Christian Bach, una mujer que rompió esquemas en la televisión mexicana

La actriz se destacó por innovar en las telenovelas mexicanas como protagonista y productora, proponiendo historias más transgresoras en la década de 1980 y 1990.

Christian Bach murió a los 59 años. (Cuartoscuro)
Erik Solís
Ciudad de México /

Christian Bach, quien murió a los 59 años, será recordada como una mujer que revolucionó la telenovela en México en las décadas de 1980 y 1990 como actriz y productora. 

“Fue una figura fundamental para el espectáculo mexicano, fue una diosa de las telenovelas, tanto en papeles protagónicos como en papeles antagónicos. 

"Hay que recordar que ella fue una mujer que produjo, una mujer de teatro y le dio oportunidades a personas que son muy importantes como a Bárbara Mori”, dijo en entrevista Álvaro Cueva, crítico de televisión y colaborador de MILENIO.

La estrella de televisión nació un 9 de mayo de 1959 en Buenos Aires, Argentina. En su niñez estudió en ballet y jazz, más tarde, en la adolescencia comenzó a tomar clases de actuación y desde los 16 años capturó la atención de los productores.

A pesar de dedicarse al medio artístico, la actriz tomó la decisión de estudiar derecho, donde tuvo una formación profesional, que complementó con el aprendizaje de inglés, francés y ruso.

Al terminar con su carrera, trabajó en la telenovela argentina El amor tiene cara de mujer, en ese momento  Valentín Pimstein, reconocido productor chileno de telenovelas mexicanas, quien se encontraba en Argentina descubrió el talento de Bach. 

Después de dos años de negociaciones, el productor convenció a Christian Bach para viajar a México para tener algunas participaciones en la telenovela Verónica en 1979, después de su trabajo, fue incluida en la segunda etapa de Los ricos también lloran, donde interpretó a la madre de Edith González.

“Siempre fue inquieta, diferente, y siempre dio un paso más allá. Fue muy querida y muy divertida como productora”, aseveró Cueva.

La actriz continuó con pasos firmes con Colorina y Soledad, producción en la que conocería su a esposo Humberto Zurita, persona que además de convertirse en su pareja, comenzó a trabajar de manera profesional.

En la década de 1980 comenzó proponer nuevos contenidos en la televisión mexicana. “Revolucionó la industria de la televisión mexicana con su enorme belleza y con su gran disposición a hacer escenas eróticas. 

"Hizo unas escenas con Humberto Zurita fuera de serie en Encadenados, donde la veías lo mismo haciendo el amor en una regadera, como en una zona arqueológica. Esto para principios y mediados de los años ochenta, era francamente escandaloso”, recordó Álvaro Cueva.

Producciones que cambiaron el melodrama en México fueron protagonizadas por Christian Bach y en algunas de ellas su inseparable pareja, Humberto Zurita.

Otro de los proyectos más destacados fue Bodas de Odio, de 1984, donde interpretó a Magdalena Mendoza, una joven quien está enamorada de un modesto soldado, pero es obligada por su madre a casarse con un hombre de alta sociedad. 

Años después de que terminara este melodrama, el productor Ernesto Alonso le regalaría el vestido que usó en el final de esta telenovela para que se casara en la vida real con Humberto Zurita en 1996. 

En 1996, otro éxito llegaría a su carrera pero como productora, Cañaveral de pasiones se colocó en los primeros lugares de audiencia con esta historia protagonizada por Daniela Castro, Juan Soler y Francisco Gattorno. 

En esta telenovela haría su debut artístico, su hijo Sebastián Zurita. 

En Televisa produciría Bajo un mismo rostro, telenovela con la que se despediría de la empresa y comenzaría a tener uno de los cambios más importantes de su vida a nivel profesional, cambiarse a TV Azteca.

En la televisora del Ajusco comenzaría uno de los proyectos más ambiosos de Christian, La chacala, donde participó como productora y protagonista, interpretando a tres personajes: Hilda, Liliana y Delia.

La Chacala es un título que se recuerda mucho porque rompió radicalmente con lo que se hacía en aquel momento histórico en materia de telenovelas. Fue una telenovela de terror, donde interpretó a tres personajes diferentes, donde manejó una situación de suspenso, satanismo totalmente inusual.

“Demostró todas sus posibilidades histriónicas y como productora. Nunca hay que olvidar la parte de productora”, explicó Álvaro Cueva.

Al terminar continuó detrás de cámaras con Azul Tequila, donde le dio su primera oportunidad a Bárbara Mori, El candidato y la calle de las novias. “En general era muy respetada a nivel nacional e internacional”, dijo el crítico de televisión.

Luego de casi cuatro años de no protagonizar una telenovela, reapareció en Agua y Aceite junto con Humberto Zurita, último proyecto de la productora Zuba, sociedad que realizó la pareja.

Al terminar este proyecto, la pareja decidió viajar a Miami, Estados Unidos, donde vivió. 

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