'Licorice Pizza', un retrato juvenil en busca del Oscar

Una película que representa el debut en pantalla grande de dos talentos que darán mucho de qué hablar: Cooper Hoffman y Alana Haim.

Una cinta de Paul Thomas Anderson. (Especial)
Ciudad de México /

En uno de los momentos más emotivos de Licorice Pizza vemos a Gary Valentine (interpretado por Cooper Hoffman) encontrar una certeza en su vida – tras varios sinsabores ocasionados por sus 15 inmaduros años – que lo orilla a correr frente a fachadas y anaqueles con el objetivo de encontrar a Alana Kane (Alana Haim), quien a su vez también da pasos veloces para dar con él.

No contaremos si el anhelado encuentro ocurre, pero esta secuencia donde ambos protagonistas recorren vertiginosamente y con desconcierto las calles del Valle de San Fernando, en Los Ángeles, resume perfecto la esencia de la cinta escrita y dirigida por Paul Thomas Anderson.


Licorice Pizza es una historia de amor, pero también es el retrato de una generación y una experiencia emocional que impacta en aquellos que vivieron o viven la antesala de la adultez. Por eso este trabajo podría darle su primer Oscar al realizador que ya demostró su talento con Magnolia (1999), ya sea en la terna de Mejor película, Mejor director o Mejor guion original.

A continuación enlistamos aspectos destacados esta producción ambientada en los años 70 para que te animes a verla.

Debuts excepcionales

Cooper Hoffman heredó el virtuosismo de su padre, Philip Seymour Hoffman, pues no titubea en su debut en la pantalla grande, al contrario, su desenvolvimiento frente a la cámara permite pensar que lleva varios años en el plato. Por su parte, Alana Haim también salta por primera vez al cine, esto luego de encumbrarse con la banda de rock que lleva su apellido, y lo hace maravillosamente, para muestra la siguiente escena:

Experiencia emocional

Licorice Pizza cuenta la historia de amor de Gary y Alana que, como toda relación, no está exenta de decepciones y desacuerdos, sobre todo por lo dispar de sus edades: ella 25 y él 15. Pero a pesar de las adversidades, deciden mantenerse juntos en un camino que al principio la sitúa a ella como ayudante del fotógrafo y él como un solicitado actor infantil, y que al final lleva a ambos a reconocer sus pasiones y sentimientos.

Retratos juveniles

Gary es despistado, pero también quiere comerse el mundo. Alana ve el futuro con incertidumbre, pero no quiere dejar de divertirse. 

Situaciones y sensaciones con las que los espectadores se pueden identificar: la curiosidad innata de la adolescencia, la tristeza tras el primer corazón roto, las travesuras con la pandilla del barrio, lo difícil que se vuelve convivir con la familia antes de los 18 años, el fin de los sueños de infancia, el descubrimiento del poder del dinero y el gozo de un beso.

Participaciones especiales

Anderson convocó a grandes nombres de Hollywood para aderezar la película, por ejemplo:

  • Sean Penn, quien da vida a Jack Holden, un reflejo del mítico William Holden, actor consagrado por cintas como Sunset Boulevard y El crepúsculo de los Dioses.
  • Bradley Cooper encarna a Jon Peters, peluquero de las estrellas que posteriormente se volvió productor de cintas como Tango y Cash y Batman, la versión de Tim Burton. Además, mantuvo un tórrido romance con Barbra Streisand.
  • Harriet Sansom Harris interpreta a una representante infantil llamada Mary Grady. La actriz tiene solo una escena en Licorice, pero con eso le basta para demostrar su espectacular calidad actoral.

Una historia (casi) real

En entrevista con la revista española Fotogramas, Paul Thomas Anderson reveló el 'corazón' de Licorice Pizza: la infancia y adolescencia de su amigo Gary Goetzman.

"Tengo un amigo que creció en el valle de San Fernando, Gary Goetzman, que ahora es productor de cine (Philadelphia, Mamma Mia!), pero que de niño había sido actor y me contó un montón de anécdotas y de experiencias rarísimas. Yo no sabía si me estaba mintiendo o no, me parecía imposible que fueran de verdad porque eran muy locas. Pero me dijo que sí, que todo ese mundo de los niños actores en esa zona estaba lleno de historias que eran para no dar crédito. Sus amigos me lo confirmaron: no estaba exagerando. Además de sus incursiones en el mundo de la interpretación, también empezó una compañía de camas de agua”.

hc

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