Manolo Caro: mi mayor satisfacción es lograr empatía y romper estereotipos

Entrevista

Actualmente, el director mexicano se encuentra grabando en España 'Alguien tiene que morir', su nueva serie para Netflix.

Manolo Caro (Karla Lisker).
Karina Rodríguez
Ciudad de México /

Manolo Caro acaba de cumplir 35 años y sentimos que lo conocemos de toda la vida, y es que lleva casi 10 años en boca de todos, desde su primer obra de teatro, No sé si cortarme las venas, hasta sus películas y series. 

Su obra es reconocida por su temática, su humor hilarante y su estética, no sólo en México sino en el mundo. Recién estrenada la segunda parte de La casa de las flores platicamos con él vía telefónica desde España, donde se encuentra terminando de grabar su nueva serie para Netflix.

¿A qué le atribuyes el éxito internacional que tuvo La casa de las flores

Fue algo que nos agarró por sorpresa, la verdad. Yo pensaba que sería una serie de nicho, pero conectó muy bien porque creo que la gente quiere ver historias reales, ver que todos tenemos problemas, que las familias no son perfectas, que la doble moral es un tema recurrente en todas las sociedades y que si nos la pasamos preocupándonos por lo que la gente piensa de nosotros ese terminará siendo nuestro propio infierno. Finalmente de eso habla La casa de las flores.

Me llamó la atención que desde la publicidad, La casa de las flores 2 es más atrevida que la primera. ¿Crees que la sociedad mexicana está mejor preparada para recibir este tipo de contenidos?

A mí me llamó la atención desde la primera temporada que la gente estaba más preparada de lo que yo pensé. Creo que estos temas habían estado debajo la mesa desde hace mucho, pero no se hablaba de ellos, y en La casa de las flores se tocan de manera hilarante. En La casa de las flores 2 se habla de temas todavía más delicados, pero eso es algo que teníamos que dar, no podíamos quedarnos igual, teníamos que evolucionar, hacer algo más actual.

De alguna manera tú, a través de tus obras, pones tu granito de arena en normalizar temas como la homosexualidad, la transexualidad, la mariguana. Sin duda te has de sentir contento por esto.

Esa es la mayor satisfacción, lograr empatía en la gente y romper con estereotipos. Nos han aplaudido mucho que propongamos personajes como María José, que es trans y sin embargo no es una persona llena de conflictos, envuelta en asuntos de drogadicción sino por el contrario, es una abogada penalista súper exitosa. Y en cambio, otros personajes que supuestamente creerías que están más “cuerdos” porque son “normales” son los que realmente tienen los conflictos. Es importante cambiar el lenguaje y no caer en estereotipos.

Todos los actores con los que has trabajado hablan muy bien de ti, dicen que generas “familias”, que les permites enriquecer el proyecto. En una entrevista Luis de la Rosa dice que hasta lo dejas improvisar y salirse del guión.

Crecí en una generación en donde las cosas tienen que hacerse en equipo. Esta figura de director tirano que dice cómo se deben hacer las cosas creo que ya no viene al caso. Me gusta llevarme bien con los actores, colaborar, escucharlos y que me escuchen, que nos pongamos de acuerdo para que las cosas fluyan. Y sí, se ha creado una gran familia con actores como Juan Pablo Medina, Cecilia Suárez o Mariana Treviño, con quienes me llevo increíble y sé que siempre nos vamos a entender. La gente cree que es muy fácil llamarles para hacer un nuevo proyecto pero también es un reto mayor porque hay que ofrecerles roles distintos que les reten y no repetirse.

¿Qué me puedes decir sobre el nuevo proyecto que estás grabando para Netflix?

La serie se llama Alguien tiene que morir y transcurre en España de los años 50. Para mí, es el reto más importante de mi carrera porque es la primera vez que no hago comedia, este es un drama y todo se vuelve muy complejo. Todavía estamos grabando y yo creo que será para el segundo semestre del próximo año.

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