Lourdes Ruiz Baltazar, de comerciante a reina del albur

Aquí te decimos quién fue Lourdes Ruiz Baltazar, la mujer que reivindico el folclore popular a través del albur.

Para ella, el albur 'era como un juego de ajedres' (Especial).
Ciudad de México /

Lourdes Ruiz Baltazar, mejor conocida como La Reina del albur fue una mujer capitalina, originaria del barrio bravo de Tepito, desde muy pequeña aprendió a vivir y comunicarse como lo hacen las personas de barrios populares.

Tuvo una infancia difícil, entre carencias económicas y una grave enfermedad, cuando tenía 8 años, Lourdes se enfermó de cáncer. Sin embargo, esto no la doblegó en ningún momento. Y pese a las adversidades, Ruiz Baltazar recordaba su niñez con una sonrisa.

“Mi albur favorito es el de mi abuela, ella siempre nos acariciaba la cara y nos decía que ella nunca se imaginó ver hijas grandes”, recordaba con dejos de ternura en una entrevista realizada para El País, con motivo del lanzamiento de su libro Cada vez que te veo palpito.

“Mi primer negocio independiente fue a los 9 años, cuando mi papá me dio 5 pesos y me dijo que llenara un bote de clarasol y me dijo que lo que ganara era mío, después empecé a vender dulces y cosas por docena, era como yo hacía lanita, pero más que comprarme dulces, yo compartía con mis hermanos”, declaró La Reina del albur en el documental inspirado en ella Mi vida es un albur.

Posteriormente, la popular mujer juntó el suficiente dinero para adquirir un puesto, que al paso del tiempo terminó por poner en renta, pero que, en su momento, la ayudó tanto financieramente que le dio la oportunidad de “recorrer el mundo”, según sus propias palabras.

Para ella la popular expresión del folclore mexicano no era sinónimo de agresión: “El albur es para que te rías, para que te diviertas, no para agredir”, señaló en dicha entrevista, Lourdes Ruiz.

La popular mujer se dedico desde temprana edad a ser comerciante en Tepito y una vez que su talento para los albures fue descubierto, en 1997, se convirtió en La Reina del albur, conjuntaba sus labores como vendedora de mercancía y ropa con la labor de ser un vinculo cultural y lingüístico en el barrio de Ciudad de México.

¿Dónde aprendió?

Pese a ser originaria de una de las colonias más populares de Ciudad de México, Lourdes recuerda que en su familia, había grandes restricciones si alguien decía groserías. 

"Yo crecí en una familia en la que si decías alguna mala palabra te lavaban la boca, entonces dije, no, a mí no me vuelven a lavar la boca, y los más grandes me fueron enseñando".

Realizó números talleres para aprender a alburear, fue ponente y conferencista, sin olvidar que plasmó sus conocimientos en el libro, ya mencionado, Cada vez que te veo palpito.

Ruiz Baltazar también fue un importante exponente de la ideología de género, pues consideraba que el albur podía ser un paso para la igualdad, ella decía que un hombre y un hombre no podían alburear de la misma manera porque siempre ganarían sus prejuicios, sin embargo, un hombre y una mujer podrían comunicarse mejor usando estas expresiones populares. 


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