Sabemos sin duda que que Homero Simpson es un personaje con muchísimos, pero de verdad muchísimos defectos. Es flojo, alcohólico, grosero, aprovechado, poco inteligente y glotón, sin embargo, si hay algo que no podemos poner en duda acerca de él, es el profundo amor que le profesa a sus hijos (aunque a veces no recuerde el nombre de la pequeña Maggie y quiera asesinar a Bart) y, en especial, a su querida esposa Marge.
Es por eso que, aunque estamos acostumbrados a ver cosas muy extrañas en los episodios de la serie de la familia amarilla, fue muy, muy muy extraño aquel episodio de la temporada cinco titulado La última tentación de Homero.
¿Por qué es tan raro? Porque esta fue la primera vez que vimos que el amor que sentía por Marge no fue suficiente para detenerlo de hacer algo de lo que quizá se arrepintió y que además, puso en duda la estabilidad de su matrimonio.
En este episodio, debido a exigencias gubernamentales para eliminar la desigualdad de género, el Sr. Burns se ve obligado a
a contratar a una empleada mujer de nombre Margo. Lo complicado de la situación ocurre cuando Homero la ve por primera vez en la planta nuclear y la encuentra atractiva. Demasiado atractiva para el bienestar de su matrimonio.
Aunque Homero se resiste y se propone mantenerse alejado de ella al descubrir que, además de hermosa, Margo y él tienen muchas cosas en común, el destino sigue queriendo unirlos. Mientras tanto Marge se encuentra en su peor momento pues atraviesa por una gripa que la mantiene postrada en cama con un aspecto bastante enfermizo.
La última mala jugada que le juegan las circunstancias a Homero, es que es mandado en compañía de Margo a un convención laboral que se llevaría a cabo en Ciudad Capital, por lo que tendría, por la fuerza que pasar un fin de semana completo a solas con ella en habitaciones de hotel contiguas.
Luego de pedir servicio a la habitación, y hacer que un pavo quedara abandonado tras un mueble en el suelo, y también de haber asistido a la convención, Homero y Margo van a un restaurante a cenar y terminan juntos en la habitación de hotel, sentados sobre la cama. Ahí, él menciona una de la que seguramente es su frase más famosa luego de lloriquear un poco: “Ay, sí, como si no lo supieras. Vamos a hacer el amor”, a lo que ella contesta “Homero, tú sabes lo que siento, así que tú decides, escucha a tu corazón, él sabe lo que quieres”. A continuación, Homero se voltea y los dos se besan.
Sin embargo, la toma siguiente es de las afueras del hotel, y luego regresa a la habitación en donde está homero sentado a la cama con una mujer en frente. Pronto nos damos cuenta de que es Marge y ahí termina el capítulo. Entonces, nadie entiende muy bien lo que sucedió.
¿Homero sí le fue infiel a Marge?
En internet existe un debate sobre esto, pues muchos sostienen que Homero estuvo con Margo simplemente pensando en Marge, por lo que en la última escena la vemos a ella simplemente como en el imaginario de él. Además algunos ponen como elementos para defender esta teoría que Ciudad Capital está muy lejos de ahí y que Marge no pudo llegar tan rápido. Además afirman que Marge habría sido incapaz de alegrarse por encontrar un pavo detrás de la cama.
Pero hay quienes defienden a capa y espada que Homero jamás hubiera sido capaz de hacerle eso al amor de su vida, que, si bien no era su alma gemela como sí lo era Margo, era perfecta para él. Así que ellos analizan una parte muy importante del capítulo que podría poner fin a la discusión.
Al final, cuando apaga la luz de la habitación, Homero le canta una canción a Marge que en el doblaje latino dice así “Oh Margie, llegaste y me diste un pavo, en mis vacaciones”, lo que significaría que en realidad, Homero puso fin a su aventura, que recordemos que ocurrió en un viaje de trabajo y no en sus vacaciones, y luego regreso a Springfield para después, en sus días de descanso, llevar a Marge a Ciudad Capital.
cjr