Policías antimotines evitaron que indígenas de Cochoapa el Grande, en Guerrero dejaran encerrados a los burócratas y visitantes que se encontraban en Palacio de Gobierno, durante el segundo día de protestas.
Elvira García Rodríguez, activista que se mantiene al frente de las mujeres, hombres y niños que llegaron de varias comunidades de Cochoapa el Grande, desde la jornada del miércoles 24 de mayo, sostiene que el reclamo principal es una audiencia con la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
Explicó que su reclamo consiste en que haya atención institucional, para dotar de servicios a comunidades aledañas a Dos Arroyos, en áreas como la Educación, Salud y Seguridad Pública.
Manifestó que han sido varias las ocasiones que se han trasladado a Chilpancingo para hacer públicas sus demandas, principalmente porque los funcionarios no los atienden.
"Ustedes creen que venimos de paseo, pero venimos a exigir nuestros derechos, los niños tienen derecho a la educación y no cuentan con ella, porque la Secretaría de Educación Guerrero les dio nombramientos falsos a los maestros y no les estaban pagando, así que dejaron de ir; luego les entregaron nombramientos por un tiempo determinado, pero dejaron de pagarles antes de que terminaran sus contratos y también se fueron”, reprochó.
Los manifestantes se encontraban en uno de los accesos laterales del Palacio de Gobierno, donde exigían la instalación de una mesa de trabajo, con la condición de que participara la gobernadora Evelyn Salgado Pineda.
Señaló que ya son tres ocasiones en que los han canalizado con funcionarios que no tienen capacidad de resolución.
Aunque antes de las 14:00 horas se acercó a platicar el director de Gobernación, Francisco Rodríguez Cisneros, pero no aceptaron la mesa de trabajo, porque no estaría la gobernadora.
Este jueves, la titular del Ejecutivo local encabezó actividades en Tlacoachistlahuaca, municipio ubicado en la Costa Chica.
Los dirigentes decidieron bloquear una de las puertas laterales del edificio, lo que implicaba cerrar el inmueble justo a la hora en que terminaba el horario de trabajo de los burócratas.
Los antimotines se apostaron frente a las puertas y les pidieron que se retiraran, ya que al encerrar a los trabajadores se colocarían fuera del marco legal.
Los dirigentes aclararon que no estaban bloqueando todos los accesos, por lo que no cometían ningún delito, de tal manera que los trabajadores podían salir con libertad por las demás puertas.
Cuando los manifestantes intentaron hacerse del control de la puerta los uniformados los empujaron, cerrando una valla con los escudos de plástico.
Aunque hubo algunos jaloneos, la situación no pasó a mayores.
Elvira García advirtió que, si el trato no mejora en el estado, la protesta se tendrá que trasladar hacia la Ciudad de México.
MO