La ex estudiante en doctorado Luo Qianqian se asombró al ver que la agresión sexual de la que fue víctima y denunció se hizo viral en China y sirvió de ejemplo a otras mujeres para romper el silencio pese a la censura.
Todo empezó el 1 de enero cuando publicó un mensaje en la red social Weibo acusando a su ex profesor de haberla agredido. Quedó "estupefacta" al comprobar que 3 millones de internautas vieron su mensaje en tan sólo unas horas.
Después de diez días, la universidad pekinesa de Beihang despidió a su profesor Chen Xiaowu, tras una investigación interna que concluyó que acosó sexualmente a varias alumnas.
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En internet, la palabras clave #YoTambién, #MeToo o #YoTambiénEnChina se multiplicaron, y otras mujeres contaron su experiencia.
>>>Un fenómeno global en internet
En todo el mundo muchas mujeres contaron su testimonio en las redes sociales desde octubre usando la palabra clave #MeToo, pero hasta ahora China había quedado al margen.
El acoso sexual es una realidad, pero la pasividad u hostilidad de las autoridades disuade a las víctimas y las denuncias públicas brillan por su ausencia.
En solidaridad con Luo Qianqian, más de 50 profesores de al menos 30 universidades firmaron un manifiesto denunciando el acoso sexual.
El ministro de Educación chino proclamó la "tolerancia cero" con los delincuentes sexuales y prometió un programa preventivo.
>>>'Simples objetos'
"La reacción del ministerio fue una sorpresa, porque es un compromiso a nivel estatal. Estoy muy feliz de que mi país tome por fin la delantera", declaró Luo.
Una posición oficial que contrasta con la represión de 2015, cuando la policía de Pekín detuvo a cinco militantes feministas que querían distribuir octavillas de denuncia de la violencia de género. Fueron liberadas un mes más tarde.
En China no existe una definición legal del acoso sexual, lo que dificulta la puesta en marcha de políticas preventivas.
Además es un tema delicado a nivel político. Decenas de políticos caídos en desgracia por la campaña anticorrupción lanzada por el presidente Xi Jinping están acusados de abuso de poder para obtener favores sexuales.
"Muchos funcionarios consideran a las mujeres como simples objetos sexuales", recalcó Guo Jianmei, abogada especialista en el derecho de las mujeres.
"Toda la estructura de la sociedad china perjudica a las mujeres. Es casi imposible lanzar un juicio por acoso sexual porque los tribunales carecen de marco legal para tratar estos casos".
ESS