A un lado del altar de la catedral basílica menor, fue donde se colocaron las fotografías de siete padres que en los últimos años fueron asesinados en el clima de inseguridad en México. Esto como parte de la manifestación nacional para el llamado a la paz.
La iglesia se encontraba llena de feligreses a pesar de las medidas de salud imperantes en Durango, por la pandemia covid-19 en el mundo.
Primero arribó un contingente de Movimiento de Cursillos por la Cristiandad, donde también se encontraba el arzobispo de Durango, Faustino Armendáriz, quien, al llegar al altar, mencionó las complicaciones que se viven por la inseguridad en México, y que los siete párrocos que se encontraban en las fotografías, son solamente las de los últimos años.
Aseguró que el país no cuenta con la seguridad necesaria en todos los aspectos, y que es complicado transitar por las carreteras de México, y en los mismos recintos de los ciudadanos. Por eso del llamado a la paz.
Cuando comenzó la misa en la ciudad de Durango recordó que en México, la delincuencia ha ganado de terreno a las autoridades, y muestra de ello, son los padres que durante los últimos años han perdido la vida de manera violenta. Como lo fue el último caso de los jesuitas en la sierra Tarahumara, Javier Campos y Joaquín Mora, en la comunidad de Cerocahui.
Durante la misa, los feligreses esperaban en los costados de la nave de la iglesia para confesarse con los padres que se dieron cita especialmente para la homilía del domingo.
aarp