José Antonio Olivares Morales es alcalde de Huehuetlán, un municipio ubicado en el centro de la Huasteca Potosina, y forma parte de las estadísticas de pacientes con covid-19 en San Luis Potosí, y de los sobrevivientes. Tiene una afectación en su salud que lo hizo más vulnerable al padecimiento, y estuvo intubado durante diez días. Bajó 25 kilos de peso.
El edil de extracción priista se cuidaba y fue de los alcaldes que sí acataron al cien por ciento las recomendaciones de la Secretaría de Salud del estado, implementando medidas de cuidado a la población.
“Siempre trabajamos de manera coordinada con el sector salud, con la preocupación de que la ciudadanía cumpliera las indicaciones, y estar en este lado como funcionario que tiene que ser ejemplo, claro que me cuidaba y creía en el covid. Lamentablemente es una enfermedad muy difícil y no sabemos cómo yo me contagié”.
Era mediados del mes de junio, cuando la situación por la pandemia era aún más complicada.
“Me empecé a sentir mal como el 14 o 15 de junio, el 17 estábamos en un hospital y el 18 ya estaba intubado. Inicialmente pensamos que era dengue porque me hice la prueba y salió positiva, me confié pero los síntomas fueron empeorando, me hicieron la (prueba) de covid y salió positiva”.
Todo fue en la capital del estado, donde ya se trataba por un raro padecimiento crónico que tiene.
“Sabía que si me contagiaba tenía posibilidad de que se me complicaría. Lo más difícil es cuando te lo comunican, se te viene el mundo encima porque en ese momento las estadísticas eran alarmantes y era prácticamente algo nuevo, desconocido para todos”.
Cuando llegó al hospital empezó a tener síntomas más graves, y de inmediato los doctores tomaron la decisión de intubarlo.
“Son momentos muy difíciles, claro que tuve miedo de morir, en ese momento se veían noticias de lo que implicaba que una persona estuviera intubada, se te vienen muchas cosas a la cabeza y lo peor es que estás totalmente solo, ya no vuelves a ver a tu familia y piensas que ya no volverás a verlos nunca”, subrayó.
Estuvo diez días intubado y un mes aislado, pensando que no la libraría.
“Grabé dos videos que aún no he tenido el valor de ver, en los que me despedí de ellos, de mis dos hijos, de mi esposa y de mi madre, porque estaba ahí con temor de ya no salir con vida. Es horrible, es horrible. A mi esposa en dos momentos le dijeron que no sobreviviría”, dijo.
Recuerda, dice, que uno de los médicos le hablaba mientras él estaba inconsciente, lo animaba.
“Escuchas a lo lejos, como en segundo plano, y no se me olvidan unas pesadillas muy feas que me daban, pero es por lo mismo que estás sedado o por el medicamento; en mi caso cuando me faltaba el aire alucinaba que me caía a un río y me ahogaba, era algo angustiante”, afirmó.
Tuvo miedo, pero nunca perdió la fe, y saber que su familia lo esperaba, lo motivó a hacer todo lo que estuviera en sus manos para recuperarse.
“Claro que le pedía a Dios salir de ese momento, y estoy agradecido con muchas personas que oraron por mí, porque me restableciera y esa fe nunca la perdimos mi familia ni yo, mis amigos, la gente que me estima y es algo que no olvido, además de valorar enormemente el trabajo que hacen los doctores y todo el personal que hace frente a esto”.
— Lo vio como una segunda oportunidad ¿Volvió a nacer?— Claro, y te ayuda a disfrutar más la vida, valoras más las cosas, desde tu trabajo, cada acción que haces ahora es con más entusiasmo y seguimos siendo muy responsables, queremos ser un ejemplo hacia la sociedad y sigo agradeciendo permanecer en este mundo, es algo que valoro mucho.
Las secuelas que provocó el covid-19 en el alcalde
A varios meses del episodio, aún tiene secuelas, se siente débil, se cansa rápido, no le ha regresado el sentido del gusto, y sus pulmones trabajan al 50 por ciento, además de haber bajado 25 kilos de peso.
“Lo que me queda ahora, además de agradecer a Dios, es pedir a la gente que se cuide porque esto no es un juego, es una enfermedad muy compleja, complicada porque es el deterioro de tu salud. A estas alturas no puede haber quien diga que es un invento, que no existe porque es una realidad y es responsabilidad de cada quien cuidarnos y si no lo queremos hacer por nosotros hacerlo por la gente que quieres”, añadió.
El edil tiene un padecimiento llamado miastenia gravix, que es un tipo tumor en una glándula y por la cual ya fue intervenido hace años y esto lo hizo más vulnerable al coronavirus.
A mediados de septiembre retornó a sus actividades de manera normal y su recuperación ha ido lenta, tuvo una importante pérdida de masa muscular y perdió la movilidad en la mayor parte del cuerpo, lo que complicó y atrasó su recuperación.
dmr