonces imagina a los chicos que están en la orquesta pero no nada más hacen música sino que hacen equipo con bailarines profesionales y cantantes. A mediano plazo vamos por DIME ópera y DIME ballet y aquí se abre el espectro haciendo todo lo que conlleva a la música y teatro, danza”.
Miguel Ángel García siempre agradece el trabajo de su equipo. Y apunta que si logran conseguir más maestros y más patrocinadores, con el perfil de la asociación podrán crecer más allá de La Laguna de Coahuila.
aarp