Ha pasado una década desde que Amat Escalante obtuvo el premio al Mejor Director en Cannes por su trabajo en Heli. Esta semana, el mexicano reconquista a la crítica de la costa azul con una nueva historia: Perdidos en la noche; la cinta se proyectó por primera vez en Première, una sección fuera de competencia que le dio la bienvenida al cineasta y a su elenco, conformado por Juan Daniel Treviño, Bárbara Mori, Ester Expósito y Fernando Bonilla.
A diferencia de sus anteriores proyectos, en los que predomina el drama para retratar de manera frontal la violencia que se vive en México, Amat eligió el thriller para acercar al espectador a los temas de su interés. Como parte de la historia, Emiliano transita por un profundo sentido de justicia y busca a los responsables de la desaparición de su madre, una activista que años atrás se había manifestado en contra de una compañía minera internacional.
“Son temas delicados y muy fuertes. La búsqueda de la justicia en México puede resultar muy frustrante, nos puede volver locos y eso lo vemos con Emiliano, él está en esa búsqueda y en el proceso se encuentra con una familia de artistas excéntricos, me interesaba mostrar el choque social y la inspiración de un artista a través de elementos como la violencia, eso es un cuestionamiento de vivir en México”, dijo Amat Escalante a Milenio, desde Cannes.
“Quería explorar cómo el arte se nutre de la tragedia y la violencia en muchos casos, claro que no es un tema nuevo, sabemos que la literatura y el arte retrata este conflicto humano desde los primeros años, cuando se pintaba en una cueva la violencia de la caza por comida, hasta hoy, con las series de narcos o películas de acción. Pero, a veces, esta motivación viene de un lado no honesto o moralmente ambiguo, cuáles son las consecuencias de eso”, agregó.
La búsqueda de justicia
La historia que, por cierto, obtuvo siete minutos de ovación en Cannes también muestra las consecuencias de un sistema carente de justicia. Al no recibir ayuda de la policía ni del sistema judicial, Emiliano sigue una pista que lo lleva hasta la familia Aldama, integrada por un famoso artista, su esposa célebre y su hija influencer. El chico consigue trabajo en ese hogar con la intención de descubrir los secretos que se encuentran debajo de la superficie.
“Él es un artista plástico y ella una actriz de telenovela, la hija de ambos se mueve en redes, así que también es una exploración del concepto de la fama y la ilusión que la rodea y cómo eso interactúa en un país como México. Nos preguntamos qué es la fama y la celebridad, qué traen las redes sociales, eso es nuevo en mí y son elementos representantes del poder para la gente; así que, me interesaba ver cómo eso contrasta en un país como México”, dijo Amat.
Por su parte, Fernando Bonilla abundó en la idea de cómo el arte puede ser el disfraz de actos poco acertados, “me interesaba lo complejo de cómo abordar la violencia y cómo integraba a más actores mezclados con la problemática social que vivimos como país, la familia Aldama, Bárbara Ester y yo, está mostrando a una parte clara de la sociedad. Mi personaje es un poco un chiste respecto al lugar que ocupa el arte y eso me pareció muy interesante”.
Perdidos en la noche tuvo su primera proyección hace unos días en el festival francés como parte de la propuesta de Première, una sección nueva que da visibilidad a las historias del mundo que, por la alta demanda y el número limitado de plazas, no compiten por la Palma de Oro. Esta sección dará también la bienvenida a Eureka, lo nuevo del cineasta argentino Lisandro Alonso que se filmó en coproducción con México.
Rompe esquemas de actuación
Con frecuencia, el cine de Amat Escalante presenta en pantalla el talento de no actores, que a la distancia se profesionalizan como ocurrió con Armado Espitia, el protagonista de Heli; pero con Perdidos en la noche, el cineasta explora nuevos terrenos. De entrada, el guión estuvo en constante movimiento, con reescrituras inesperadas que llevaron al elenco a explorar sus capacidades histriónicas a un nivel diferente y de mayor exigencia.
“El proceso de preparación para crear a los personajes fue distinto, desde tener un coach. Amat normalmente lo hace así, porque trabaja con no actores, y Tatiana (la coach) logró meternos en el mundo de esta familia desde los orígenes, logramos crear su pasado para entender su presente, para entender cómo se generó su vida juntos y en familia”, explicó Bárbara Mori sobre el proceso de preparación para trabajar con el guanajuatense.
“Como actriz, hay un antes y un después, porque a través del proceso hubo una transformación de cómo me aproximo a la actuación de una forma muy distinta a lo que lo había hecho en toda mi carrerea y cuando Fernando Bonilla entró al cuadro, la prueba y la química fue increíble, este matrimonio que interpretamos está lastimado por el tiempo, están rotos y ese trabajo se ve en la pantalla”, agregó la actriz, quien interpreta a Carmen.
Una búsqueda muy íntima
Para Juan Daniel Treviño, el protagonista de Perdidos en la noche que está en búsqueda de su madre, fue una situación un tanto distinta. Si bien, preparar un personaje de forma profunda le implicó investigar sobre los grupos de búsqueda de personas desaparecidas, el tiempo de creación fue breve, pues recibió el guión un par de semanas antes del rodaje, eso sí, con la emoción a flor de piel por lograr una de sus metas: trabajar con Amat Escalante.
“He tenido personajes increíbles y estoy agradecido con la vida, porque no me habría imaginado venir a Cannes y estar en esta alfombra roja para presentar esta película. El guión me llegó unas semanas antes de filmar, pero lo que me atrajo era que yo quería trabajar con Amat, yo estaba trabajando en una agencia y yo hacía la cámara, ahí lo conocí y comenzamos a caernos bien, pero nunca me imaginé que protagonizaría esta película”, explicó Daniel.
“La búsqueda la siento real, es algo que me tomé personal, las ganas de mi personaje por encontrar justicia, empecé a construir este sentimiento de forma real, hice investigaciones, indagué en internet las historias reales de familias que buscan sin respuesta, fue muy doloroso crear este personaje y agradezco que llegara a mi vida a enseñarme estos valores y esta realidad, porque yo vengo del barrio, donde suceden este tipo de historias”, agregó Treviño.
DAG