En la superficie, Helena parece tenerlo todo, pero detrás de las paredes de su casa se esconde una historia marcada por la violencia, el miedo y el silencio. Así comienza Pecados inconfesables, la nueva serie de Netflix que nos adentra en un thriller cargado de tensión erótica y el retrato íntimo de una mujer atrapada en un matrimonio abusivo.
Para Zuria Vega, el reto de interpretar a Helena fue encarnar una violencia que pocas veces se muestra, la que ocurre en lo privado, sin marcas visibles, “esa es la violencia silenciosa”, explicó la actriz en entrevista con MILENIO, “ves a una mujer muy fuerte que jamás te imaginarías que pueda vivir algo así, pero cuando te metes a su casa todo ocurre”.
La serie retrata cómo el miedo se vuelve parte del paisaje cotidiano, cómo una mujer normaliza el dolor hasta que algo, en este caso su instinto materno y el deseo de libertad, la empuja al límite. Salir de una relación abusiva no siempre significa abrir una puerta, la mayoría de las veces se trata de enfrentar todo por recuperar el control de sus vidas.
“Esto nos enfrenta con la pregunta: quiénes somos cuando nadie nos ve, cómo nos tratan cuando no hay nadie, cómo te tratas a ti mismo cuando nadie te ve”, se cuestionó Zuria sobre su personaje, “no comparto muchas cosas con Helena, pero la que sí comparto es la maternidad, muchas veces llegamos a poner el límite no por nosotras, sino por los hijos”.
“Eso es algo que me ayudó a darle un sentido de vida al personaje, cuál era su sentido de vida, en este caso lo era su hijo, es algo muy bonito que pude compartir con mi personaje, porque, en esa violencia silenciosa, ves a una mujer que encabeza una empresa, pero que jamás te imaginas lo que está viviendo al interior de su matrimonio”, agregó la actriz.
Desde el arranque de la historia, Helena toma la decisión de aliarse con su amante, Iván (Andrés Baida), para librarse de su esposo (Erik Hayser) al tratar de involucrarlo en una situación comprometedora. Pero, lo que parecía un plan para salvar su vida y la de su hijo, se convierte en una cadena de traiciones y sospechas, “todo parece imposible”, dijo Baida.
En su intento, Helena e Iván ponen al descubierto los secretos más oscuros de la élite empresarial y política mexicana. Y eso nos lleva a pensar cómo en la era digital la vida privada ha dejado de serlo, hoy una cámara puede convertir lo privado en público y lo íntimo en evidencia. En un mundo donde todo puede ser grabado, nadie queda libre de ser viral.
“Piensas en ¿quién quiere ver algo de mí?, ¿sabes?, pero son cosas que pasan y que atentan contra lo privado. Es claro que yo no soy realmente esta persona ahorita, muestro lo que quiero mostrar en este momento, al igual que ella, al igual que tú, al igual que todos los que estamos aquí, y eso es bien duro, porque nunca terminas de conocer a alguien”, agregó Baida.
En esta serie, “conforme van pasando los capítulos, vemos cómo todos van cambiando. Descubres más de las vidas de los personajes”, la mayoría de ellos políticos y empresarios, “y creo que se logró muy bien a lo largo de 18 capítulos, fue complejo mantener ese ritmo, porque todos te van enseñando más de quiénes son realmente”, comentó el actor.
Pecados inconfesables se convierte en un juego de apariencias, donde cada personaje oculta más de lo que dice, y donde los deseos más íntimos pueden volverse armas, “y ese es justo mi trabajo como actriz”, explicó Zuria Vega, “que nunca sepas lo que está pensando, no sabes si está usando a Iván o si realmente se enamoró o si solo es sexo, eso es increíble”.