A los 83 años, Tom Jones sigue desafiando las leyes de la gerontología. Ante un público embelesado, la noche del sábado el cantante galés ofreció un concierto trepidante en el que recuperó, con nuevos ropajes, piezas emblemáticas de su repertorio, así como canciones que conquistaron nuevos adeptos a partir de la edición de su disco Spirit in the Room, editado en 2012, que incluyó canciones de Paul Simon, Leonard Cohen, Odetta y Paul McCartney, entre otros.
“Qué padre ver cómo se arregló la gente para venir a este concierto, como se hacía antes”, comentó un joven vestido de short, playera y una gorra de beisbol mientras veía a la gente arreglada y perfumada como si tuviera una cita personal con el cantante. Con un público en buena parte conformado por gente de la tercera edad, se veían varios bastones y algunas sillas de ruedas. Tanto entre jóvenes y personas maduras que acompañaban a sus padres o abuelos había un ambiente de expectación. Si en 2016 se presentó en este mismo recinto con un éxito arrollador, ¿podría repetir la hazaña?
La respuesta la dio el cantante desde la interpretación del tema “I’m Growing Old” con el que abrió el concierto.
“Estoy envejeciendo / me voy volviendo sabio”, dice la canción de Bobby Cole incluida en su disco más reciente, Sorrounded by Time. Sabio en el manejo de las emociones, Jones dosificó la intensidad de las canciones de su repertorio, de las más crípticas a las más jubilosas, contó anécdotas, se burló de sí mismo y, sobre todo, dilapidó una voz portentosa que se burla del tiempo.
Recordó que en 1964, hace seis décadas, grabó la canción que, al año siguiente, lo llevó al estrellato: “It’s Not Unsual”. La nueva versión, que incluyó congas y acordeón, levantó el alarido de un público que se sintió arropado por su voz. Lo mismo ocurrió con el juguetón tema de la película “What’s New Pussycat” o su ardorosa versión de la canción “The Windmills of Your Mind”, de Michel Legrand, que grabó en Sorrounded by Time. “Oficialmente soy el cantante más viejo en grabar un disco en Gran Bretaña”, dijo entre risas.
Con una presencia impecable, Tom Jones todavía puede despertar el deseo –y en algunos casos el deseo del deseo–, como cuando proclamó en la canción “Sexbomb”: “Bomba de sexo, bomba de sexo, eres mi bomba de sexo / y nena, me puedes encender”, o al interpretar “You Can Leave Your Hat On”, la canción de Randy Newman grabada por Joe Cocker, cuyo éxito se incrementó al incluirse en una escena de striptease en la película 9 semanas y media. El saludable griterío ante la provocativa letra arrancó la sonrisa del cantante que no ha perdido su seductor encanto.
Pop, blues, rock and roll, baladas, canciones religiosas, todo cabe en la voz de Jones, que mostró una vez más su entrega sin reservas a la música. El éxito no ha mermado su don de gentes. Recordemos una entrevista para la revista Mojo, en la que declaró que ganar un Grammy con un segundo sencillo en 1965 no lo volvió insoportable.
“Realmente no. Es decir, no podía creerlo. Pegó fuerte, pero pasó tan rápido que no tenía tiempo de pensar en ello. Creo que por ser galés, pertenecer a la clase trabajadora y cantar en todos esos clubes para obreros y salones de baile de Gales, ya estaba listo. Cuando sucedió, ya lo esperaba: gracias, carajo, lo he logrado con mi estilo de cantar”.
¡Una vez más, armado con un estilo que no tiene parangón, Tom Jones vino, cantó y venció!
YVI