A Roberto Cantoral García “no le gustaban mucho los homenajes” porque decía que cuando llegaran “era porque ya le iban a estar rondando los zopilotes”, aseguró Roberto Cantoral Zuchi, quien pese a conocer ese detalle de su padre buscó, en mancuerna con sus hermanos (Carlos, José e Itatí), la forma de rendirle tributo al tamaulipeco, que además de trascender por su pasión a la música como uno de Los Tres Caballeros, creó canciones (“El reloj”, “La barca”, “Al final” y “El preso número 9”) que lo mantienen vigente y por más de tres décadas se dedicó a la defensa del derecho autoral.
Roberto Cantoral siempre vivo es el título de la producción a través de la que el cantante, músico y bohemio es homenajeado por sus hijos y por los intérpretes que participan en la grabación que retoma sus éxitos y que busca “presentar la obra de mi padre a las nuevas generaciones”, dijo el heredero del compositor, quien al igual que su hermano; José y Armando Manzanero, se refirió a la grandeza de su padre.
José, tú seguiste los pasos de tu padre en la música, ¿hay algún consejo especial que recuerdes que te dio?
Tengo muchos. Uno nunca se acostumbra por más que pase el tiempo a estar sin él. Por eso a veces te pones triste, pero siempre lo recuerdo con mucho cariño y con emoción, siempre me decía que lo que hicieras, le imprimieras pasión, amor. Él siempre lo hizo.
“Recuerdo esa pasión por la música, por la defensa de autor, eso se desayunaba, se comía y se cenaba en mi casa siempre. Y sí, Dios me dio la gracia de seguir sus pasos en la música, de tenerle amor a los instrumentos como él, de disfrutar tanto como él subirme a un escenario a cantar; de modo que el legado que me dejó en particular fue el amor por la música.”
Maestro Manzanero, usted vivió los últimos años luchando de la mano de Roberto Cantoral por los derechos de autor…
La vivencia más importante que tengo de Roberto Cantoral se da cuando no lo conozco todavía, él viene siendo el empuje final que necesito para dejar Yucatán y venir a vivir aquí a México. Yo iba a la XEW y lo escuché con su trío Los Caballeros; y cuando lo escuché dije: ‘Bueno, si ese señor compone así, yo creo que puedo componer igual´; y me dio el empuje para venirme a México.
Después la vida los llevó a trabajar juntos por su gremio, ¿no?
Así es, él me invita a ser parte de la Sociedad de Autores y Compositores de Música, durante 25 años fui su vicepresidente y la manejamos maravillosamente bien; él decía, entre tu catálogo y el mío hacemos un póker de ases. Después me heredó el compromiso, sí, pero con una enorme ventaja, que tengo que agradecérsela también, porque a cada uno de los consejeros nos preparó para que supiéramos llevar la sociedad de autores.
Sí, estamos muy agradecidos con Sony Music por este homenaje que hemos hecho a mi padre, en el que Reily Barba tiene mucho que ver, pues él me llevó con Roberto López, presidente de la disquera, para plantearle la idea.
“Mis hermanos y yo se lo debíamos, porque ya son ocho años de su muerte, pero nos llevamos más de tres preparando el material. Aunque él no estaba a favor de los homenajes, pero nosotros pensamos en algo digno”.
Sí. Mi papá es el precursor del derecho de autor moderno no nada más en México, sino en toda América Latina, de la mano de grandes autores, como el maestro Manzanero, que lo acompañó en la idea de lograr un pago justo para que los autores tengan una vida digna gracias a la explotación de su obra.
Como padre fue extraordinario, triunfó más como padre que como compositor y líder, era un hombre con un corazón del tamaño del mundo, le encantaba estar con sus hijos y apoyarnos en lo que queríamos. Fue muy cariñoso. Sí, un hombre estricto cuando éramos chavitos, pero con un gran amor, y cuando nos hicimos hombres fue el mejor amigo que tuvimos.