Eugenia León aprovecha la presentación de su álbum A los 4 vientos, donde une ranchero y norteño para decir entre risas que solo le falta un poquito más de salud, seguir en paz, ser productiva, ver a su gente ser feliz y quizá también tener la oportunidad de volverse abuela; aunque por ahora se siente completa, pero con inquietudes de las cuales hablar, como la violencia a las mujeres.
“No solamente es México, es el mundo entero que vive con espanto de las desapariciones, los feminicidios, la violencia emocional; la mujer comienza a tener empoderamiento, reconocimiento por ejemplo en su trabajo, pide que se le pague igual y tener puestos de dirección. Esos crímenes de odio no son un asunto sexual, es un asunto de volver a decir ‘tenemos el mando’, es de educación, estamos mal educados, padecemos una educación patriarcal y misógina y no solo los hombres, conozco mujeres de mi familia que han sido misóginas a morir”, destaca a M2.
Con voz firme asegura que es trabajo de todos, pero como mamá, por ejemplo, llama a mantener siempre un diálogo en casa sobre qué es lo que no debe suceder; ella tiene un hijo de 22 años y siempre que sale con amigos, les pide que ellos cuiden a las amigas, que las acompañen a casa y las esperen cuando vayan al baño.
“Es una educación que está dañada y nos ha dañado muchísimo, pero creo que empiezan a haber generaciones de hombres muy sensibles, muy conscientes de que esto no puede seguir así, porque muchos han perdido a sus hijas o sus hermanas. Yo tengo esperanza, no puedo dejar de tenerla porque si no me suicido; las mujeres vamos a seguir cambiando adelante porque nuestra misión en la vida es mejorar el planeta”, menciona.
En A los 4 vientos tiene un poco de eso, con invitados de ambos géneros busca resaltar la empatía entre hombres y mujeres, recordar que somos mundos y sensibilidades diferentes, pero nadie es mejor o peor, y lo mejor es que “podemos empatar bien”. También habla de “mujeres echadas para adelante”, con un tema al lado Rosalía León.
“Siempre pensé en que las mujeres seamos narradoras y contemos las cosas que sentimos. La mía fue una generación de grandes compositores hombres y las mujeres fuimos más intérpretes; me da gusto que esta generación esté más completa, hoy hay grandes compositoras y podemos encontrar un diálogo maravilloso sobre nuestras historias”, indica.
Aunque la esencia principal del disco viene del interés por hablar de los dolores del corazón, cuestionada sobre sus más intensos llantos, revela que han venido de desamores, seres queridos perdidos o el miedo a la muerte; pero también de alegrías y emoción, los cantantes son sensibles y eso les permite hacer su trabajo.
“Es importante tener un momento de intimidad donde puedes sacar lo que te duele, a veces no lloras lo suficiente. Este mes he perdido a cuatro personas muy queridas y no he llorado todo lo que necesito llorar. Este disco es un cómplice, es una manera de arropar el llanto de los otros, mi trabajo lo hago para los demás no solo para mí, siento que lo que grabo es un lazo de complicidad con el oyente”, concluye.
A los 4 vientos incluye seis temas de ranchero, con invitados como Los Macorinos y el Mariachi Flor de Toloache, y seis canciones de norteño, acompañada por cantantes como Pepe Elizondo, del grupo Pesado, o Javier Ríos, de Los Invasores de Nuevo León.