Hace un poco más de un mes llegó a Netflix la película Cuties, la cual fue dirigida por Maïmouna Doucouré, dicha producción a pesar de que ha participado en festivales como Sundance, al llegar a la plataforma de streaming fue muy criticada por su contenido, el que algunos consideran como una exhibición lasciva de niños. Es por eso que ahora Netflix deberá ir a un juicio.
La película protagonizada por Fathia Youssouf Abdillahi se ha convertido en el blanco de las críticas por la sexualización de sus protagonistas, quienes son menores de edad. La producción francesa también ha causado indignación en diferentes países como en Estados Unidos, concretamente en Texas, donde el gran jurado ha presentado cargos contra Netflix.
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Según Variety, el jurado ha formulado una acusación en virtud de una ley estatal que prohíbe "la exhibición lasciva de los genitales o el área púbica de un niño sin ropa, parcialmente o completamente vestido". Para ser ilegal, dicho material debe apelar "al interés lascivo en el sexo" y no tener "ningún valor literario, artístico, político o científico serio".
En una declaración en su página de Facebook, el fiscal del distrito Lucas Babin dijo que, después de ver la película, "sabía que había una causa probable para creer que era un delito".
"Los legisladores de este estado creen que promover cierto material lascivo con niños tiene consecuencias destructivas. Si ese material se distribuye a gran escala, ¿no sería necesario perseguirlo incluso más?", dijo en el comunicado.
Cuties relata la historia de una niña senegalesa de 11 años que se une a un grupo de baile en París. La película fue presentada en el festival de cine de Sundance en enero y generó controversia cuando se estrenó a principios de septiembre en Netflix. El filme incluye bailes sugerentes, lo que ha provocado una oleada de acusaciones de hipersexualización de menores.
"Cuties es una crónica social contra la sexualización de los niños. Estas acusaciones no tienen fundamento y apoyamos la película", ha respondido la plataforma de streaming ante las acusaciones.
La realizadora también defendió su trabajo.
"Quería hacer una película con la esperanza de iniciar una conversación sobre la sexualización de los niños. La película ciertamente ha iniciado un debate, aunque no el que yo pretendía ", reveló en un escrito enThe Washington Post.
"Quería abrir los ojos de la gente respecto a lo que realmente está sucediendo en los colegios y en las redes sociales, obligándolos a enfrentarse a imágenes de chicas jóvenes maquilladas, vestidas y bailando sugerentemente", agregó.
PJG