Con los temas de salud que ya se habían dejado ver en otros episodios, lo sucedido ayer en el más reciente capítulo de la cuarta temporada de Succession posiblemente ya era esperado por muchos televidentes, pero como dijo la propia Shiv: “No ahora”.
Lo que no vimos venir fue el capítulo más emotivo y vibrante de toda la serie. El abrazo de los tres hermanos deja a Connor oficialmente fuera. Los tres cachorros se sostienen en una escena que retrata la complicidad que da el dolor compartido. Los demás se refieren a ellos como “los niños” varias veces durante el capítulo y sí, Shiv, Ken y Roman se convierten en tres chiquillos que por primera vez vimos quebrarse al mismo tiempo, cada uno a su manera.
La negación de Roman, el desconcierto de Ken y la primera explosión emotiva de la eternamente parca Shiv, llevados de la mano por un guión perfecto que cambia la jugada pero no la técnica. Si a todos los episodios de Succession había que prestarles suma atención, con el de ayer no se debía (ni se podía) parpadear.
Los televidentes coincidieron en sus comentarios en redes sociales. Anoche había una especie de shock común y hoy cierta cruda emocional. Las actuaciones de todos fueron impresionantes, pero Jeremy Strong, Sarah Snook y Kieran Culkin posiblemente llegaron a uno de sus límites actorales al tocar los sentimientos más primitivos de muchos. No había manera de no asociar las escenas con un miedo o una experiencia personal. El dolor representado en todas sus formas; de lejos, por teléfono, queriendo al mismo tiempo saber todos los detalles y no querer creerlo. La negación a verlo.
Cualquiera que haya vivido un suceso de esa magnitud de forma inesperada o esperada posiblemente tuvo ayer un nudo en la garganta durante los casi 60 min que duró un capítulo que no dio tregua. El habitual juego de cámaras que siempre se encarga de mostrar hasta el más mínimo gesto jugó otro papel importante, aunque esta vez uno quizá habría preferido no verlos tan de cerca. Pero así es la vida y lo que pasó nos acerca unos a otros porque por un momento nos hace iguales: vulnerables y efímeros.
Uno pensaría que ante lo sucedido el conflicto central ha terminado, pero lo de ayer fue únicamente un trailer de lo que veremos después. Succession sigue, y sigue con fuerza. La última temporada inicia prácticamente con una explosión en su tercer episodio, levantarse de esta como producción y como espectador no será fácil, y la misión de llegar al último capítulo se volvió aún más retadora.
Ayer se generaron múltiples nominaciones y premios en un sólo espisodio. Compartimos la pena de los Roy porque ayer, al menos por un momento, todos fuimos uno de ellos.
caov