La actriz de cine, teatro y televisión debutó como cineasta primero con el corto Se construyen sueños (2019) y ahora con el documental La Llevada y la Traída (2021) sobre las danzas y peregrinación en la romería en torno a la virgen de Zapopan, que desde el jueves 26 de octubre está en cartelera comercial.
Medina (Mérida, 1950) también está celebrando los 40 años del filme que la consagró, Frida, naturaleza viva (Paul Leduc, 1983), que ganó nueve Arieles, incluyendo el primero para ella por Mejor actriz; obra maestra en la que compartió créditos con Juan José Gurrola, Claudio Brooks, Margarita Sanz, Salvador Sánchez, Cecilia Toussaint y Max Kerlow, bajo la dirección artística de Alejandro Luna.
- Te recomendamos Rubén Albarrán, de Café Tacvba, le habría prohibido a su ex esposa hacer pública su relación Famosos
En entrevista año y medio después de presentar su primer largometraje en Cineteca Nacional, la hoy también cineasta comenta que nada cambiaría al filme para el que la recomendó Guillermo del Toro ante el ayuntamiento de Zapopan, porque él declinó hacerlo, y que reunió a un equipo principalmente de mujeres con Claudia de Berardinis en la edición y posproducción, Begoña Lecumberri en la investigación histórica, Montserrath Revah y Eduardo VC en la música, Emiliano León en la fotografía.
La Romería de la Virgen de Zapopan es una de las tradiciones religiosas y populares representativas de Jalisco, al grado que fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en 2018, se realiza cada 12 de octubre y congrega cada año a más 2 millones de personas y danzantes.
“Dos millones de personas organizadas, los partidos políticos no lo logran”, dijo Medina, que presentó otra vez su filme en Cineteca Nacional y lo llevará a la explanada de Zapopan el 10 de noviembre.
La actriz y realizadora dice que su siguiente proyecto es un guion para una película de ficción que escribió hace 18 años, pero por lo pronto está concentrada en la exhibición comercial de su documental.
“Esta película realmente me costó sangre sudor y lágrimas, como a todos hacer nuestras películas, este trabajo fue muy meticuloso, la edición de la película tardó un año y se hizo durante la pandemia. La música y la edición fueron trabajos delicados, dedicados a que el público lo goce, y es lo que espero”.
Con toda su trayectoria, ¿por qué le costó sangre, sudor y lágrimas?
Tiene enfoque cinematográfico. Para cada día de filmación teníamos cuatro cámaras y un dron, y una sincronía de un trabajo de superproducción. No es fácil filmar un fenómeno así, sobre todo los últimos días. Desde el día 11 (de octubre), que es la víspera de la romería, estamos filmando continuamente con equipos profesionales, con equipo completo, toda la noche del 11, para amanecer el 12; todo el 12, luego se descansa un momentito para el día del danzante. Eso es una coordinación de un equipo de logística muy delicado, y que las cámaras tengan baterías, y tengan todo, hacer la data, la recopilación.
Y después la edición. Cada minuto tiene 30 cortes, es una edición con una música compuesta especialmente para la película por grandes músicos y que hicimos al segundo; es un trabajo que costó sangre, sudor y lágrimas. Y luego conseguir quien la distribuya y ahora lo único que puedo pedir es que el público vaya a verla, que se vea reflejado ahí, La Llevada y la Traída es una película que refleja a México, un México profundo, un México mestizo, muy importante”.
En el ámbito espiritual de la romería de la virgen de Zapopan, ¿qué la transformó a usted?
A mí lo que más me impresionó fue conocer los cuarteles y los grupos de danza; ver esa organización, que podemos llamar autónoma, ellos se organizan solos, y es una belleza ver que lunes, miércoles y viernes todos salen a su propia calle, cierran la calle, no pasan coches, y vienen con carriolas, los viejitos y los bebés, y todos participan de este ritual de comunidad, lo más importante que yo aprendí aquí es que la comunidad existe y está viva y hace que este país se mueva.
Su primer largometraje coincide con los 40 años de Frida, naturaleza viva, de Paul Leduc, con guion de él y José Joaquín Blanco. Frida Kahlo fue pionera en valorar lo indígena.
Yo supe de Frida Kahlo cuando tenía 11 años. Y al saber de ella, a mis tiernos 11 años, supe del comunismo, supe del amor por los indios, supe de las culturas mexicanas. Yo, gracias a Frida Kahlo, pude apreciar estas cosas. Sí, fíjate, qué coincidencias. Son 40 años de la película, 40 años en los que yo también me convertí en directora. Y este amor que heredo de estos artistas, como Frida y Paul Leduc, que también era un artista comprometido; espero que mi cine, también como directora, refleje eso: nuestra cultural, mi amor por lo nuestro, por la comunidad mexicana.
DAG