"Donde quiera que estén, que estén con Dios, aquí los cargo en el corazón”, dijo el señor Cándido, sentado y con el pie derecho recargado en un banco cubierto por una bolsa de plástico.
No pierde la esperanza de ver por última vez a su familia para sepultarla. Janet, su esposa, y sus hijos Ángel y Camila, de 16 y 13 años, respectivamente, quedaron sepultados en un alud de lodo y escombros durante el paso de Otis en Acapulco.
El desprendimiento de tierra y casas en la colonia Nueva Era también dejó sepultada a Estefanía, amiga de Janet, y a Arely, la novia de Ángel.
En entrevista, Cándido contó que la noche del martes 24 de octubre “estaba todo tranquilo, era una lluvia ligera”. Mientras escuchaban el ruido del agua estaban cenando y platicando sobre el fenómeno meteorológico “y se incrementó, fue rápido, ese huracán fue rápido”.
Recuerda que empezó a llover fuerte y el agua se metió a su casa. “Yo traté de sacar esa agua, pero aumentó el nivel y me arrastró; traté de agarrarme a lo que pudiera, y me agarré de una rama. Yo quise ayudar, pero ya no pude, había un desastre, regresé a ver y ya no vi a mi familia, todo se fue”.
Cándido sufrió una herida grave en el pie derecho, pero su vida no peligra. A finales de semana, sacaron el cuerpo de Arely, la novia del joven Ángel, pero los demás cuerpos, al parecer, siguen debajo de los escombros, aunque no se sabe porque cerca hay un túnel de desagüe que desemboca al mar.
Protección Civil y Bomberos del estado, así como el Ejército mexicano, ya han llegado, pero hasta el momento no han podido sacar los cuerpos.
Mientras tanto Perla, mamá de Estefanía, viajó desde la capital para tratar de llevarse a su hija.
Cándido y Perla lo único que quieren es que llegue la maquinaria pesada a la colonia Nueva Era para que saquen los cuerpos y los sepulten como se merecen.
RARR