La palabra aguacate proviene del Náhuatl ‘ahuacatl’, voz que en esta lengua significa 'testículo'.
Los antepasados sin pudor ni empacho vieron semejanza entre su aspecto ovoide, periforme y alargado con la glándula sexual masculina, que pendula flácida pero que al sentir frío, se retrae de manera rugosa.
Rico en nutrientes y sabor, el aguacate resulta de fácil consumo, sin embargo, con un salario mínimo agonizante y los precios del fruto por el cielo, lo que se le arruga al consumidor son la ganas de probarlo, toda vez que en el mercado oscila entre los 65 y hasta más de 80 pesos el kilo, de acuerdo al mercado al que se acuda.
“El aguacate Criollo sale como en 350 pesos la caja, sale como a 40 pesos el kilo, pero ahorita ya no hay nada barato porque el aguacate Hass sale a 620 pesos la caja y trae como 9 kilos 200 gramos.
“Nosotros tenemos que darlo entre los 64 y 65 pesos, o sea que le ganamos como 7 u 8 pesos, tendríamos que darlos en 80 pesos para tener ganancia pero así nadie lo compra aquí”, apuntó Mayela, comerciante del Mercado Juárez, quien goza de una gran clientela al contar con un gran sazón en su cocina.
Propietaria de una fonda y de puestos de verduras, ella trabaja con su hija, quien la ayuda a despachar la mercancía y con un nieto, a quien le comisiona realizar las compras en el Mercado de Abastos de Torreón.
¿De cuál le compran más?
Del Hass. De ese se venden tres o cuatro cajitas cuando hay gente, pero es diario, lo traemos del mercado de Abastos de aquí de Torreón, de con Enrique Orozco, con el Filly o de donde haya mejor, ellos ya tienen precios fijos, tienen el mismo precio, es lo que tienen allá.
Una de las ventajas de los mercados pequeños es el trato directo y que el consumidor puede escoger. Mayela apunta que además el fruto no está refrigerado.
"En los supermercados todo está refrigerado, las manzanas salen prietas y los aguacates están verdes (inmaduros), lo ponen y está duro y pa’ que se madure está canijo, nosotros lo vendemos barato, ese es para que lo des a 80 pesos pero la gente no lo compra, no sé cómo esté en los súpers porque decían que andaba en 80”.
Con más de 55 años de incursionar en su negocio, 'Doña Mayela' mantiene una actitud dicharachera y positiva.
Más allá del precio, un factor que afecta también en esta temporada a las ventas ha sido el calor. Doña Mayela dijo que la gente no quiere salir de sus casas porque el sol abrasador aleja a todos a pesar de las ganas de comer.
De acuerdo a las cifras de los comerciantes de los centros de abastos, la caja de 10 kilos de aguacate Hass, originario de Michoacán, sufrió un incremento del 120 por ciento en comparación al precio que se estableció en diciembre pasado.
Y aunque la canasta ha quedado muy alta para un consumidor promedio, este no faltará en el guacamole del viernes ni en las tortas del domingo.
“El aguacate es una comida sana, rica en nutrientes, vienen de las oficinas porque con él se hace algo rápido, en la casa la mujer lo usa para un loche, se usa para todo. Ahorita en las loncherías la están sufriendo y en todas partes porque hay personas que compran uno chiquito, pero ese aguacate trae un hueso muy pequeño, pero la gente que está acostumbrada al grande, nomás lo parte y lo embarra de volada se lo come”.
Para esta antojería verde, no queda de otra que volver a reeducar el paladar. Y si resulta caro pagar por el llamado Hass, se puede pensar en el Criollo de cáscara delgada que sólo se lava y se come con sal.