A unas horas de presentarse en un escenario de Manzanillo, Carlos Cuevas hace un espacio para atender la entrevista. De entrada, se refiere a uno de los más importantes compromisos que tiene antes de que concluya el año, “el concierto que compartiré con Jorge El Coque Muñiz, Estela Núñez y Manoella Torres en el Auditorio Nacional, y que se deriva de una gira que iniciamos hace dos años y que sigue dando para más”.
Además El rey del bolero también compartió que fue su mamá “quien me heredó el gusto por el género”, el cual pese a que carece de plataformas de proyección se ha convertido en su compañero por casi tres décadas, gracias a que retomó “el nicho que pertenecía a Víctor Iturbe El Pirulí”.
¿Hay nervio por tu presentación en el Auditorio Nacional?
Así es, tenemos la fortuna de que después de estar seis veces en el teatro Metropólitan con llenos, nos dieron la oportunidad de estar en el Auditorio Nacional a El Coque y a mí con el espectáculo El tiempo es oro, donde vamos a tener como invitadas a Manoella Torres y Estelita Núñez. Y lo que hay es mucha emoción.
Las mancuernas se han vuelto una constante, aunque junto a "El Coque" no es nuevo, ¿verdad?
Fíjate que sí, cuando empezamos nosotros hace veintitantos años a Jorge y a mí nos fue muy bien, hicimos más de 600 shows en tres años; ahora me habló en 2014 y me dijo: ‘Oye, vamos a hacer otra vez un teatro, el Diana de Guadalajara’, y otra vez nos fue muy bien, por lo que seguimos en gira, con la que iremos al Auditorio Nacional el próximo sábado 10 de diciembre.
“El show es una amalgama de estilos, comicidad, él con sus baladas, yo con mis boleros, se hace una buena mancuerna”.
Tú, te iniciaste en Valores Bacardí, ¿cómo logras la vigencia?
Se debe a que hay trabajo, y cuando tienes un oficio y lo sabes hacer y lo haces bien, puedes durar toda la vida.
Aunque no fue fácil el reconocimiento, ¿verdad?
Definitivamente cuesta trabajo, pero cuando lo haces con amor y con pasión sale. Dicen que sufrí mucho, pero no, yo encantando de trabajar siempre, encantado de tocar muchas puertas, porque sabía que tarde o temprano iba a tener una recompensa.
Sin embargo, ser intérprete de bolero no es fácil...
El bolero es un género muy noble, además retomé el nicho que me dejó Víctor Iturbe, El Pirulí, porque yo seguí su tradición de grabar boleros.
Dices que has grabado boleros inéditos, ¿por qué apoyar a los nuevos compositores si es un albur apostar a lo nuevo?
No, más bien ellos me apoyan a mí. Creo que cuando alguien compone un bolero es porque de veras cree en el género, y me han llegado muchos boleros que he estrenado. De David Haro, por ejemplo, últimamente grabé uno precioso de Jorge Luis Piloto, que se llama “Noche sensacional”.
“El bolero es mi bandera desde que canté ‘Un bolero’, cuando gané el OTI Internacional, que por cierto yo ya iba con disquera”.
¿Quién te puso "El rey del bolero"?
El título me lo puso Raúl Velasco, él me presentaba de esa forma en Siempre en domingo y se me ha quedado. Soy bolerista por convicción y no por moda, el bolero es tan generoso que todo mundo quiere grabarlo.
¿Cómo surge el gusto por el bolero?
Tuve la suerte de escuchar a mi madre cantar, y ella tenía una libreta donde apuntaba todas las letras de los boleros, libreta que, por cierto, todavía tengo. Como a los 16 años ya me sabía más de 500 letras, así nació mi gusto por el bolero.
¿Qué hay con la faceta de conductor, que no es tan conocida, pero ha llevado un gran curso?
Fíjate que esa es suerte. Yo fui a Guadalajara a hacer la promoción de mi disco con la Sonora Santanera a un programa de Víctor Manuel Urban, me vio el productor y me ofreció el programa.
¿Qué te falta hacer?
Muchas cosas, pero yo no tengo metas. No digo que me falta esto y enloquezco por hacerlo, o digo que muero por irme a España; yo vivo mi presente muy bien, no ando con sueños, porque aunque todos soñamos, insisto, vivo mi presente.
¿A ti qué te emociona, qué música escuchas?
Me gusta escuchar música de todo tipo; de hecho, escucho ópera, sinfónica, cumbia, salsa, los violines, pero no me gusta ni el reguetón, ni el rock, ni tampoco bailar.
¿Añoras algo?
A mi madre, pero sé que donde esté, la energía se siente. Desde luego, añoro el poder llamarle por teléfono, te queda esa costumbre muy arraigada, por eso ahora digo: ´¿a quien le voy a llamar? No soy de los que me aferro mucho; sin embargo, ese cariño, ese sentimiento hacia mi madre es algo muy fuerte.