Mientras los más de 9 millones de habitantes de Ciudad de México se sumergen en el silencio de la noche, un mundo frenético cobra vida en las calles. Son los héroes nocturnos que, a bordo de ambulancias del servicio privado, atienden las emergencias propias de una de las urbes más pobladas del mundo. Esa es su forma de ganarse la vida y es también la premisa de Familia de medianoche, la serie que esta semana llega a la pantalla de AppleTV+.
“Es un mundo inimaginable el que se muestra mientras nosotros estamos dormidos plácidamente, la ciudad está llena de actividad y llena de gente dedicada a salvar vidas y nosotros ni nos damos cuenta. Un buen número de personas ofrecen el servicio de ambulancias privadas, no son necesariamente las oficiales que la ciudad ofrece, porque son muy pocas en relación a la magnitud de nuestra ciudad”, explicó Joaquín Cosío a MILENIO.
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Inspirada en el documental del mismo nombre, la serie dirigida por Natalia Beristain, Israel Adrián Caetano, Pablo Fendrik y Gabriel Ripstein ofrece una mirada íntima y reveladora a una de las crisis latentes en la Ciudad de México, que nos obliga a repensar nuestra dependencia en un sistema que a menudo deja a sus héroes solitarios en la lucha por salvar vidas, “es la historia de nuestros héroes tan singulares y los retos que enfrentan”, dijo Cosío.
Cuando el documental llegó a la pantalla en 2019, sólo 45 ambulancias formaban parte del servicio oficial de la ciudad, el resto eran privadas, muchas de ellas en condiciones precarias e irregulares. La situación no cambió mucho en estos años, actualmente hay alrededor de 100 ambulancias para atender a una población de casi 10 millones de personas; los servicios privados de ambulancias compiten entre sí para llegar primero al lugar de los siniestros.
“Esta es la historia de nuestros héroes tan singulares, es un retrato de una familia típica mexicana de clase media que busca salir adelante, cada uno tiene sus sueños, sus propósitos y sus expectativas. Vemos las relaciones familiares intensas, los amores, es una historia que tiene de todo: acción, drama, conflictos, dudas, etc. Y yo estoy muy contento de formar parte de ella”, agregó Joaquín Cosío, quien da vida al patriarca de la familia de paramédicos.
Una cruda realidad
Con un sistema hospitalario casi al borde del colapso, las ambulancias privadas encontraron una oportunidad. Guiados por los escáneres de la policía, llegan al lugar de los hechos y recogen a los “pacientes” para trasladarlos a algún hospital privado a cambio de una tarifa; por su situación irregular, no siempre reciben su cuota y son víctimas de extorsiones por parte de la policía. A pesar de ello, muchos paramédicos se sienten orgullosos de su trabajo.
“La serie nos muestra todo el drama que atraviesa la familia Tamayo, pero, es inevitablemente ver un reflejo de nuestra realidad”, explicó Joaquín Cosío sobre los temas que aborda la historia, “esto es un retrato de nuestro entorno social, estamos viendo a México, estamos viendo este entramado donde hay todo, vemos la corrupción policiaca, pero también vemos cómo se mueve este universo nocturno. La serie nos revela este caos”.
Lo importante “es visibilizar”, explicó Renata Vaca, quien da vida a Marigaby, una estudiante de medicina que por las noches salva vidas junto a su familia a bordo de una ambulancia del servicio privado, “es complejo darnos cuenta de esta realidad y creo que hay que poner la mirada ahí, es muy duro, pero creo que hablando del tema ya estás haciendo algo, yo no tenía idea de esto antes de ver el documental, pero me abrió los ojos a esta realidad”.
Para Diego Calva, el hermano mayor de esta familia de héroes nocturnos, lo importante es mostrar al mundo que cuando no se cuenta con el apoyo oficial, la sociedad civil siempre va a sacar la casta, “si sabemos que no va a venir la ambulancia oficial, hay mucho poder en nuestras manos como sociedad, juntos podemos hacer una camilla y subirnos a la ambulancia. Como pasa en los terremotos; al final, tu vecino es la persona que te va a ayudar”.
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Paramédicos de la ficción
Para dar vida a los integrantes de la familia Tamayo, el elenco se preparó con cursos básicos de paramédicos, “fueron casi seis semanas, si no mal recuerdo”, las que dedicaron a esta labor bajo la supervisión de personal médico certificado, explicó Joaquín Cosío, “aprendimos los primeros auxilios básicos y la atención de emergencias, desde cómo aplicar una inyección, hasta saber reconocer cuando alguien está sufriendo un ataque cardíaco”.
“Incluso, poder detectar si la persona respira, cómo ayudar para que la persona respire mejor, hasta manejar una ambulancia, no fue sencillo. Anduvimos en ambulancia, nos metimos a la Ciudad de México, anduvimos conduciendo entre el tráfico caótico de la ciudad. Sí hay una preparación que la producción tuvo a bien proveernos, estuvimos bastante entrenados y espero que eso se pueda reflejar en la serie”, agregó el actor.
La serie nos adentra en el caos de la ciudad, a bordo de la ambulancia de los Tamayo se aprecia un trabajo coordinado, a su manera, con el objetivo de salvar vidas, al tiempo que viven la propia. Desde el drama familiar se aprecia el drama colectivo, la serie nos enfrenta incluso con momentos tan dolorosos como el sismo de 2017, donde cientos de personas perdieron la vida, muchas otras lograron contar lo ocurrido gracias a la ayuda del servicio médico y la sociedad civil.
“Yo no había tenido un acercamiento así con la medicina, nunca”, explicó Renata Vaca sobre su personaje, “a mí me da miedo hasta ir al doctor, siempre estoy nerviosa y las agujas me causan mucho miedo, pero estuvimos dos o tres meses preparándonos con la doctora, Sol Mendoza, que es doctora y paramédico, ella nos enseñó muchísimo, y ahí nos veías a todos sudar la gota gorda y en el piso, haciendo RCP, y entendiendo cómo trabajar en equipo”.
En el caso de Diego, además de aprender lo básico de la labor de un paramédico, tuvo que aprender a rapear, “estaba muy ansioso, trabajé con un rapero, fue una cosa completamente nueva, y en el caso de la ambulancia, la manejada, fue tremendo esa adrenalina que sienten los paramédicos cuando traen a alguien que está gritando de dolor. Había un pequeño paralelo en cuanto a la adrenalina que sentía en ambas situaciones: escenario y ambulancia”.
evt