Unidos por el estruendo de guitarras

Un soundtrack que reúne a músicos de varias generaciones que gritan al clamor de los riffs: “Porque somos de metal”. Disco y documental retumban con almas de acero.

Unidos por el estruendo de guitarras. Foto: Especial
Israel Morales
Monterrey /

Las almas de acero gritan: “Porque somos de metal”. Guiadas por un águila que sale entre truenos de un calendario azteca, en ese largo camino que han recorrido hay rastros del fuego que se mantiene vivo a su paso. Músicos que se forjaron entre riffs entendieron que era la hora de aliarse para crear y recrear himnos y continuar con el desafío, y para eso Luis “Beno” Carranco dirigió la ceremonia de más de 50 años de que se hizo para siempre el heavy metal mexicano.

A manera de documental, el 2022 es el año de la espera, pero de forma previa el soundtrack ya se hace viral desde las redes como la opción de plataformas digitales o en el formato físico, envoltura y cuidado de diseño de por medio, para que no cese la intención de llevar el mensaje headbanger en todas sus presentaciones y hasta donde sea posible.

Luzbel, Ultimátum, con dos de sus clásicos puestos al día, e integrantes de Ángeles del Infierno, Calvaria, Garrobos, Next, Shamanes, Agony Lords, Putrescence, Zamak, Sabacthani, Arkham, Concerto Moon (Japón), Xipe Totec, Leprosy, Cristal y Acero, Alkhem, Slaves of the Beast, Miquian, Tritton, Mystica Girls, Hada de Beng, Barktok, Ramsés y Argus son los abajo firmantes de esta obra sonora.

El músico hecho de metal es el protagonista y los seguidores quienes marcan esa épica comunión. Este es el espíritu que lleva a Édgar “Blass” Aguilar (Makina, Next) y Mike de la Rosa (Cristal y Acero) para firmar la versión heavy de “Porque somos de metal”, con una letra que plasma a la perfección las intenciones del documental y que exalta todo el sentimiento:

“Generación forjada al clamor de una guitarra,

con historias de hierro nuestras voces justo al alba,

nos obedecen las sombras

de exiliados del edén,

iluminados de luna

hasta el amanecer.

Armados hasta los dientes asesinos del silencio,

con los puños en alto nuestra emancipación,

un corazón palpitante al rugir la exclamación,

de un tambor en guerra, luces, cuero, un laberinto,

tiembla el suelo, inicia el juego, porque…

Y remarcan con un coro épico: “Todos somos de metal, porque somos de metal”. La voz de Mike es madura, con fuerza en el fraseo y las notas agudas.

La versión metal estuvo a cargo de David “Shamán” Juárez, “Blass” y Chipuli, que varía en la letra y es un homenaje a las bandas más extremas y con voces guturales. A destacar que “Shamán” es otro de los grandes vocalistas mexicanos (escucharlo con su banda Shamanes, por ejemplo) y aquí se comprueba con su vocalización abierta y desgarrada.

La versión guerreras le da un vuelco agradable a esta producción. Calidad y capacidad evocan el papel femenino que nutre el imaginario heavymetalero. Viridiana Rentería (voz/ Hada de Beng), Lorena Cabrera (bajo/ Tritton), Jimena Fosado (guitarra) y Yoli Moreno (batería/ Mystica Girls) hacen una versión poderosa y emotiva de “Porque somos de metal”. Toques melódicos, sin salirse de la esencia del himno, con una voz con temple y variada, que sabe guiar la lírica, que es la misma de “Shamán”, más la base instrumental de lujo ponen su rúbrica femenina a este gran proyecto.

La secuela es “Almas libres sin fronteras (PSDM)”, con letra de Mario Montaño y la música de su banda, Calvaria, apegados a la velocidad y al credo absoluto de elevar los puños ante ese sonido implacable e invasor, que destaca por la colaboración de vocalistas de larga trayectoria como el mismo Montaño, Arturo Niño (Arkham), Sergio Bustamante (Ramsés), Javier Hernández (Xyster/ Argus) y Juan Bolaños (Luzbel/ Barktok). Porque el mensaje es claro: rugir con ondas sonoras más fuertes que la tempestad.

Los himnos recreados son “El loco”, de Luzbel, liderado por el pionero del heavy metal en México y guitarrista Raúl “El Greñas”, quien revitaliza las notas y pule un clásico que cuenta la historia de quien duda de su realidad. “Melodía, poesía y estruendo” (retomado de la canción emblema “Porque somos de metal”) caben muy bien en esta consagrada y oscura partitura. Ultimátum reinventa “Llegaré por ti” y Talo Chárraga (bajo) y Rafael Covarrubias (guitarra) muestran que la renovación implica buenos resultados, con el brillo de la voz de Lucrecia Ang, y una banda recordada por su aporte femenino al hard rock de los ochenta.

Un gran acierto encontrar piezas instrumentales, para lo que Gus Santana (Ángeles del Infierno/ Tercer Acto) se alineó con las estrellas y los cielos puros de la región transparente en la exploración absoluta de su creatividad, a guitarra, bajo y batería programada en “The wizard” y “Transición”, que se reparten en esta banda sonora.

Sonidos extremos y ancestrales

Los dioses aztecas se manifiestan en la segunda parte del disco. Martín Martínez (Xipe Totec) es uno de los grandes compositores del metal prehispánico y da su aporte con “Cuauhtli”, al lado de Carlo F. Hernández, con las vocales de Mario Montaño. Veloz, frenética y envolvente con una voz aguda que narra este pasaje; rola a la que se le da un giro en el extreme reprise al final del disco, que como se indica es una versión más pesada y con cambios en la letra, ahora con la voz gutural de Alex Camacho (Xipe Totec/ Putrescence). Ambas con instrumentos prehispánicos de Martín, creando las atmósferas que abren el ritual de guerreros, aves ancestrales y sagradas, en proyecciones de la guerra florida. Temas constantes en este subgénero auténtico del metal mexicano.

“Revive Aztlán” (Pandemic Clan Project) alude al hijo del Quetzal y del fuego y el viento en tiempos sangrientos, una pieza de death metal atada a un fondo melódico, con Ayu Dávalos (Sabacthani) que lanza los registros guturales incesantes y que encajan con fraseos que reclaman los tormentos injustificados que se vivían en el mítico sitio.

Antonio Ruiz Paniagua da una prueba de sus destellos en la guitarra y voz, y sube a la pirámide para gritar “Sacrificando sangre”, death metal puro con los toques obligados de su banda Zamak, canción en la que es acompañado por Daniel Ventura Vega (bajo) y Omar Rufino Avecilla (batería).

Cuántas historias no hay en el metal mexicano de quienes renacen de las cenizas. “Fénix” es un himno de Calvaria basado en su propio vuelo, pero que también es el ejemplo de muchos de sus compañeros de batalla que han afrontado las adversidades y que mantienen, como ellos, la llama del heavy power. Ya son 20 años de Calvaria y su plenitud y calidad se aprecian en la penúltima canción de este CD.

“A la victoria” es una de las mejores piezas de este disco con un ensamble conformado por Édgar “Blass” Aguilar (guitarra, bajo, batería programada), Jesús Bravo, de Agony Lords, y Alex Camacho y Martín Martínez, de Xipe Totec y Miquian, músicos de dos de las escenas metaleras más fructíferas del país, la de la CdMx e Irapuato, esta última, una de las más representativas del death metal. Destaca la incursión de Jesús Bravo en el metal con temática prehispánica, que une su voz a la de Alex Camacho, quien hace las partes en náhuatl, en esta plegaria a los antepasados.

Un disco de colección que es un esfuerzo conjunto de American Line Prods, Maykos Récords, Horta Funebra Recs y Morbid Kult Recs.

La presencia regiomontana hasta ahorita se aprecia en la voz en off del locutor Fer Núñez en el tráiler del documental, el logo de Crazy Lazy aparece en un promo y la participación de Beto de Mortuary en el video oficial de la versión metal de “Porque somos de metal”.

Checa:

https://www.youtube.com/c/PorqueSomosdeMetal

https://www.facebook.com/porquesomosdemetal/

https://es-la.facebook.com/alprods/

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