Generar “diálogo y reflexión” sobre temas de interés era la intención de Fernando Frías de la Parra cuando comenzó el rodaje de Ya no estoy aquí, película que antes de ganar 10 premios Ariel, incluido el de Mejor Película, tuvo que superar todo tipo de obstáculos para encontrar su destino con el público. Y lo hizo, pese a la falta de apoyos y la pandemia.
“Fue un camino difícil, muy solitario a nivel de desarrollo, era difícil que entendieran por dónde iba la apuesta, hicimos algo no convencional, algo que hacía pensar que les quedaba a deber, pero poco a poco fui concretando los puntos para lograr la película”, comentó Frías a M2 desde EU.
El cineasta batalló para encontrar aliados que apostaran por su historia. La película expone temas como la violencia generada a causa del narcotráfico, la desigualdad social y la discriminación, entre otras problemáticas que se tejen a través de la vida de Ulises, un chico de Nuevo León, que se ve forzado a dejar su país para comenzar de cero en Nueva York.
“Detrás de la película hay decisiones centrales; la historia es un pretexto para unir los temas que me interesaban: dejar un marco contextual de la violencia y la estrategia que escogió esa administración (de Felipe Calderón) para luchar contra el narcotráfico y sus inminentes consecuencias negativas en el país”, dijo Fernando sobre el contexto de la película.
“Todas estas pequeñas intenciones se tejieron a través de la historia de Ulises para reconstruir momentos reales que, sumados, generan un diálogo y una reflexión sobre estas problemáticas”, agregó el realizador.
Celebra desde NY
El filme, que forma parte del catálogo de Netflix, lleva al público al Monterrey de 2011. Producto de un incidente con un cártel, Ulises se ve obligado a huir de México, dejando atrás su sentido de identidad, era miembro de la subcultura de los cholombianos, movida por el amor a la cumbia rebajada.
Así que todos estos temas que se vieron impulsados por el Ariel fueron motivo de festejo para Fernando Frías de la Parra, quien organizó una reunión para ver la ceremonia de premiación en Nueva York, donde actualmente pasa el confinamiento por la pandemia.
“Fue muy chistoso, porque teníamos un delay (retraso) y me llegaban las felicitaciones por WhatsApp, pero la verdad yo no sabía qué premio habíamos ganado”, dijo.
Cumbia rebajada
La música es un elemento fundamental de la historia. “Aquí solo hay soundtrack, no hay score, porque no me gusta que la música dicte lo que tiene que sentir el espectador, pero la música es el punto germinal, lo que representa la cumbia rebajada es esa metáfora sobre la juventud que expira muy pronto y que no quiere dejar de bailar porque no sabe que vendrá después”, explicó Fernando.