Silvia Pinal y Carmen Salinas pelean, jalonean a Carlos Bracho y se empujan, las dos quieren su amor y están dispuestas a lograrlo, pero en cuanto terminan de grabar una escena de Mi marido tiene más familia, ambas se sientan en sillas contiguas y platican como amigas de toda la vida.
“Me da mucho gusto estar aquí con mi Silvia, la quiero mucho, es una delicia ser amiga de Silvia y estar cerca de ella y platicar de anécdotas que nos han pasado en películas”, dice Carmelita.
“Yo también la quiero a ella”, añade su compañera, para luego platicar una anécdota que sucedió a principios de los 90, época en la que ocupaba un cargo en la Cámara de Diputados.
“Un día llega Carmen con una cajota a decirme: ‘Tengo que vender esto porque es a benefi cio de los hijos de las presas de Santa Martha’; yo estaba en la Cámara de Diputados, entonces me llevé la cajota y les dije a todos: ‘La señora Carmen Salinas necesita que compren todo esto porque es para unos niños y no sé qué’, y pues lo vendí todo”, cuenta.
La estrella de Viridiana, El ángel exterminador y Simón del desierto, de Luis Buñuel, agrega que el dinero era para comprar el material que las presas usaban para tejer y vender zapatos, gorros y bolsas, y así tener dinero para mantener a sus hijos dentro del penal.
Las actrices vivieron la época de oro del cine mexicano; con una diferencia de ocho años de edad, Carmelita creció admirando a su amiga. Recuerda que le gustaba ir a verla en los musicales Mame y Hello, Dolly!; “había que ver cómo bailaba, no me perdía de irla verla”, indica.
“Hay una anécdota que ni Silvia sabe”, cuenta mientras voltea hacia su compañera, “cuando filmaste la película ¡Buenas noches, año nuevo’, con Ricardo Montaner, dirigida por Julián Soler, te acuerdas que el productor era Carlos Amador, que fue el que me descubrió, pues me metió a hacer imitaciones en la película, porque según el guion no llegaba la estrella principal, yo estaba feliz”.
Y añade: “Entonces pues que voy a Torreón, a mi tierra, e invito a toda mi familia a ver la película, pero nunca aparecí y dije ‘pero si yo grabé’, luego pregunté por qué no salí y me dijeron que era muy larga y tuvieron que cortar escenas”.
“Ay, qué feo”, contesta Silvia, y ambas comparten su risa; en seguida, son llamadas de vuelta al set. “Ya intentó desde hace rato quitarme a Carlitos, pero no lo va a lograr, yo me lo voy a robar”, bromea la actriz.
ES