El Gobierno de Ciudad de México identificó que autoridades capitalinas se han coludido con ambulancias particulares para que éstas atiendan emergencias médicas reportadas al 911 y cobrar estos servicios.
La atención de estas urgencias corresponden exclusiva y gratuitamente por el Gobierno de CdMx, a través de la Cruz Roja, ERUM y la Secretaría de Salud local.
Idris Rodríguez Zapata, coordinador general del C5 del gobierno capitalino, reconoció que estas ambulancias privadas están obteniendo "información que no deberían tener", a fin de llegar a los domicilios que solicitan atención médica al número de emergencias 911.
"Nosotros no mandamos ambulancias particulares a cobrar servicios, sabemos que las hay, y están trabajando de manera ilegal en la ciudad. Se enteran de las emergencias, llegan a atenderlas y cobran por ello. Los servicios de urgencia no se pueden cobrar en la ciudad, está prohibido", enfatizó.
En entrevista, el funcionario señaló a Royal Medic y Euro Med, entre otras, como las ambulancias particulares involucradas en este tipo de situaciones.
"Personas que no sabemos si están certificadas, si tienen los conocimientos necesarios o les vayan a robar sus pertenencias", consideró.
El centro de operación del número de urgencias 911 se encuentra dentro del Comando, Control, Cómputo, Comunicaciones y Contacto Ciudadano (C5) del gobierno local.
Rodríguez recordó que el procedimiento consiste en que los operadores del 911 reciben una llamada y dependiendo la emergencia es transferida al área correspondiente, ya sea bomberos, Protección Civil, y en todas las situaciones se envía una unidad de la policía capitalina.
En caso de las urgencias médicas se pasan al Centro Regulador integrado por Cruz Roja, ERUM, y la Secretaría de Salud local, y enseguida envían el apoyo más cercano y disponible al lugar solicitado.
Para estas situaciones también se apoyan en ambulancias de las delegaciones, adscritas a las unidades de Protección Civil de las demarcaciones, además de "algunas voluntarias que están autorizadas para cubrir, no cobran, y es personal capacitado, como Iberomer".
Rodríguez descartó que desde el C5 se dé esta fuga de información, en cambio responsabilizó a "alguna autoridad que, fuera de lo que nosotros estamos trabajando, lo esté haciendo.
"Algún policía que esté en la calle o puede ser algún grullero, o personal de Protección Civil... No sabemos exactamente cómo lo logran, pero de aquí no sale esa información", enfatizó.
La Ciudad de México registra a diario aproximadamente 400 urgencias médicas, para lo que el gobierno capitalino cuenta con 329 ambulancias de diversas instituciones privadas, así como 44 vehículos de emergencias del Escuadrón de Rescate y Urgencias Médicas de la SSP.
El coordinador general del C5 de CdMx resaltó que los casos que ha detectado, han detenidos a las ambulancias patito y las remiten al corralón; sin embargo, "compran otra unidad, y ya están trabajando con placas de otro estado".
El funcionario adelantó que ya trabajan junto con las secretarías de Movilidad, Salud y Seguridad Pública, así como con la Consejería Jurídica, para elaborar una ley que regule estos servicios, la cual, estimó, "va a salir en este año".
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Carlota tiene 92 años. La madrugada del jueves 23 de marzo comenzó a sentirse "rara". Hace un par de meses sufrió un evento médico que casi la llevó a la muerte. En esa ocasión llegó a su casa en la colonia Narvarte un equipo de paramédicos de la Secretaría de Salud capitalina.
Claudia, su nieta, los describe como "amables, profesionales, pacientes, pulcros". En esa ocasión, incluso ofrecieron el número telefónico directo del Centro Regulador de Urgencias para localizarlos si una nueva emergencia se presentaba.
Unos minutos antes de las 2 de la mañana de ese día fue necesario; sin embargo, cuando Claudia marcó el número, le respondieron que debía llamar al 911 para solicitar la atención médica.
La operadora número 958 preguntó sobre la emergencia, de acuerdo al protocolo habitual: "Mi abuela siente la mitad del cuerpo dormida, la cara le hormiguea y la lengua la siente 'gorda'", contestó Claudia.
Unos minutos después llegaron simultáneamente una patrulla de la policía capitalina y la ambulancia, "aunque descendieron primero los paramédicos, quienes de inmediato subieron al departamento".
"Lo primero que me dicen es que por lo que les contaron debían llevarla a emergencias con un doctor Robles, internista. Les digo si por lo menos tomaron sus signos vitales. En ese momento lo hacen. Ningún cuestionamiento adicional a los dos minutos de información que mi mamá les dio cuando llegaron. No llevaban el equipo necesario, tuve que prestárselos", relata.
—¿Por qué me dice que debemos llevarla de emergencia a un hospital? ¿Cuál es su diagnóstico?, cuestionó Claudia a los paramédicos.
—Bueno... puede ser un problema cerebro vascular, incluso puede atenderla el otro doctor... ah, Valdés Orduño... Yo que ustedes la llevaba a emergencias. Mire... a ver... por ingresarla le cobrarían entre 3 y 5 mil pesos, más lo que ella genere durante su estancia. La revisa el doctor. Medicamentos. El traslado de regreso. Lo digo por su tranquilidad, reviró uno de los paramédicos mientras revisaba su teléfono celular.
Para entonces Carlota se sintió mejor. Claudia decidió rechazar la oferta de "los prestadores de servicios".
"No, no va. Un 238. Ajá. Si...", colgó el paramédico y enseguida ofreció:"Respeto su decisión. Le dejo nuestro número por si más tarde se pone peor. Ahora llama usted al 63020987, es urgencias de Alpha Médica".
Con sorpresa, Claudia les preguntó si no pertenecían al ERUM.
"No. Somos una empresa particular. Apoyamos al gobierno de la ciudad con ambulancias y servicio médico. Por el servicio de ahorita son 300 pesos...". Claudia les pagó, no le quedó de otra, solo quería que terminara esa pesadilla: "Llamar al 911 por una emergencia, médica o de seguridad, es exponerte a que lucren con tu angustia".