A unos días de estrenar una reedición especial de su tercer disco como solista, Amor futuro, el cual le ha dado la señal de que emprender el camino en solitario luego de su historia como parte del dueto Sin Bandera fue una decisión acertada, Leonel García luce feliz, satisfecho, complacido, pero sobre todo consciente de que en la música siempre hay que volver a empezar.
Aunque por ahora, al menos en lo que resta del año, se dará tiempo para asimilar lo que ha pasado para disfrutar las reacciones que ha generado a través de sus composiciones, entre las que destacan, además del reconocimiento del público, las seis nominaciones que tiene para el Grammy Latino y que lo llevarán a Las Vegas el próximo 19 de noviembre.
Este tercer disco como solista te ha metido en un remolino de compromisos que no te permite parar, ¿verdad?
Por una u otra razón hemos ligado varios discos, entonces no ha habido descanso, entre Tú y luego Todas mías y luego Amor futuro, hemos ido logrando cosas muy bonitas de un disco a otro y viendo el crecimiento de la carrera, que hemos hecho un buen equipo y hemos creído en lo que estamos haciendo.
Me gusta la sensación de mantenernos constantes en esta dirección, me gusta lo que estamos haciendo, y este año ha sido un año de tocar en el Metropólitan, un año de estar en Guadalajara, de tocar en lugares muy lindos que vas sintiendo que son como premio a esa constancia que hemos tenido.
Una constancia que ya da frutos, los cuales se materializan en el éxito que se ha producido en la carrera del solista, ¿no es cierto?
Pues vamos poco a poco, creo que en México la cosa está mejor; en mi país hemos logrado trabajar bastante, creo que el posicionamiento del solista ya es real; en otros países todavía hay que trabajar muchísimo, hay que salir de aquí, sin olvidarnos del país que es nuestra base de operaciones. Hay mucho, mucho quehacer para establecernos como el solista y para que la gente sepa de qué va, tenemos que casar todavía el nombre con la música en muchos lugares que no hemos ido, pero vamos bien y con un trabajo muy sólido.
¿Qué cambió de tu etapa en Sin Bandera a la faceta de solista?
Muchas cosas. Ahora es un público distinto al que era antes, y eso es bien interesante, porque cuando le hablas al mismo público a veces es más simple, porque ya lo tienes, ya nada más es tratar de seguir mandando mensajes parecidos. Pero mi búsqueda músical va más allá, escuchar a artistas nuevos, renovarse y aprender de ellos y por ello mi música empieza a sonar más joven, y de pronto el público que responde mejor a lo que hago; es un público que tiene 25 años, es como renovar tu audiencia, y eso toma años y sentimos que estamos llegando a ese punto.
¿Qué ha sido lo más complejo en el proceso de dejar a Sin Bandera y caminar como solista?
Pues ha sido un trabajo paulatino, obviamente es complejo separarte de un grupo y darte cuenta que hay que empezar otra vez, ya lo intuías porque lo has sabido por experiencias de grupos que no lo lograron, y por eso muchos se dedicaron a otra cosa. Pero cuando sientes que tu vida va por el arte y no tienes opción, simplemente te relajas y te armas de paciencia; obviamente, al principio el shock es muy fuerte, venir de una agrupación con cierto tipo de audiencia y ahora hay que empezar de cero, pero es muy interesante redescubrirte como artista.
Saber qué es lo que tienes que hacer. Decir: ya no tengo mi compañero, ya no canto las mismas canciones, o sí, pero no de la misma forma, ya no tengo quien haga lo que yo no hago, ahora tengo que saber cómo interactuó con el púbico, con los músicos, pero ha sido muy bonito, porque te convierte en un artista más completo.
Después de siete años, me siento capaz de llevar mi música ante cualquier audiencia, y eso es algo que cuando terminó el dueto no sentía, pero era algo que teníamos que hacer, convertirnos en artistas completos y no nada más la mitad.
Salir de esa zona de confort, ver qué más puedo hacer, hasta dónde puedo llegar ha sido difícil, pero en la dificultad está el premio de lograr cosas que no imaginamos qué podíamos hacer.
Premios que de alguna manera se materializan con la reacción del público y con los reconocimientos, como las nominaciones que tienes al Grammy, encabezas la lista con seis, ¿qué significan para ti este tipo de premios?
Es muy loco, curiosamente este tipo de reconocimientos, el premio de la Academia de las Ciencias y Artes de la Música Grabada tiene que ver con toda la industria, quien te da ese reconocimiento son tus propios compañeros y esa comunidad no es de México, sino de todos lados, tiene una gran importancia, es una señal de que la gente que está ahorita en la Academia considera que la música que estás haciendo tiene algún valor artístico.
Y en toda mi carrera como solista es la segunda vez que me nominan, entonces de pronto pasar de cero a cien no te lo esperas, pero yo lo tomo como una señal que te motiva a hacer mejor las cosas, a pensar que esto no te pone en una situación equis y que hay que seguir trabajando, y seguir asumiendo el camino que vas y todas sus responsabilidades.
Es curioso porque aunque estás haciendo una carrera de solista, actualmente hay una realidad de muchas colaboraciones, duetos, mancuernas, incluso muchos de los que compiten por el Grammy hacen equipo contigo. ¿Hay muy buena vibra en el medio que te desenvuelves?
Sí, los artistas están cambiando y creo que los artistas que están nominados son distintos a los de otros años y que la gente que está votando es más joven. Tiene una mentalidad diferente, y el artista nuevo, que compone sus canciones, que toca sus instrumentos, tiene otra mentalidad distintiva.
El cantautor tiende más a la colaboración, a los duetos, a la invitación; el artista que no, tiene que construir su mundo, es muy cerrado, bastante individual, es mucho como se hacía la música de los ochenta, todavía en los noventa había muchos artistas así.
Creo que el artista nuevo, como si hablamos de un Alex Cuba de un Gian Marco, Natalia Lafourcade o Monsieur Periné, te das cuenta de que funcionan de otra manera, ellos son viajeros, observadores, escriben de lo que ven, de la convivencia, les gusta invitar a otros artistas con ellos, porque están amando la música desde un lugar muy honesto, porque ellos se dedicarían a la música les fuera bien o no. No están buscando el reconocimiento a través de la música, están buscando vivir de la música como sea, y si eso les trae reconocimiento, pues qué padre.
Antes los cantautores no despuntaban, y ahora está pasando mucho eso, ¿qué pasó que ahora si pueden presentar su música y no lograr el éxito a través de la interpretación de otros artistas?
¿Qué pasó? Que internet causa estragos, los chicos que son las nuevas generaciones que están viendo la computadora y YouTube, están mucho más familiarizados con la música de otros países, y se dan cuenta cómo el cantautor no es solamente lo que se pensaba en Latinoamérica; pero en Estados Unidos o Inglaterra pasa por un montón de tipos de cantautor, entonces cuando ves a Jason Brex, John Mayer, Regina Spector, los chicos dicen: Ah son cantautores, uno suena más a rock, otro más country, etcétera.
Entonces, muchas veces de ahí viene la música más interesante; el artista que no compone sus canciones está perdiendo terreno, sí existen todavía algunos superstars, pero el artista que está ganando terreno son los artistas autosustentables.