Serrat y Sabina, una velada entre camaradas con humor

Los cantautores españoles presentaron el show No hay dos de tres, en el que hicieron un nostálgico recorrido por su trayectoria y también abordaron con sarcasmo las problemáticas sociales de su patria y América Latina.

Compartieron las ovaciones y el cariño que les tiene el público en México. Alfonso Manzano
Libertad Ampudia
Ciudad de México /

Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina conquistaron con su voz y sentido del humor a sus invitados al Auditorio Nacional, donde comenzaron “peleando”, para luego hacer una tregua y sellar su amistad con un beso; los españoles ofrecieron un nostálgico concierto que recordó las entrañables historias vividas entre dos amigos y sus trayectorias, reconocidas entre las más grandes a escala internacional.

Pasaban de las 20:30 horas cuando el escenario se iluminó con un telón rojo, el cual se abrió para presentar un cortometraje con dos cuervos como protagonistas, uno con sombrero y otro con blanco cabello, ambos con la voz de los cantantes que buscaban representar. En su discurso hablaron de migrantes y su pequeño avión tenía pintado: “El sur también existe + LGBTI”.

Los intérpretes aparecieron entre un espeso humo, con los acordes de “Esta noche contigo” abrieron el show de su gira No hay dos sin tres; el público los recibió con una calurosa ovación y silbidos que celebraban su look.

“Se preguntarán por qué nos juntamos y nos separanos constantemente. Pasan muchas cosas, pero una muy simple, nosotros querámoslo o no estamos en un pico de Europa y ustedes que leen el periódico saben que está hecha mierda, con el Brexit, los chalecos amarillos, los catalanes”, dijo Sabina. Y añadió: “Dijimos vámonos a Latinoámerica, empezamos por el sur, que es una balsa de aceite, con moneda y gobiernos estables, empezamos por Chile, Bolivia, Colombia y Ecuador. Luego dijimos vámonos a México, donde había ventajas, si le dieron asilo a Evo también nos lo iban a dar; también no había peligro, porque no hay drogas ni violencia”, dijo. Su sentido del humor destacó en las canciones, pero también en sus platicas. 

“Hemos preparado un concierto que es una completa retrospectiva de nuestras carreras, una antología un ridículovitae (sic.)”, mencionó Serrat, antes de seguir con “Aves de paso", en la que mostraron su habilidad en las guitarras, que acompañaron a los ocho músicos y dos coristas.

Joan Manuel se quedó solo en el escenario y entonó “Las malas compañías”, pero antes dio una divertida descripción de su compañero: “Él es un gran amigo, tal vez algo egoísta, pero si se aplicara sería un gran amigo. Es tan liviano porque el 90 por ciento de su masa corporal son mentiras. Es un hombre admirado hasta el punto de que le están haciendo una biopic, pero no sé cómo van llenar el argumento”.

Llegó el turno de Sabina, que interpretó “Lo niego todo”, pero antes dijo: “Le gusta exagerar mis virtudes. No voy a contestar porque me dieron una buenísima educación y me dijeron que hay darle la razón a las personas mayores. Diré algo de su patético discurso, no es catalán es un maldito gachupín”. 

El gran momento de la tregua

La noche siguió avanzando y llegó el momento de la tregua cuando Sabina comentó: “Nos separan dos cosas muy importantes, mi envidia y su talento”. Enseguida se besaron, acción que causó un grito; así recordaron que han compartido música, alcohol y mujeres, con lo que inició “Pero qué hermosas eran”.


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