Cuando se habla de Plaza Sésamo México, la memoria colectiva se va directo a Abelardo, Beto y Enrique, Pancho, Lola o el Monstruo Comegalletas. Sin embargo, detrás del éxito del programa infantil más influyente de la televisión mexicana hubo productores, directores y equipos creativos que hoy rara vez se mencionan, pese a que su trabajo fue decisivo para que el formato funcionara y se quedara en la cultura popular.
La versión mexicana de Plaza Sésamo debutó en 1972 como una coproducción entre Televisa y el Children’s Television Workshop (CTW). A diferencia de otros programas infantiles de la época, el proyecto exigía rigor pedagógico, adaptación cultural y una producción técnicamente sólida, todo al mismo tiempo.
¿Quiénes fueron los productores de Plaza Sésamo?
Uno de los nombres clave fue Luis de Llano Palmer, papá del productor Luis de Llano Macedo y la actriz y productora Julissa, quien se desempeñó como productor ejecutivo en las primeras etapas. Su responsabilidad fue coordinar la adaptación del formato estadunidense al contexto mexicano, cuidando que los contenidos educativos fueran claros, cercanos y culturalmente pertinentes. Su labor permitió que Plaza Sésamo no se percibiera como un producto importado, sino como un programa hecho para el público infantil mexicano.
Otro colaborador poco recordado es Julio Castillo, reconocido director teatral que participó en el desarrollo creativo del proyecto. Su influencia se reflejó en el manejo de actores, el ritmo escénico y el tono narrativo de los segmentos con personajes humanos, que se alejaban del tono acartonado común en la televisión educativa de la época.
También destaca la participación de Rogelio Naranjo, caricaturista y creador visual mexicano, quien colaboró como asesor creativo. Su aportación ayudó a definir una estética más cercana al humor y a la sensibilidad mexicana, influyendo en la forma en que se comunicaban ideas complejas de manera sencilla para el público infantil.
Más allá de los nombres propios, un papel fundamental lo desempeñaron los productores asociados, guionistas, pedagogos y coordinadores de contenido de Televisa Infantil, quienes trabajaron junto con especialistas del CTW.
Este equipo fue responsable de adaptar temas como alfabetización, valores comunitarios, convivencia social y pensamiento lógico al entorno mexicano, manteniendo los estándares educativos del formato original.
Aunque muchos de estos productores no alcanzaron la notoriedad pública de los personajes del programa, su trabajo fue esencial. Plaza Sésamo México se consolidó no solo como un éxito televisivo, sino como una herramienta educativa que marcó a varias generaciones. Hoy, su legado permanece, incluso si los nombres detrás de cámaras han quedado, injustamente, en segundo plano.
Plaza Sésamo fue un programa que cautivó a varias generaciones de niños
JCM