Vitaliy Rudoman logra fusión y armonía de sonidos a través de la viola

El músico llegó a la Camerata de Coahuila a darle un toque especial por medio de este instrumento cuya tesitura, entre graves y medios, caracteriza a un hombre cantando.

El violín fue su primer instrumento musical con el cual sentó las bases para catapultarse en la viola. | Martín Piña
Jorge Maldonado
Torreón, Coahuila /

El músico Vitaliy Rudoman cruzó el océano Atlántico desde su natal Krivói Rog en Ucrania, hasta la Comarca Lagunera, a donde arribó con su viola en mano hace casi diez años para ponerle su toque especial a la Camerata de Coahuila. 

El violín sería su primer instrumento musical, lo hizo suyo durante ocho años de su vida, sin pensar que esas bases serían la catapulta hacia la viola, la cual se ha convertido en una extremidad más de su cuerpo y con ella entabla todo un lenguaje con un sonido único. 

Su contacto con la viola fue a modo de recomendación por parte de uno de sus profesores de la escuela de música, quien además de verle cualidades en instrumentos de cuerda, apreció que sus brazos largos le permitirían maniobrar con mayor firmeza este instrumento que tiene sus funciones específicas, infaltable en una orquesta. 


A diferencia del violín, con el que tiene similitudes físicas, la viola destaca por su tamaño pero también por su tesitura entre graves y medios, con un sonido parecido al del hombre, así lo describe Vitaliy.

 “Este instrumento está más cercano al tono que tiene el hombre, está dentro de esa tesitura. La viola está más cerca a la voz de un tenor, expresa una melodía que se parece al canto, por lo que muchos compositores la utilizan en las óperas donde su sonido caracteriza a un hombre cantando”. 

Si no fuera músico, el violista comparte que se hubiera inclinado por una carrera relacionada con los sistemas computacionales al tener habilidad con las matemáticas y las ciencias exactas, en tanto, además de tener estudios en música, tiene conocimiento en administración de empresas y en economía. 

En su arribo a La Laguna en aquel agosto del 2012, el país en general pasaba por condiciones de violencia que alejarían a cualquiera de buscar residir en Torreón en tales condiciones de inseguridad, sin embargo, su pasión por la música y su deseo de trascender artísticamente fuera de su país lo trajeron a la región que llaman “La ciudad de los grandes esfuerzos”.

Al tener diferente cultura, el clima del norte de México es parecido a su ciudad Krivói Rog, lo que sí tardó en adaptarse es a la comida picante mexicana y de La Laguna.

“Cuando llegué no me gustaba mucho la comida porque era muy picante. Aquí preguntas si algo pica y dicen ‘¡No! para nada’, ya hasta que lo pruebas te das cuenta. Pero ya al paso del tiempo me acostumbré y ya hasta me gusta muchísimo la comida mexicana”. 

Además, el idioma sería un obstáculo para Rudoman, pero pronto contaría con el apoyo de su compañero violista, Vladimir Leshin, quien hablaba ruso, al igual que otros amigos que lo ayudaron a aprender español y sobre todo, aquellos niños que tuvo como alumnos en sus primeras clases que impartió en la región lagunera. 

“Aprendí mucho el idioma español de los niños a los que daba clases. Ellos me enseñaban muchas cosas y a mí me da mucho gusto compartir mis conocimientos con otras personas”. 

Respecto al público que sigue el camino de la Camerata, Vitaliy ha notado que hay un cambio generacional en la gente que solía acudir a los conciertos, ya que los jóvenes se han interesado más por presenciar música de cámara en vivo y acuden en mayor número a diferencia de algunos años, principalmente por el alcance que tiene con las redes sociales. 

“Ahora por las redes sociales y la promoción que está dando la Camerata de Coahuila el público está rejuveneciendo, se ve más interés en los jóvenes por ir a un concierto, ahora preguntas a los chavos que si quieren un boleto para la Camerata y pronto me los piden”.

¿Cómo te enteras de la Camerata de Coahuila?

Vi un anuncio en mi conservatorio que invitaba a músicos de Camerata, el anuncio lo había puesto el sobrino de un concertino, Tatul, lo contacté y hablé con él sobre lo que se necesitaba, como estaba la situación aquí. Mandé mis videos y me aceptaron, llegué directo a tocar en la Camerata de Coahuila.

¿Con qué momentos te quedas de la Camerata?

Sin duda, tocar con solistas de alto nivel con ejemplos como Renée Fleming o Javier Camarena y otros personajes de ese nivel. Quiero agradecer a la Camerata por recibirme tan cálido. No esperaba una hospitalidad tan cálida de la orquesta y de la gente lagunera

CALE

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