Con Párvulos, Isaac Ezban nos sumerge en un apocalipsis donde el verdadero horror no radica en una pandemia que azota al mundo, sino en la fragilidad y profundidad de los vínculos familiares.
La historia que llegó esta semana a salas de cine sigue a tres hermanos que se refugian en una cabaña perdida en el bosque, un espacio en el que intentan hacer un hogar en medio de la desolación, donde el amor y el miedo conviven cada día.
En su sótano, los hermanos resguardan un secreto vivo y monstruoso que parece devorar no solo su seguridad, sino también la inocencia que aún les queda.
Inspirado en ‘Coming of age’ de autores como Stephen King y directores como Guillermo del Toro, Isaac explora el paso de la niñez a la madurez, a través de situaciones que retan incluso a los adultos, porque “el coming of age va muy bien con el terror. Ambos hablan de descubrir otros mundos”.
En Párvulos, estos niños enfrentan el desafío de su vida en un mundo donde los infectados representan la pérdida y el duelo, pero también la difícil pregunta de si el amor puede sobrevivir a la monstruosidad.
Párvulos evita el retrato clásico de hordas de zombis en ciudades arrasadas; aquí, el horror es contenido, casi secreto, por ello, Ezban propone una reflexión que va más allá del miedo a los infectados y se centra en un dilema profundo.
“¿Qué harías si alguien que amas se infectara? ¿Lo protegerías o pondrías fin a su existencia?”, se pregunta el director. Esta tensión entre el amor y el deber, entre proteger y destruir, guía el corazón de Párvulos. De hecho, el cineasta realizó una consulta con personas a las que les planteó este dilema, la sorpresa fue que el 50 por ciento de los encuestados eligió matar a sus seres queridos, al no encontrar una solución para rescatarlos.
La película tomó años en concretarse y el impacto de la pandemia real terminó por darle un nuevo peso a la historia. Durante esos años, el guion adquirió un significado distinto, una especie de metáfora sobre la lucha humana por encontrar humanidad y amor, incluso en la oscuridad y esto le permitió al cineasta ofrecer una propuesta personal al género de zombis y “estoy seguro que los fans del género van a encontrar una historia interesante”, dijo.
“Ya hemos visto zombis hacer muchas cosas, pero nunca habíamos visto zombis que los saquen a pasear al bosque, nunca habíamos visto zombis que les lean un cuento antes de dormir, o que les estén enseñando a hablar y a comer, nunca habíamos visto zombis celebrando Navidad, zombis teniendo relaciones sexuales. Esta película tiene todo eso y más, pero no nada más por morbo, sino porque realmente va con la historia”, agregó.
En palabras de Ezban, Párvulos aborda nuevamente la idea de la familia, un tema recurrente en su filmografía. Así como en Mal de Ojo, donde exploró el ‘coming of age’ desde una perspectiva femenina, aquí aborda la transición a la adultez en una clave masculina, resaltando la importancia de mantener la familia unida a cualquier costo, incluso si ese costo implica convivir con un monstruo. La película llegó esta semana a las salas de cine mexicanas.
AJR