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Better Call Saul, la serie creada por Vince Gilligan para la cadena estadunidense AMC, es, al igual que su predecesora Breaking Bad, uno de esos platillos que se cocinan a fuego lento, que se toman todo el tiempo necesario para su perfecta cocción.
Tras el último capítulo de la primera parte de la temporada final, se ha hecho tendencia tanto la serie, como dos de los personajes secundarios que tuvieron un alto protagonismo en el clímax de la serie: Howard Hamlin y Lalo Salamanca.
Pero para llegar a este punto pasaron 8 años, para muchos lentos, para otros necesarios.
Comienza merodeando alrededor de sus personajes, jugando entre bromas y aventuras, y entregando sutilmente guiños a su serie madre, porque sabemos que su desenlace tiene que encajar perfectamente con la historia del amo de la metanfetamina de Albuquerque, Nuevo México, pero a su vez entrega una nueva historia llena matices con nuevos personajes que tendrán que irse entregando en sacrificio para que sus figuras centrales puedan ser lo que vimos en la historia de Walter White.- Te recomendamos 'Better Call Saul': los memes que dejó la trágica primera parte del final Televisión
¿O cómo respondíamos que Chuck McGill, el obsesivo hermano de Jimmy; o Kim Wexler, su pareja; o el joven delincuente Nacho Varga, no aparecen en Breaking Bad?
No es un spoiler que tienen que desaparecer.
Sin embargo, en las primeras tres temporadas el entorno está más ceñido sobre el conflicto de hermanos entre Jimmy y Chuck, este último interpretado profundamente a conciencia por Michael Mckean, y que será el primer sacrificado de la serie, con ello dando pie a la transformación principal de la serie: la de Jimmy McGill hacia Saul Goodman.
Y entonces tenemos el 'corte a’.
Ya muy cercano el alter ego de Jimmy, el abogado con sus frases burlonas y el cinismo enfundados en los coloridos trajes, era necesaria la llegada de otro personaje esperado por los fans del universo radicado en Albuquerque y del que solo se había escuchado un nombre: Lalo, interpretado de una manera feroz por el mexicoamericano Tony Dalton.
Recordemos que en Breaking Bad, una de las escenas más recordadas es el secuestro de Saul Goodman por Walter y Jesse, en donde evoca con terror los nombres de Nacho y Lalo.
En México, a Dalton se le recuerda, primero, por su participación como villano juvenil en novelas como Rebelde o Clase 406, o películas como Matando Cabos o series como Los Simuladores; y segundo, por la controversia en la que perdió la vida un joven durante una emisión del programa No te equivoques. Después de ahí, el limbo.
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Podemos decir que fue una sorpresa su llegada al universo de Breaking Bad, una de las series más aclamadas en la historia de la televisión, sin embargo, poco a poco fue tomando protagonismo y reclamando su terreno, al grado de que en la primera parte de la última temporada, pese a que sus apariciones no son tantas, se vuelve omnipresente, su solo nombre es sinónimo de miedo y paranoia.
Better Call Saul se puede medir, sin ninguna duda, a raíz de Lalo Salamanca, encargado de definir los rumbos de Nacho, de Mike con Gus, y de la caída de Kim, esencial para encontrarnos a un Saul sin alma cuando Walter acuda ante él para sacar de la cárcel a su compinche.
Lalo, el carismático y desalmado criminal que siempre sonríe y que mientras canta un corrido o una cumbia trama el caos, tiene el acento impuesto por Dalton, el que atrapó a los fans de la saga, porque independientemente de los increíbles trabajos de Bob Odenkirk, Rhea Seehorn, Giarcarlo Esposito, Jonathan Banks, Michael Mando o Patrick Fabian, su desempeño propone el terror y la ansiedad que clamaban los seguidores de Breaking Bad.