La batalla por las audiencias es descarnada. Hay que hurgar hasta por debajo de las piedras. Nunca se sabe dónde estará el siguiente material viral. Puede ser un incendio, un huracán, una protesta, un tiroteo o el escándalo marital de una estrella.
Los productores tienen a la mano los miles de post de los ciudadanos. Las nuevas plataformas como TikTok han permitido a muchas personas ser estrellas instantáneas. Hay una prisa por publicar, decir algo antes que los demás. En su libro La intimidad como espectáculo Paula Sibilia dice: “Son las lentes de la cámara y los reflectores quienes crean y dan consistencia a lo real, por más anodino que sea el referente hacia el cual apuntan los flashes. La parafernalia técnica de la visibilidad es capaz de concederle su aura a cualquier cosa y, en ese gesto, de algún modo la realiza”.
En The Morning Show, serie de Apple TV, podemos ver cómo se cocinan los productos mediáticos. Primero se construyen a los personajes con credibilidad, quienes les hablan a “América”, quienes transmiten armonía, confianza. No importa si su vida personal es una ruina, lo que importa es lo que se proyecta, el mensaje que se logra transmitir.
Las estrellas de las noticias pierden la dimensión de la realidad -al menos en la serie- y rozan la omnipotencia. Todo se controla, basta una orden para que comparezca el entrevistado. Siempre hay un ayudante que les lleva el café, los maquilla, los traslada, se ríe de sus chistes. Si hay que reportar una noticia lejana aparecerá un jet privado que los llevé al lugar de la tragedia.
The Morning Show nos muestra a un noticiero de TV que se resquebraja. Alcanzado por el Me too, el conductor estrella, un día amanece sin programa y con la reputación destruida. Tendrá que pensar en su defensa y en planear su estrategia para deslegitimar a sus acusadoras. La cadena, en cambio, tendrá que rediseñar su programa y hacer una investigación sobre algo que todo mundo sabía que pasaba.
La serie desmenuza los climas laborales que propician el acoso y el hostigamiento contra las y los trabajadores. Hurga y detalla en las circunstancias, en los detalles, en los pormenores de por qué se llega a una situación así. Todos lo sabían pero nadie dijo nada. Todos los sabían pero nadie podía criticar a la estrella todopoderosa.
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