Aseguran que Porfirio Díaz detonó la vocación turística de Chapala

Llegaba en buque desde Ocotlán.

Comitiva de El General en buque.
Fachada de la finca El Manglar, en Chapala
Enrique Vázquez
Chapala /

La visita de Porfirio Díaz a Chapala detonó la vocación turística del lugar. De acuerdo con Zayda Cristina Reynoso, directora del Archivo Municipal, el primer turista de Chapala fue Mr. Crow quien llegó al paradisiaco a finales del siglo XIX por recomendación, debido a que el señor padecía reumatismo y le dijeron que en Chapala había aguas termales medicinales. El acierto fue tal que el propio Crow propagó la noticia entre sus conocidos, uno de ellos era Lorenzo Elízaga, cuñado de Porfirio Díaz, quien no tardó en invitar al General que se maravilló del lugar al grado que de 1904 a 1909 vacacionó en Chapala durante las Semana Santa y Pascua de cada uno de esos años.

“El paisaje era muy diferente todo estaba lleno de árboles y el nivel de la laguna era alto. En ese entonces no había un camino amplio y seguro. La brecha a Guadalajara era muy insegura. La única manera más fácil de llegar de la Ciudad de México era por tren a Atequiza. De ahí, El General y su comitiva se trasladaba a Ocotlán en donde había un gran embarcadero. Allí tomaba un pequeño buque de vapor que lo traía hasta aquí”, comenta Reynoso quien agrega que entonces Lorenzo Elízaga lo alojaba en la finca que entonces era de su propiedad y que hasta hoy se le conoce como El Manglar.

“Con El General, llegaba la primera plana de la sociedad de Guadalajara y algunos de la Ciudad de México que deseaban convivir durante esos días de asueto con él. Hubo la anécdota de que un personaje queriendo congraciarse con el señor presidente compró una finca más grande la modificó la llenó de detalles elegantes y lo esperaba para 1910 y ese año sólo llegó hasta Atequiza ya no vino a Chapala, debido a que según trascendidos tenía amores con una lugareña”.

La finca El Manglar, es actualmente propiedad privada y en algún tiempo los propietarios la quisieron impulsar como hotel boutique. Sus muros conservan aún el señorío que formó parte del paso de Porfirio Díaz por tierras jaliscienses que temió tanto.

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