• Corrido sin plomo. ‘Tumbando Letras’, el concurso que busca terminar con la apología del narco

Para combatir las canciones que idolatran la vida criminal, el gobierno se inclina por una política que se aleja de lo prohibitivo: combatir música con música.

Ciudad de México /

Las notas del requinto y los acordes de la guitarra se combinan como preludio al corrido que Diana Jaimes está por interpretar. Su voz embona a la perfección con el acompañamiento de base norteña que emana de las cuerdas de sus amigos, los primos Yahir y Jesús Morales. Pero la canción tiene una letra que sobresale de lo común.

Dista de contar las andanzas de algún capo de la droga o de endiosar la vida estrafalaria que ofrece el narco. Al contrario, es una invitación a alejarse de “los vicios” y del “mal camino”, a dejar de criticar la forma en que se visten las mujeres y hasta da una muestra de sororidad. “Si salen, cuídense afuera, y para cualquier problema en mí pueden confiar”, canta Diana, de 24 años.

En el videoclip, la vestimenta de los tres es sencilla –jeans, chamarras, gorras–, y contrasta con la estética “buchona” que exhiben Peso Pluma, Bellakath y otros artistas ‘top’ en las listas de Spotify. No vemos los autos de lujo ni los “fierros”, mucho menos ropa de marca, dinero, joyas, fiestas ni excentricidades.

A principios de diciembre de 2024 se llevó a cabo la ceremonia de premiación "Tumbando Letras"| Centro de Integración Juvenil

El sencillo Hoy en día, que grabaron bajo el nombre artístico de Diana y los Primos, es una muestra de que los géneros populares como el reguetón, el rap, el trap y hasta los corridos tumbados pueden contener otro tipo de letras en donde el heroísmo criminal, la misoginia o el consumismo no sean los protagonistas.

Esto fue lo que quiso demostrar el año pasado Centros de Integración Juvenil (CIJ) –asociación incorporada al sector salud dedicada a la prevención, tratamiento y rehabilitación de personas consumidoras de drogas– con el concurso de talento musical Tumbando Letras; un certamen que echó a volar el ingenio de jóvenes y adolescentes para generar una contrapropuesta a las corrientes que idolatran la vida de plata o plomo, que normalizan la violencia y el consumo de sustancias ilícitas o cosifican a la mujer.

"Hoy en día" de Diana y los primos 


“El concurso surgió con esa idea de que tenemos que hacer algo más masivo para generar una cultura de cuidado […]. De que se entienda que es falso que necesitas tantas marcas, tantas joyas, tantos carros, tanta droga y tantas mujeres para ser feliz. Es mucho más sencilla la vida para sentirse bien”, explica a DOMINGA la doctora Carmen Fernández, directora general de CIJ.

El certamen en alianza con el Consejo de la Comunicación superó las expectativas. Recibieron 109 videoclips creados por chicos de 23 estados (34% mujeres y 66% hombres) con canciones de regional mexicano y música urbana. Hubo dos categorías: de 12 a 17 años y de 18 a 29. En el jurado participaron especialistas del Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, así como directivos de Mixup, Warner Music, Sony Music, Ticketmaster, Freestyle Master Series México, el Instituto Mexicano de la Juventud y el Consejo de la Comunicación, quienes valoraron el mensaje, la composición y el talento.

Originarios de Doctor Mora, Guanajuato, Diana y los Primos ganaron el segundo lugar en la categoría de 18 a 29, detrás de la canción Lo esencial, de Víctor Erick Chías Hernández. Para ellos, que acostumbran cantar en las fiestas patronales de su comunidad, componer un corrido con mensaje alternativo fue un reto.

“No había cantado casi corridos tumbados, con eso me desafié un poco. Igual en la letra, no había escrito alguna canción de esos temas, me agradó hacer una canción diferente”, cuenta Diana Jaimes.

Los tres primeros lugares obtuvieron 12 mil, 8 mil y 5 mil pesos. Las canciones ganadoras –y de quienes obtuvieron menciones honoríficas– también se difunden Spotify y YouTube; y CIJ busca alianzas con la industria para que tengan más alcance y lleguen a mucho más jóvenes.

"Lo esencial" de Víctor Erick 

Vendrán nuevas ediciones y Sheinbaum plantea su propio concurso de corridos

En el grupo de 12 a 17 años, Ángel Uriel González obtuvo el segundo lugar con su trap Game over que va directo al grano: 

“Ya basta de creer que las drogas son la llave, no te dan libertad y te atrapan en su nave; te pinta (sic) un paraíso donde no existen salidas, sólo hay risa y diversión hasta que la ves perdida”.

No todas las composiciones tienen que ver con drogas. Por ejemplo, la cumbia No es no, de Silvia Vargas Tafolla, con mención honorífica, tiene un poderoso mensaje contra la cosificación de las mujeres: 

“Hoy me levanto, miro al espejo, no soy un objeto, soy más que mi cuerpo, me visto como quiero, nadie me controla, mi libertad no se compra, no se presta, se adora”.

Los jóvenes que participaron en el certamen tienen distintas historias. Incluso hay quienes imprimieron en sus rolas experiencias de vida, como el reguetón de Diego de Jesús Carrasco, quien habla de su lucha contra su adicción al cristal: 

“Y sí, yo sé que se puede salir de aquí, yo ya no consumo y mi sueño cumplí. Esto es una lucha, parece un ‘ring’, ‘ring’, ‘ring’, ‘ring’”.

Cuando se concibió Tumbando Letras, sus organizadores no esperaban que éste sería el primero de varios, mucho menos que el gobierno federal decidiera impulsar también sus propios certámenes como una forma de contrarrestar los mensajes de rolas bélicas, como Ch y la pizza de Fuerza Regida, Disfruto lo malo de Natanael Cano y Junior H o Ando enfocado de Jaziel Avilez, Codiciado y Peso Pluma, que tienen miles de reproducciones y se hacen virales de inmediato en las redes sociales.

Diana y los Primos ganaron el segundo lugar de la categoría de 19 a 29 años con la canción 'Hoy en día' | Centro de Integración Juvenil

La presidenta Claudia Sheinbaum ha planteado hacer un concurso de corridos para promover la música mexicana, pero con otras letras. El pasado 7 de enero, durante la presentación de la campaña antidrogas “El fentanilo te mata. Aléjate de las drogas. ¡Elige ser feliz!”, con la que se busca prevenir el consumo de narcóticos (especialmente los sintéticos) entre las adolescencias y juventudes y atender quienes ya están enganchados, el secretario de Educación, Mario Delgado, indicó que los concursos de canciones serán parte de las actividades para crear conciencia sobre las adicciones.

El eterno debate del huevo y la gallina en los narcocorridos

Las estadísticas oficiales enchinan la piel. Desde que Felipe Calderón inició la “guerra contra el narco” a finales de 2006 y hasta 2023, el penúltimo año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, 164 mil 228 adolescentes y jóvenes de 15 a 29 años fueron asesinados en México, según los datos del INEGI. Son 805 muertos cada mes, 26 muertos cada día.

En casi dos décadas de violencia por la lucha contra y entre cárteles, una de cada tres víctimas de homicidio ha sido joven. Y aunque el número de asesinatos en este grupo bajó (de 13 mil 602 en 2019 a 10 mil 598 en 2023), el número de defunciones violentas sigue siendo tres veces mayor a 2006 (3 mil 571).

A juzgar por las cifras, las adicciones tampoco han cedido. Entre 2007 y 2023 crecieron 87% las solicitudes de atención en los centros de tratamiento y rehabilitación no gubernamentales por parte de jóvenes de 15 a 29 años, pasando de 30 mil 900 a 57 mil 921. La mitad de las personas que acuden por ayuda tienen esa edad, según el Sistema de Vigilancia Epidemiológica de las Adicciones.

'Perdido en la acera', Rogelio Daniel Martínez 


En medio de la espiral de violencia y el incremento de adicciones también tomó impulso la cultura que rodea al narcotráfico, metiéndose hasta en el mundo de la música. La simbiosis entre el crimen y el espectáculo es tal que no hay quien dude –incluso dentro de los mismos cárteles– que algunos artistas tienen una relación con este submundo que va más allá de lo musical.

Para muestra, el 9 de enero cientos de volantes fueron lanzados desde avionetas sobre Culiacán, vinculando a Peso Pluma y a otras 24 figuras públicas con la facción de Los Chapitos del Cártel de Sinaloa. Los folletos los acusaban de ser “prestanombres, abusones, alucines, violentos, financieros, colaboradores cercanos y lavadores de dinero” de los hijos del Chapo Guzmán.

Días antes, el 5 de enero, otro referente de los corridos bélicos, Natanael Cano, fue amenazado en una narcomanta que apareció a las afueras de una escuela de Hermosillo, Sonora. El mensaje, firmado por “Los Matasalas” (célula vinculada a Los Chapitos), señalaba al cantante y a otros grupos locales de colaborar económicamente con Los Salazar, agrupación delictiva también vinculada al Cártel de Sinaloa. Tras la amenaza, el intérprete de Cuerno azulado y PCR suspendió sus conciertos en Guanajuato y Jalisco por “temas personales”.

Y es aquí donde se aviva el debate: la cuestión del huevo y la gallina. Géneros como los corridos tumbados, que se han popularizado con rapidez, ¿son una forma de narcopropaganda que contribuye a normalizar los comportamientos delictivos o son sólo el reflejo de la violencia que vivimos? 

Galilea Jiménez, de Manzanillo, Colima, ganó el tercer lugar con su cumbia "Mi esencia" | Centro de Integración Juvenil

Para Carmen Fernández se trata de ambas cosas. 

“Es un círculo vicioso […]. Sí es cierto que la música, en general, las canciones de cualquier género te reproducen historias pero también te crean realidades”. Ella es de las convencidas de que las que promueven la narcoviolencia sí influyen en el estilo de vida de los jóvenes. “Nos parece que muchos sí se enganchan en esa cultura, ¡pero muchos! La cantan, la reproducen y quieren parecerse”.

Sin embargo, no cree que la solución sea prohibir o censurar esas letras, lo que resulta casi imposible con el auge de las redes sociales. Su idea va más por generar una contrapropuesta que enseñe a los jóvenes que hay otras formas de alcanzar una vida próspera. De allí surge la idea de Tumbando Letras.

 “Es la creación de realidades donde queremos influir, qué necesitas para sentirte bien. ¿Necesitas en verdad tanto dinero como te lo venden, tanta droga, tanta fiesta?”.

La vida es un ring y más con reguetón pegajoso

Diego de Jesús Carrasco (Lean Wuarneros en redes y plataformas digitales) sabe muy bien que el mundo de las drogas no deja nada bueno (suena a cliché, pero es cierto). Este joven poblano de 22 años, y finalista del concurso, empezó a consumir estupefacientes desde que tenía 12, siendo el cristal la sustancia que lo enganchó.

 “Una decisión que tomé a una edad donde creía que el mundo era mío, donde creía que me iba a ir muy rápidamente de esta vida y quería vivir muy rápido”, se sincera.

Los tres primeros lugares de cada categoría obtuvieron 12 mil, 8 mil y 5 mil pesos, respectivamente | Centro de Integración Juvenil

Diego prefiere guardar para sí las experiencias más amargas que le hicieron tocar fondo y darse cuenta que necesitaba ayuda, sólo comparte que sus decisiones afectaron a su familia y cobraron factura a su salud. Con apoyo de su madre, el acompañamiento de una psicóloga y la medicación adecuada, ha logrado superar la adicción. “Cuesta trabajo, pero pues es poco a poco”.

La música es todo para él. Desde los nueve años empezó a crear sus propias canciones en las que cuenta los momentos que marcaron su infancia y adolescencia. Era la forma en que podía expresar su tristeza, enojo, felicidad y amor. La rola que escribió para el certamen no fue la excepción. 

“La canción es sobre mí, hablo de lo que pasé, yo a los 12 años conocí el mundo de las sustancias, de la calle, de las malas influencias, y decidí estar ahí, nadie me obligó”.

Y aunque es con el rap como generalmente externa lo que siente, en esta ocasión se inclinó por crear un reguetón pegajoso. Su sencillo se titula Ring y hace alusión a la lucha que tiene a diario con el cristal y que, por ahora, va ganando. “La lucha entre la droga y yo es como si estuviésemos en un ‘ring’. O sea, acá es de ganar”.

Diego, que se define como “el más bellako” comparte que el consumo de cristal también lo hizo alejarse de la música, pero ahora ha retomado su antigua pasión y quiere vivir de ello porque –asegura– es lo que más ama.

'Ring', Diego de Jesús 

Cantar sobre la calle sin idolatrar la calle

Gamaliel Vázquez Cadena (Gamaliel Cadena en YouTube y Spotify) también comenzó a componer desde que era niño, a los ocho años, pero fue hasta que cumplió 15 cuando le surgió la espinita de que la gente escuchara sus canciones. Finalmente se atrevió en noviembre de 2023.

Hasta ahora cuenta con seis rolas con sus respectivos ‘videoclips’. Su fuerte es el rap, pero es musicalmente versátil y ha hecho salsa, cumbia, banda y reguetón. Ya sólo le falta el corrido tumbado. No hace mucho que este muchacho, originario de Tlalnepantla, Estado de México, y admirador del rapero Eme MalaFe, cumplió la mayoría de edad y ya habla con la claridad y elocuencia de un adulto, tal vez porque desde chico le gustaba juntarse con gente más grande que él.

En lo variopinto de su arte hay un común denominador: “Nunca hablo sobre algo que no haya vivido o que no esté pasando. Tengo claro que no quiero hacer lo que hacen todos, no me quiero dejar llevar por lo que está de moda”. Y agrega: “Intento cantar de la calle, pero sin idolatrarlo, sin presumirlo”.

Algunos de los artistas crearon sus composiciones a partir de sus vivencias y brindar otra mirada sobre la violencia y el uso drogas | Centro de Integración Juvenil

Una de las historias que más lo impactó fue cuando se enteró de la muerte del amigo de un primo que hacía tiempo se había refugiado en las drogas tras ser víctima de violencia familiar. Un día fue a dar al hospital y allí le dijeron que le quedaban dos meses de vida. La fatídica sentencia se cumplió antes de tiempo; al cabo de 54 días lo encontraron muerto. Gamaliel decidió contar parte de este caso en un rap que inscribió a Tumbando Letras, que tuvo mención honorífica.

La canción, titulada 54 días, relata la historia de aquel muchacho, aunque con un desenlace un poco distinto al que en realidad sucedió. 

“De la mitad para adelante me lo inventé haciendo algo que a mí me hubiera gustado que pasara. No que falleció, sino que él cambió, salió, ayudó a gente de la misma colonia, pero realmente no fue así. En cuanto salió del hospital, lo primero que hizo fue comprar más [droga]”.

'​54 días', Gamaliel Vázquez 

Buscarán combatir música con música

Carmen Fernández no duda en afirmar que los concursos musicales seguirán, al menos en la institución que dirige, como un esfuerzo para contrarrestar la narcocultura, el individualismo, el consumismo y la misoginia. Y es que en CIJ se dieron cuenta que una canción viral o un concierto podía “echar abajo” todo su esfuerzo como institución para prevenir el consumo de sustancias.

“Hacemos tanta prevención en las escuelas y en muchas comunidades, y vamos persona por persona y grupo por grupo, mientras ellos hacen una difusión masiva. Nosotros también tenemos que aspirar a hacer algo masivo”, explica.

Para ser el primer certamen, valora los resultados, aunque insiste en que aún falta masificar las canciones ganadoras, es decir, promoverlas entre el mayor número de jóvenes para que sean un contrapeso a las letras que quieren combatir.

En esa línea, traza un plan para promover las canciones de los ganadores de Tumbando Letras en Spotify y YouTube, además de sumar aliados de la industria musical para hacer giras de conciertos con ellos e incluso buscarles un “padrino” que pueda apoyarlos a hacer grabaciones profesionales. Y es que, ¿qué mejor mensaje para las chavas y chavos que el que les pueda dar un chico de su misma edad? El razonamiento parece correcto, sólo el tiempo dirá si esta nueva política dará frutos. 


GSC/LHM 


  • Saúl Hernández
  • Saúl Hernández es periodista de datos y reportero de investigación. Ha colaborado para El Universal, VICE, Chilango, El Sol de México y Milenio.

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