Era el año 2002 y una de mis actividades en CNI Canal 40 consistía en ser reportero de cine para los noticiarios y para una programa que aún era una idea naciente llamado Cinefilia, junto con Roberto López.
En ese momento había una nota internacional que llenaba de miedo a todos: un asesino serial estaba disparando al azar en Washington D.C., sin que para entonces se tuvieran pistas de quién podría ser.
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Así que la invitación para entrevistar a Anthony Hopkins que regresaba en el papel de uno de los más famosos asesinos seriales, Hannibal Lecter, con la película Dragón rojo, era una de las mejores oportunidades para cualquier reportero, pues implicaba hablar con una leyenda del cine, además de la posibilidad de preguntarle su opinión sobre un asesino en serie en activo en ese momento en Estados Unidos.
De todas las entrevistas que esa mañana se hacían en el hotel donde estaba hospedado el actor, una resaltó. Facundo fue invitado por su popularidad, por su “carisma” y tuvo esos apreciados 10 minutos con Hopkins aunque realmente no fueron más de tres.
Me contaban en ese momento los que estaban dentro del set de entrevistas, que Facundo decidió hacer la clásica rutina de “te digo una palabra y dime lo primero que se te venga a la cabeza” obviamente con palabras tontas, groseras, inútiles.
En ese momento algunos reporteros que seguíamos ahí vimos cómo Anthony Hopkins saló sumamente molesto del lugar de entrevistas, y luego nos enteramos que habían sido las preguntas de Facundo las que llevaron al actor a decir que no iba perder más su tiempo y se retiró.
Así que eso de jugar con las estrellas de Hollywood no es nuevo para Facundo, es más bien parte de su personaje y decisión de las empresas y estudios seguirlo dejar haciendo eso aunque a muchos no les guste.
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