La noche del sábado transcurrió tranquila en la ciudad como el marco ideal para el regreso de Jorge Drexler a tierras tapatías. El escenario del Teatro Diana fue sencillo enfocándose en los músicos y con el apoyo de una pantalla circular al centro superior.
Tras el acto abridor a las 21:40 las luces se apagaron y el primero en aparecer fue el percusionista y poco a poco se sumó el resto de la banda para dar preámbulo a Drexler quien fue recibido con aplausos, vitoreos y gritos de bienvenida.
"Movimiento" fue el tema abridor que corearon y acompañaron los asistentes logrando una conexión inmediata y logrando un ambiente interactivo que permaneció todo el acto.
De inmediato saludó a los tapatíos con un mensaje perdido entre la lluvia de aplausos, pero no era importante, el recibimiento pesaba y contagiaba más. "Río abajo" continuó para después agradecer: "Que alegría estar aquí con ustedes tapatíos. Aquí festejé mis 50 años hace poco y recuerdo que esa vez me aventaron un sujetador y es la única vez que me ha pasado eso".
Para "Abracadabras" comentó que el tema habla un poco sobre componer canciones, y se convirtió esa noche también en una metáfora para la velada. "Uno avienta la invitación al concierto y no sabes qué respuesta tendrá o si acaso acudirán. Y esta noche miren cuantos tapatíos y tapatías se han congregado", dijo gustoso.
"Transoceánica" y "12 segundos de oscuridad" se sumaron a la lista, dos temas que comentó hace mucho no tocaba en concierto. Recordó el faro de la costa que gira en un lapso de 12 segundos y que por las noches le ayudaba a encontrar su camino de regreso a casa, y que se convirtió también en metáfora de vida al haber encontrado su camino así como la inspiración para la placa que comparte ese nombre. Y así un reflector que simulaba el faro que giraba iluminó el tema a media luz.
"El concierto no está estructurado en bloques temáticos emocionales, es más una montaña rusa", dijo antes de "Estalactitas" que se incluye en su más reciente producción y que habla de las sorpresas que llegan en la vida como cuando en la adolescencia se descubre el amor y después se recuerda con cariño. En esa canción la euforia era ensordecedora y de manera lúdica Jorge pidió un poco de mesura para poder interpretar las primeras estrofas de manera adecuada y dieran rienda suelta al coro que recitaba un "nanana nana".
Después confesó que tenía las ganas de ver el concierto desde afuera y quería tomarse un par de minutos a un lado del escenario con una copa de vino. Y así dos de los músicos dieron una introducción extendida a "Universos paralelos" que se convirtió en una de las más celebradas.
Continuó la noche con temas como "Me haces bien", "Horas", "Milonga del moro judío", "Despedir a los glaciares" y "Silencio". En el encore se sumaron "Telefonía", "Bolivia", "Bailar en la cueva", "La luna de Rasquí" y "Quimera".
Memorias, compromiso social, romance y cariño son parte de los tópicos que impregnan sus canciones y que esta noche se volvieron sumamente emocionales en su reencuentro con Guadalajara.
MC