En el Estado de México por cada 100 niños y jóvenes menores de 15 años hay 26 adultos mayores. Solos, aislados y pobres viven la mayoría de los ancianos, quienes por su condición enfrentan un riesgo latente de ser abandonados en las calles por su propia familia. Están sentenciados a no tener seguridad social, acceso a buenos servicios de salud ni pensión, algunos son subempleados para mantenerse; fácilmente puede observarse en las tiendas departamentales a los viejos como empacadores, algunos hasta alejados de sus parientes que los consideran un estorbo, advierte un diagnóstico denominado “La Situación de las Personas Mayores en México”, elaborado por el Instituto Nacional de la Mujer.
En el Estado de México, donde por cada 100 niños y jóvenes menores de 15 años hay 26 ancianos, más de la mitad viven aislados, solos y pobres, de acuerdo con datos del Instituto de Información Geográfi ca, Estadística y Catastral del Estado de México (IGECEM). Su situación es compleja y los problemas son multidimensionales. Un ejemplo es la salud: Hay personas que padecen de dos a cinco enfermedades a la vez y tienen mala atención por la falta de capacitación del personal médico; o a veces no hay dinero sufi ciente para comprar medicamentos, advierte el instituto.
De acuerdo con el Inegi, la población de jóvenes a nivel estatal se mantendrá relativamente estable durante el periodo de 2010 a 2030, al pasar de 3.2 millones a 3.1 millones; pero la población de adultos mayores crecerá hasta 39.5 por ciento, es decir, para el año 2030 uno de cada seis mexiquenses tendrá 60 o más años.
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Entre 60 y 70 por ciento de los mayores de 75 años tienen depresión por la soledad, pues un número amplio carece de aporte económico mensual amplio o simplemente son abandonados por los hijos cuando padecen alguna enfermedad que los incapacita para vivir con autonomía. Tan solo en el albergue del municipio de Naucalpan residen 26 ancianos encontrados en la vía pública, todos con alguna enfermedad mental.
“Aparentemente fue más fácil para sus familias ‘tirarlos’ en la calle que enfrentar la responsabilidad de sus cuidados y los gastos que signifi ca su atención médica”, dijo Irene Ramírez Guerra, jefa del departamento del Centro de Prevención y Atención al Maltrato y la Familia, del DIF de dicha demarcación. Y agregó: “El gran problema que aqueja a la vejez en nuestro país es la soledad y la pobreza, o simplemente los aíslan, pues son considerados estorbos”. Esto, derivado de un proceso de deshumanización que hay en México por las condiciones de pobreza en la que vive el grueso de los habitantes.
Aseveró que debe hacerse un alto en el camino para que el país en conjunto defina qué clase de viejos debe tener. Se requiere mayor integridad y apoyo económico, así como cursos de sensibilización a la familia, al personal de salud e incluso a los operadores del transporte público. No se puede hablar de una vejez exitosa cuando la mayoría de los adultos mayores son víctimas de algún tipo de violencia en sus hogares, argumentó.
KVS