Verónica Zumalacárregui está de vuelva en la pantalla de Canal El Gourmet para seguir comiéndose el mundo; la pandemia le hizo extrañar y valorar más “la oportunidad de tener un programa”, como el que conduce desde 2016.
“Es como si a un niño pequeño le quitan su juguete favorito, a mí me pasó eso (en pandemia), y ahora me lo han devuelto. Estamos estrenando nueva temporada, en la que presentamos el recorrido por Turquía, Croacia, Marruecos y el estado de Georgia”, dice la conductora al iniciar la entrevista con MILENIO para hablar de la temporada que se proyectará a las 21:30 horas todos los miércoles.
Emocionada por la nueva aventura, destaca que lo mejor de Me voy a comer el mundo “es convivir con la gente, la gastronomía es la excusa para adentrarme en las casas de los habitantes locales, convivir con ellos, conocerles y tener acceso a experiencias únicas”, como las que tendrá y compartirá en la nueva temporada del programa. Actividad que se suma con otros quehaceres que realiza en su faceta de periodista, especializada en gastronomía.
¿Hay variante en el programa?
Sí hay un prisma distinto, porque en pandemia tuve que dejar de viajar, y a la hora de emprender esta temporada de Me voy a comer el mundo, fue desde el punto de vista de alguien que aprecia mucho volver hacer lo que más le gusta hacer. Y he estado mucho tiempo sin poder viajar. Bueno he viajado relativamente en pandemia, pero no al nivel que lo hacía antes. Entonces es como si a un niño pequeño le quitan su juguete favorito; a mí me paso eso, y ahora me lo han devuelto. Por eso ahora estoy disfrutando mucho más de cada secuencia, de cada persona con la que convivo, de cada plato.
Porque vaya que te has comido el mundo, ya son muchos países los que has visitado ¿no?
Sí, llevo viajando mucho desde los 14 años, es algo que me ha gustado mucho a nivel personal, pero antes de esta temporada que estamos estrenando conocía unos 70 países; ahora debo llevar unos 75, más o menos. Aunque yo como Sócrates, él decía: ‘Solo sé que no sé nada’; y yo digo que cuanto más viajas, más te das cuenta de lo muchísimo que te queda por conocer.
Aunque sí me considero ciudadana del mundo, tengo la facilidad de adaptarme muy fácilmente a donde voy. Y además soy un poco camaleónica, me da igual dormir en un hotel de Cancún con pulserita enorme, que parecen tres casas; que en una habitación minúscula de Corea del Sur porque soy feliz y me adapto en cualquier circunstancia, pero también sé que me queda muchísimo mundo por conocer.
¿Qué te ha dejado Me voy a comer el mundo, desde el punto de vista cultural?
Siempre digo que lo mejor de este programa es convivir con la gente, la gastronomía es la excusa para adentrarme en las casas de la gente local, convivir con ellos, conocerles y tener acceso a experiencias tan únicas, como otras que ya has visto en el pasado o no.
Gracias al programa he podido estar en una boda hindú vegetariana en Nueva Delhi y también convivir en medio del desierto en Marruecos; entonces para mí es eso, es convivir con la gente local y reunirnos en torno a una mesa con la comida, que es la que me facilita tener algo en común, deshacer esa barrera cultural que hay y luego hacernos amigos, en muchos casos, para toda la vida.
¿Cómo seleccionas los lugares a donde vas?
En realidad, muchas veces no es mi decisión, es un conjunto de decisiones, del director, la productora o un país que está interesado en que vayamos; o influye que tengo un amigo de determinado país, y me dice: ‘Oye esto es super recomendable’. Entonces muchas veces no es mi elección. Ahora estoy encantada porque en esta ocasión han sido países que yo no conocía, entonces está muy bien porque he tenido acceso a visitarlos.
Lo interesante es que cada capítulo tiene su idiosincrasia y reflejamos muy bien cómo comen, cómo conviven, cómo comparten, a mí lo que me encanta es ir al mercado; incluso, en lo personal, es algo que intento hacer siempre, aun cuando voy sin cámara, porque en un mercado te das cuenta si una población es generosa o más avara; si son madrugadores o de arrancar el día más tarde; si son sociables o son más introvertidos; es como un termómetro, por eso en los capítulos es obligatorio ir al mercado. Por eso me llaman Lady Market.
¿Sigues probando todo o hubo algo que no quisiste comer?
Sí (risas) Bueno, en Marruecos probé la joroba del camello, que ya la había probado, pero para saber qué me pareció tendrías que ver el capítulo. Y te cuento que lo que no me gusto nada fue el hashi, que es una sopa de pezuña de vaca en Georgia, fue como el menudo, es parecido y me pareció horrible. Creo que la gente se va a reír de mi cámara, cuando vea ese programa.
¿Te sorprendieron las heladeras?
Sí, y una que me sorprendió muchísimo, fue la del nómada con el que grabé en el desierto, que no fue algo muy extraordinario estar ahí en medio del desierto con una heladera.
¿Cuándo regresas a Me voy a comer el mundo a México, aquí hay muchos mercados?
Los mercados me los sé, porque he grabado allá (aquí en México) Abuelita linda. Ese programa que me tocó el corazón porque tuve unas experiencias tan lindas y tan emotivas con esas abuelas y esas familias que me recibían como una nieta más, fui muy feliz con esas experiencias. Me encantaría volver a grabar Abuelita linda y me muero de ganas para grabar Me voy a comer el mundo. Aunque estuve tanto tiempo que hice muchos amigos que igual regreso sin cámaras.
Algo que me sorprendió mucho fue como es diferente el país, entre Tijuana y Yucatán las diferencias que hay son enormes en materia de rasgos, de comida, de cultura, de comportamiento. Y no quiero cantar victoria, pero creo que este año voy a ir. Quizá más a la segunda mitad del año, pero estoy deseando volver.
En pandemia hiciste el programa Los antojos de Vero…
Sí, fue muy bonito también, porque me la paso filmando y comiendo por el mundo, pero con este programa la idea fue, te voy a enseñar las cosas de mi país que disfruto cuando estoy aquí.
¿Qué otras cosas haces además de los programas gastronómicos?
Escribo columnas gastronómicas y voy a muchos eventos de esa rama y escribí un libro, La vuelta al mundo en 15 mujeres, son 15 relatos y cada uno transcurre en un país distinto. Son experiencias que he tenido, lo cuento en primera persona. Hay una historia con una mexicana, es una política amiga mía que conocí filmando en México, y que como política mexicana es muy feminista y se lleva a su bebé, a darle, ella dice ‘la chicihi’, a media reunión con los secretarios de estado de México, es un material muy interesante y aleccionador porque es la convivencia con mujeres de 15 naciones.
Claves
La nueva temporada de Me voy a comer el mundo se estrena cada miércoles a las 21:30 por Canal El Gourmet; y los sábados y domingos los capítulos tienen una repetición a las 18:30 horas
El Gourmet puede verse en México por Axtel (223), TotalPlay (HD 268), Izzi (227), Megacable (SD 223; HD 1223) y Sky (SD 223; HD 1237).
caov