Palaperos y restauranteros trabajan a marchas forzadas en Acapulco para abrir en diciembre

“Queremos que el mundo vea que Acapulco está resurgiendo”, asegura guerrerense tras paso de 'Otis'.

Restaurantes iniciaron actividades a pesar de no contar con luz o estructuras.
Omar Brito
Acapulco, Guerrero /

Se les ve levantando troncos, hojas de palma seca y retirando basura, incluso pedazos de lanchas que llegan a la orilla; son los palaperos de la playa de Acapulco que trabajan a marchas forzadas para poder ofrecer sus servicios a los turistas en la primera quincena de diciembre.

El construir una palapa no es fácil, no es una sombrilla cualquiera, requiere conocimiento y se lleva alrededor de 15 días, explicó Erbey Pinzón, quién perdió seis de sus siete estructuras que renta en playa suave.


“A esa nada más les puse hoja encima porque sobrevivió, la voy a nombrar esperanza”, comentó en entrevista.

Erbey, guerrerense de 1.80 metros de altura y de ojo claro, con la piel quemada por el sol; cuenta que él reforesto hace muchos años el pedazo de playa que tiene concesionada y le llamo el Eden. Ahora está intentando rescatar al menos 10 árboles y palmeras que quedaron dañadas, y con un trabajador están reconstruyendo las palapas.

“Estamos a marchas forzadas y no hay trabajador porque los están apañando, acaparando los de los restaurantes grandes, necesitamos trabajadores que sepan, palaperos de Veracruz, de Chiapas, de Oaxaca, de Morelia, que vengan a Acapulco aquí hay trabajo para ellos, que sepan pues hacer palapas enramadas de estás”, convocó a través de MILENIO.

Cuenta que ninguna autoridad ha llegado a limpiar, pero entiende que no todo puede hacerlo el gobierno y por eso se han unido para sacar el escombro y los restos que llegan con las olas del mar.

“Hicimos el esfuerzo de sacar toda la basura era increíble, era mucha basura, vinieron unos de Australia y unos de Francis a ayudarnos, aquí tenía seis palapas grandes como las que está haciendo el señor y la séptima quedó en pie, que será la palapa de la esperanza algo que se vea, que el mundo vea que ya está Acapulco resurgiendo y vamos a seguir luchando porque un huracán no nos detiene, usted sabe que aquí en guerrero y la costa somos de trabajo”, comentó.

Otros que también están a contra reloj son los restaurantes que están frente a la playa, algunos de ellos no esperaron que tuvieran luz o incluso levantar sus estructuras. Es el caso del Copacabana, que se encuentra frente a la secretaria de Salud.

Afectaciones en Copacabana, Guerrero

Ahí todavía se observa su gigantesca palapa destruida, así como el segundo nivel que está inservible. Pero a lo lejos se percibe ya la música y el ambiente.

Su dueña, Alejandra platicó que se adelantaron a abrir, porque ya todo su personal quería trabajar y así lograron ofrecer, tres semanas después, el primer jueves pozolero en Acapulco desde el paso del huracán Otis.

“Seguimos adelante, la verdad pues ya pasaron varios días después del huracán y para la gente es bueno buscar un desestrés de todo lo que vivimos. No fue fácil pero aquí empezamos las labores de limpieza la semana pasada y ya hoy nos decidimos abrir, porque no le veíamos ni por dónde empezar estaba muy todo tirado, pero con todas las personas que trabajan aquí, pues te digo todos tenemos las ganas de trabajar y salir adelante, todos se vinieron a limpiar y pues esto yo ya, ve se levantó”.
Al ser interrogado si considera que en diciembre estén listos declaró, “para diciembre para la gente que viene ya un poquito mejor, ya vamos a tener tal vez otras condiciones al menos aquí y podemos ofrecer un poquito más de cosas, pero diciembre creo que espero que sí venga muchísima gente. Para todos los acapulqueños entre más gente viene más ambiente y empieza a haber economía en el puerto”.

SCZ

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