Ana Lucía y Sofía denuncian abuso de sacerdote lasallista

Durante una estancia de misiones en el municipio de El Salto, Durango, Alejandro las manipuló para abusar de ellas.

Fueron víctimas de víctimas de abuso de un hermano lasallista en una estancia de misiones en Durango. (Especial)
Jorge Maldonado Varela
Torreón, Coahuila /

"Cuando estás en ese momento tan incómodo, la mente se bloquea y llega la confusión en donde no se comprende lo que sucede", comparte su experiencia Sofía de 21 años, tras ser víctima de abuso por parte de un hermano lasallista, en una estancia de misiones en el municipio de El Salto, Durango.

Sofía acababa de salir del Instituto Francés de la Laguna y buscó participar en el voluntariado en un programa durante todo año.

Esto incluía la exclusión teléfonos o cualquier equipo de comunicación para hablar con la familia. Solo tres minutos de llamada cada dos o tres semanas y el que se pasara de ese tiempo se le cobraba con dinero.

"No llegaba a comprender lo que estaba pasando pues llegó a manipularme de una manera que hacía creer que todo lo que pasaba estaba bien, incluso… me llegaba a convencer de que yo no hablara y que mi silencio era parte de la confianza que teníamos nosotros dos".

Así relató la joven en 'Foro Nacional de Pederastia Clerical, por la cultura de la prevención', realizado en Torreón, lugar en el que con una dificultad compartir su mala experiencia, presentó su caso ante cerca de 100 asistentes.

Su voz se quebraba y las pausas en la charla para tomar aire se presentaron más de una vez, al platicar algo más que causó en ella un choque emocional, fue algo que le marcó la vida a ella y a otras más.

Corría la generación 22 de este voluntariado en 2016 y en ese entonces el director del grupo de 24 jóvenes era el hermano Alejandro.

Ahí también se encontraba la joven de 20 años, Ana Lucía, la cual al igual que Sofía se armó de valor para denunciar a al victimario, en este caso, alguien quién les brindó confianza, para luego establecer una seducción obligada mediante supuestas terapias además de verlas como ‘sus consentidas’.

“Se fue ganando nuestra confianza, y la manipulación que usó con nosotras fue de poder, porque tenía un cargo mayor, como era nuestro director, se supone que debíamos obedecer y al igual que a Sofía, me dijo que me ayudaría pues en las misiones no rendía al cien por ciento. Dijo que me ayudaría con esa terapia”,

"Es un sentimiento más que horrible que no se lo deseo a nadie, creo que fue por eso que me animé a denunciar. Sin el apoyo de Sofía yo no hubiera compartido toda mi historia, incluso me tomó decirlo un año”, aseveró Ana Lucía.

"Él era el director y se encargaba de ponernos lo que nos correspondía a cada quien. Se empezó a acercar a mí, diciendo que me iba a ayudar con una terapia psicológica porque se enteró que yo le tengo mucho miedo a la oscuridad, fue cuando empezó a suceder todo", agregó su compañera Sofía.


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