La edad dorada. Mujeres inteligentes, ambiciosas y fuertes

Los dramas históricos habitan el ADN de Julian Fellowes, el creador de Downton Abbey. Después del éxito que tuvo con la primera temporada de La edad dorada, el ganador del Oscar está de regreso para dar continuidad a su historia ambientada a finales del siglo XIX; la serie expone el duelo social entre las familias adineradas y conservadoras de la gran manzana, frente a los nuevos ricos que buscan abrir paso a un mundo moderno.

Para la segunda temporada que esta semana llega a HBO Max, Fellowes abre la conversación sobre el papel que juegan las mujeres dentro de su historia, a pesar del contexto histórico que retrata, porque “las mujeres eran inhibidas por las sociedades en las que existían, muchas todavía lo son en todo el mundo, lo cierto es que las mujeres en occidente hoy tienen muchas oportunidades que antes no se tenían”, explicó Julian Fellowes.

Lo interesante del rol de la mujer a través de la historia, de acuerdo al escritor es que “si retrocedemos en el tiempo, todavía tenemos a las mismas mujeres inteligentes, ambiciosas y fuertes, no hay una disminución del porcentaje en ninguna de esas cosas, pero tuvieron que sortear ciertas restricciones y superarlas para que las cosas cambien hoy, en términos de derechos o educación, porque mucho de esas restricciones siguen sucediendo”, dijo.

Más allá del conflicto social y las guerras empresariales neoyorikinas, Fellowes tiene un profundo interés en colocar a los grupos minoritarios en el centro de la acción, lo hizo en Downton Abbey y repite la hazaña con La edad dorada, cuya historia introduce también a personajes homosexuales y afrodescendientes que exponen la discriminación y la segregación racial, “hay otros problemas de acuerdo a la sociedad en la que naciste”, dijo.

“La fijación de una época es muy importante, hoy la gente considera que nacer en una posición de privilegio no hace mucha diferencia, pero en una encuesta reciente se mostró que sigue siendo el factor determinante del desarrollo de un niño, porque hay muchas más oportunidades. Creo que lo que te da una historia de época son problemas que deben superarse y la serie trata justo de eso, de problemas por resolver”, agregó Fellowes.

Este aspecto de la historia se refleja en el rol de Peggy, una joven de raza negra que explora su lado activista, a través de un trabajo en el NY Globe, “Peggy es una mujer de 1880 que tiene que superar todas las cosas que las mujeres tienen que superar y además es afrodescendiente y tiene que trazar un camino que la mayoría de los otros personajes no hacen; de alguna manera, hay más oportunidades para ella”, dijo la escritora Sonja Warfield.

“Si una mujer de color lograba el éxito en ese periodo, era admirada. No había ningún inconveniente, en cierto sentido había vencido al sistema, no era sirvienta de nadie, estaba logrando una buena vida para sí misma. Con una mujer en la posición de Marion, la gente estaría furiosa por su deseo de tener una carrera, y la mayoría de su propia familia pensaría que era excéntrico y loco”, agregó Fellowes sobre el rol interpretado por Denée Benton.

Desde su primera entrega, la historia centra su atención en la familia Russell. George, el patriarca de la familia, es un nuevo rico de Nueva York cuyo poder reside en la expansión del ferrocarril; mientras que su esposa Bertha busca legitimarse ante sus vecinos conservadores, gracias a su mansión recién construida y sus causas benéficas; el problema es que no son aceptados por la clase conservadora que se opone a sus proyectos.

La segunda entrega de La edad dorada da inicio la mañana de Pascua de 1883, con la noticia de que la petición de Bertha Russell por un puesto en la Academia de Música fue rechazada, por lo que desafía a Mrs. Astor y al viejo sistema para lograr un papel de liderazgo dentro de la sociedad; George enfrenta al sindicato en su planta de acero en Pittsburgh; y Marian Brook busca su propio camino, enseñando en secreto en una escuela de niñas.

“Toda la historia de la segunda temporada tenía que ser más grande y mejor, con grandes fiestas como las que se tenían en el pasado. Si el año pasado tuvimos flores, esta vez tenemos debíamos tener más, todo debía ser más grande y mejor, porque Bertha Russell siempre está tratando de superar todo con su espectacularidad y ser más elaborada que su competencia”, explicó Bob Shaw, el diseñador de producción de esta historia.

Y justo por esta razón, la historia se volvió más ambiciosa en términos de producción, sobretodo en la casa de los Russell, “en el primer episodio hay una recepción para financiar la ópera y tienen a la estrella invitada de Los Soprano, Kristine Nielsen (Mrs. Bauer) y el guión dice que la casa está resplandeciente de flores y pensé en hacer algo diferente: un set de ópera completo, pero al lado del vestíbulo de entrada de los Russell”, confirmó Shaw.

El mayor reto para Shaw y su equipo radicó en recrear la Academia de Música, que era la antigua ópera de Nueva York, “fuimos a Filadelfia para ver la Academia de Música que es de un período pasado, la única casa antigua de estilo europeo del siglo XIX que queda en este país; fue un trabajo impresionante, porque no tenemos teatros como ese aquí, hay muchos lugares en Europa en los que podríamos filmar, pero no eran tan interesantes”, dijo.

Con esta historia, HBO tomó riesgos y decisiones enfocadas en el presupuesto, pues había diferencia entre filmar todo de forma real y tradicional o complementarlo con CGI, “así que, dibujamos toda la fachada de la casa Russell, pero no la construimos, solo construimos los dos primeros pisos; sabían desde el principio que teníamos este modelo de Downton Abbey que teníamos que sostener y que no podíamos ser menos que eso”, comentó Shaw.

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