Han pasado unos días desde la entrega del Oscar y los mexicanos que levantaron la estatuilla por el Mejor Sonido de Sound of Metal todavía no caben de la emoción. Fueron momentos de “locura” y “sueños cumplidos” que también beneficiarán a su gremio en México, dicen Michelle Couttolenc y Jaime Baksht, los ingenieros de audio que están de vuelta en casa para retomar sus proyectos con Lorenzo Vigas y Michel Franco.
Era un reconocimiento que venía cantado desde anteriores premiaciones, incluidas las del Bafta, los Asociation of Motion Pictures Awards, los Satellite Awards y los Cinema Audio Society, entre otros premios de audio.
“Todo indicaba que íbamos a ganar, pero el Oscar se gana hasta que lo tienes en la mano. Fue un cúmulo de emociones y sueños cumplidos, lo que más me agrada es que la industria del sonido en México se va a ver más beneficiada, a ver si ya nos hacen más caso”, dice Jaime Baksht, a través de una videollamada desde su casa.
Este año la ceremonia fue más incluyente y diversa, era parte del plan de la Academia desde hace varios años que han sumado a cientos de miembros nuevos en su planilla. Por segunda ocasión ganó una mujer el premio a Dirección, después de que Kathryn Bigelow lo hiciera hace once años, en 93 de Oscar. Y justo ese fue el sentir de los nominados que estuvieron presentes en el Union Station de los Angeles.
“Fue muy hermosa esa parte, vimos cómo ganó Chloé Zhao, después de tantos años, y también Emerald Fennell ganó por guion (Hermosa venganza), y había dos chicas más de maquillaje y peinado; me encantó que fuera una edición mega mixta, que hubiera muchas mujeres ganando. Es real que la mujer se ha hecho presente, y lo mejor es que habrá muchas más a futuro”, explica Michelle Couttoulenc.
“Había un júbilo total, para la Academia fue un gran logro también. El arte no tiene fronteras, pero el Oscar fue por mucho tiempo un evento local, hasta que se dieron cuenta de que este premio es universal y la forma en la que se logra es con inclusión. Por la parte del gremio de sonido, todos los nominados nos dijeron que estaban contentos de que ganáramos el Oscar y eso es la que rompe las fronteras”, agrega Jaime.
No hay nada mejor que el reconocimiento entre pares. Y justo eso fue lo que el grupo de mexicanos que obtuvo el Oscar por Sound of metal experimentó tras la ceremonia de este domingo, cuando el resto de los nominados en la categoría de Mejor Sonido se acercaron a Jaime Baksht, Michelle Couttolenc y Carlos Cortés para felicitarlos y decirles lo mucho que admiraron su trabajo.
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Vivir la ceremonia
“Es una emoción indescriptible, me llegaron como 200 whatsapps al mismo tiempo y mi teléfono colapsó. Lo que más me gustó fue que había consenso por parte de los académicos que consideraban que era un premio merecido. Fue un cúmulo de emociones, pero lo que nos dio mucho gusto es que la industria del sonido en el cine mexicano se va a ver beneficiada”; explica Baksht.
Lo que vieron en el Oscar fue “un sueño cumplido”, no solo por levantar la estatuilla más codiciada en el mundo del cine, sino también porque desde la nominacion se abrieron varias puertas, “decir soy la mixer de Sound of metal era como la llave”, comenta Michelle Couttolenc, quien entre telones de la ceremonia y posterior a ella tuvo la oportunidad de conocer a Harrison Ford y Laura Pausini.
“Me di una vuelta para ver qué pasaba, lo vi a lo lejos (a Harrison) y dije ‘tengo que aprovechar mi oportunidad, es ahora o nunca’, me acerqué y le dije que era una gran admiradora de su trabajo, tantas películas tan inspiradoras, así que le pedí una foto, me vio el Oscar y dijo que sí. Fue muy padre ver a todos en la fiesta”, recuerda Michelle sobre las pocas horas de festejo que tuvieron tras el evento.
“Incluso antes del Oscar me topé con Laura Pausini, que estaba con Diane Warren, la autora de “Io Si”, y me acerqué para decirles que las admiraba mucho, les dije soy mixer de Sounf of metal y me respondieron que les había encantado la película y que me deseaban mucho éxito; así que estas palabras abrían las puertas para hablar con otras personas y eso hacía más fácil todo”, agrega la ingeniera de audio.
Dulce despertar
El sueño de ganar el Oscar fue real, y también fugaz, a poco más de una semana de haber iniciado su cuarentena y de asistir a la ceremonia del Oscar, tanto Michelle como Jaime tuvieron que volver. Se levantaron a primera hora del lunes para tomar un avión con destino a México. Solo tomaron el martes como día de asueto para recobrar fuerzas y hoy ya se encuentran en el estudio para concluir la mezcla de sonido de La caja.
“Teníamos que regresar a terminar la película de Lorenzo Vigas (La caja), así que mañana (hoy) mismo estaremos en el estudio para trabajar. Tenemos también Una película de policías, de Alonso Ruizpalacios, y las nuevas películas de Michel Franco y Joaquín del Paso; además de otros proyectos para los cuales ya nos están llamado”, como uno que se realizará en República Dominicana, explica Michelle.
Respecto a los constantes intentos de reforma a la ley de cine en México y la extinción y nacimiento de nuevos fideicomisos (Fidecine/Focine), Jaime considera que “quien quiere hacer cine siempre encuentra la forma; es como el Oscar, lo veíamos inalcanzable, pero se puede. Estaría mejor que hubiera más apoyo, sí, pero la gente tiene que buscarle, esto es cultura y muchos de los problemas sociales se pueden aterrizar con cultura”.
Las estatuillas estarán por un tiempo en Astro, el estudio donde trabajan, pero después volverán a sus manos. En el caso de Jaime quiere heredarlo a su esposa Rosalinda Jiménez y a su hija Sabina Baksht Jiménez, “ahí que me lo cuiden, porque no se puede vender, si lo quieres vender la Academia te lo compra por un dólar, así que esa será parte de mi herencia”.