Un camino empedrado y sinuoso es la ruta a seguir tras dejar la carretera que lleva de Guadalajara a La Barca y Ocotlán. Entre sus curvas aparece entonces el gran espejo de agua que es Chapala, cuyos límites se funden con el cielo. Se asoma luego el caserío de San Pedro Izticán y el ojo ignora la paradoja que viven sus 5 mil 199 habitantes censados: el paisaje majestuoso de un poblado sumido en la marginación, el hambre y el embate inusitado de enfermedad renal atribuida a la contaminación de los acuíferos que surten a la gente de ésta y otras cinco comunidades ribereñas.
Este jueves, el secretario de Desarrollo e Integración Social, Miguel Castro Reynoso, acudió a la comunidad para rendir cuentas del rescate al que se ha comprometido el gobierno del estado. El principal: dotarles de agua limpia. El funcionario visitó el pozo que se construye para abastecer a la población colindante de Agua Caliente y de contar con suficiente aforo a otras dos poblaciones más.
La idea es evitar más envenenamientos por metales pesados. Castro Reynoso reconoció el temor, propio y de la gente, de que el agua no sea apta para consumo humano y que de los 280 metros de profundidad que se han cavado, fluyan aguas termales y sulfurosas como las de otros pozos tierras abajo.
La primera buena noticia es que el pozo está terminado.
"Estamos hablando de una perforación de hasta 280 metros con un espejo de agua en estático que llega hasta los 40 metros, lo que nos garantiza es tener una columna de hasta 240 metros de agua... Hoy (jueves) nos confirmaron que ya está totalmente ademado el pozo, por lo tanto el pozo está prácticamente listo y no hay riesgo de que se vaya a colapsar", anunció el secretario.
Y añadió lo mejor: "No es agua azufrada, ni es agua que salga a temperaturas altas".
Ahora toca esperar que se hagan los análisis de calidad, que implican un estudio microbiológico y un estudio físico-químico de lo cual se determinará la viabilidad del líquido que ya brota a chorro de la tierra. Los resultados, dijo el Secretaría de Desarrollo e Integración Social (Sedis), se tendrán la próxima semana.
De aprobarse e iniciar los trabajos de infraestructura, el agua limpia estará abasteciendo a Agua Caliente (el nombre lo toma de los mantos termales que no pueden beberse) en 120 días aproximadamente.
Miguel Castro también llevó la primera entrega de agua purificada para las cien familias más vulnerables de San Pedro Izticán, incluidas las 23 que tienen enfermos renales en etapa avanzada y están sometidos a hemodiálisis. Se dotará de dos garrafones semanales por hogar para un total de 200 cada semana y por tiempo indefinido "hasta que la gente pueda tener certidumbre de que habrá de tener agua que sea de calidad... no tolerar que sigan existiendo llenaderos que no garanticen la sanitización correcta", apuntó.
Florencia Gutiérrez sabe que el apoyo no está demás. Será agua para su hijo Saúl, de 25 años de edad, quien requiere de tres sesiones de hemodiálisis a la semana. La Sedis les brindó una camioneta hace unas semanas para los traslados de todos los enfermos, que va y viene a Guadalajara de lunes a sábado.
"El transporte nos está ayudando mucho. Antes el que tenía se iba en taxi, el que no pues como podía... ya no estoy preocupada de cómo llegará mi hijo a su hemodiálisis, más ahora que vienen las lluvias, aquí me lo dejan", dijo, tras admitir que no tenían dinero ni para comer en Guadalajara, siete a ocho horas después de viaje y de terapia, y que ganas no le faltaron de pedir en la calle. No lo hizo, se aguantó el hambre como todos.
"Ahorita le estoy batallando para las hemodiálisis de mi hijo. El señor presidente municipal (Juan Carlos Montes) me está ayudando con una, él la está pagando (el costo en lo privado ronda los 1,200 pesos)... pero me faltan dos, le estoy batallando. Le falta medicina, luego me la regala una fundación", acepta la mujer de 64 años de edad, quien
El titular de la Sedis anunció que la próxima semana se arrancará con otros compromisos: la capacitación para un programa de reforestación; la convocatoria para un programa de empleo con seguridad social y otra para empleo temporal, en conjunto con la Secretaría del Trabajo. Para julio se presentarán avances de los talleres que imparte el Colectivo Ollin a las familias en materia de sexualidad, violencia y convivencia familiar y alimentación.
Y es que reaprender es fundamental en poblaciones como San Pedro Itzicán y otras del municipio de Poncitlán, que a la pobreza le suman bajo nivel educativo y problemas sociales que hoy deben desenraizarse pues terminan lo que la contaminación empezó en el agua y la tierra en que se asientan: envenenar a los más vulnerables.
SRN