El camino por el que Yngwie Malmsteen condujo a cerca de 500 seguidores del metal anoche en Guanamor Teatro Estudio hacia su ruidosa, efectista y estridente "Black Star" como última estación de un majestuoso viaje sonoro que duró cerca de 90 minutos, estuvo plagado de virtuosismo y espectacularidad.
El guitarrista sueco con más de 50 años de trayectoria artística volvió a ser el más veloz, certero y expresivo juglar galáctico que inundó con una y a veces dos guitarras en mano, una humeante atmósfera roja con abruptas y rebuscadas melodías y rugidos eléctricos. Desde los primeros acordes de “Rising force", el público se encendió y continuó consumiéndose en rock y cerveza lentamente.
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Así fue el concierto de Yngwie Malmsteen
En esta especie de éxtasis compartido vinieron "Like an angel", "Relentless fury", "Now your ships are burned" y "Si vis pacem parabellum", entre otros temas que se tejieron con los aplausos y ovaciones de un público variopinto, muchos de ellos entre 20 y 40 años, incluso hubo quienes llevaron a sus pequeños de entre 6 y 8 años.
Los fans pudieron seguir algunos detalles de la espectacular ejecución de Malmsteen en piezas como "Paganinis 4 Adagio" y "Bohemian Rapsody arpegios for hell", a través de dos grandes pantallas colocadas a la izquierda y derecha del escenario en dónde el staff del lugar proyectaba tomas cerradas de Malmsteen en plena acción, poseído por los dioses del metal.
La velada incluyó algunas improvisaciones espectaculares por parte del baterista y finalizó con la clásica lluvia de plectros o también llamadas plumillas, o púas para tocar guitarra que los integrantes de la banda que acompañó a Malmsteen lanzaron a la multitud. Así fue como los fans menos distraídos lograron llevarse un preciado recuerdo de lo que fue una metalera y legendaria noche. El paso de Malmsteen en México continúa hoy en el Auditorio BB de la Ciudad de México. Mayor información en el sitio https://www.yngwiemalmsteen.com
SRN